Jennifer López los usa, Kylie Jenner y Rashida Jones los promocionan y Drew Barrymore los vende. Durante la pandemia, los lentes con filtro para la luz azul se perfilan como el accesorio ideal para las largas jornadas frente a las pantallas. Pero ¿los necesitamos?
Esas gafas filtran ciertas ondas de luz que emite el sol y, en menor medida, los dispositivos digitales como teléfonos, computadoras portátiles y tabletas. La luz azul no es intrínsecamente mala, sino que favorece la atención y la vigilia durante el día. Pero suprime la producción natural de melatonina por la noche.
Según las empresas, limitando la exposición a la luz azul en tan solo un 20 por ciento, el cliente podría dormir mejor, experimentar menos fatiga ocular y prevenir posibles daños en la retina.
Sin embargo, los científicos no están convencidos de que esos anteojos sean una buena inversión.
“Desde cualquier punto de vista, resulta muy difícil justificar el gasto de dinero extra”, afirma John Lawrenson, profesor de ciencias visuales clínicas en la City Universidad de Londres. (Los precios varían, pero empiezan en torno a los 20 dólares). Tras analizar varios estudios que probaban la eficacia de las lentes que bloquean la luz azul, él y sus colegas concluyeron que los anteojos no son necesarios.
La fatiga ocular digital es real, pero es imposible afirmar con certeza que la culpable sea la luz azul. “Nadie ha establecido una asociación causal independiente entre la luz azul procedente de la computadora y los síntomas visuales”, afirma Lawrenson. Recomendó acudir a un oftalmólogo para una revisión en vez de apresurarse a comprar lentes sin receta.
En cualquier caso, la categoría de la luz azul está en auge. Una rápida búsqueda en Google permite encontrar varias marcas que venden casi exclusivamente “lentes para computadora” (como Felix Gray, que recaudó más de 1,7 millones de dólares en financiación en 2020, lo que eleva su financiación total a 7,8 millones de dólares hasta septiembre, según PitchBook), así como empresas de anteojos graduados como Zenni (que vendió dos millones de pares de sus lentes Blokz en 2020, según la empresa) y Jins (que registró un aumento de los pedidos online el año pasado). Si has comprado en Warby Parker recientemente, probablemente te hayan preguntado si quieres que se añada un filtro de luz azul a tus lentes.
“Como muchos clientes empezaron a trabajar desde casa el año pasado, hemos visto un aumento significativo de la demanda de estos lentes”, escribió en un correo electrónico Neil Blumenthal, uno de los directores ejecutivos de Warby Parker. “En abril pasado, experimentamos un incremento considerable específicamente para los lentes con filtro de luz azul sin prescripción y hemos visto que esta tendencia continúa durante la pandemia”.
La cantidad de luz azul que emiten nuestros dispositivos es demasiado pequeña como para suponer un riesgo grave, afirma David Ramsey, especialista en retina del Lahey Hospital & Medical Center de Massachusetts. Nuestros ojos reciben mucha más luz azul en el exterior que en el interior, incluso cuando está nublado. Para tener una idea de la escala, Ramsey sugiere sacar uno de tus dispositivos en un día luminoso. “¿Cuántos de nosotros hemos estado en la playa con nuestra computadora portátil o nuestro celular y nos ha impresionado lo difícil que es leer la pantalla?”, dijo.
La idea de que los lentes de luz azul pueden proteger la retina de los daños es tan infundada que en el Reino Unido, la óptica Boots tuvo que pagar una multa de 40.000 libras, unos 56.000 dólares, tras hacer afirmaciones “engañosas y sin fundamento” sobre el tema.
Una investigación que estudió 5.000 ojos analizó lo que ocurre cuando se añade un filtro de luz azul a un lente sintético que se implanta en el ojo tras una operación de cataratas. Los autores no encontraron pruebas concluyentes de que los filtros fueran beneficiosos en ningún sentido. La Fundación Estadounidense de Degeneración Macular ha declarado explícitamente que “no hay muchas pruebas que apoyen el uso de lentes con filtro de luz azul para el uso diario de aparatos electrónicos”.
Si lo que te preocupa es la fatiga ocular, considera alejarte de la pantalla de vez en cuando. “Utilizar la computadora durante largos períodos de tiempo puede provocar fatiga ocular. Es importante hacer descansos”, afirma Ramsey. “Eso tiene poco o nada que ver con la luz azul”.
En cuanto al sueño, la exposición a la luz azul sí suprime la producción de melatonina, que hace que la gente tenga sueño. Por eso tendemos a estar despiertos cuando brilla el sol y nos sentimos más cansados cuando se pone. Limitar la exposición a la luz azul por la noche podría ayudar a mantener esa dinámica. Pero, en vez de ponerte unos lentes de luz azul antes de acostarte, prueba a apartar el teléfono una o dos horas antes. Después de todo, los estudios han demostrado que el tiempo de pantalla puede afectar negativamente el sueño por diversas razones.
Los expertos en sueño también recomiendan hacer ejercicio, no cenar demasiado tarde, tener una rutina antes de acostarse y reducir las noticias y las redes sociales por la noche, un buen consejo para cualquiera, especialmente en esta época. “La higiene del sueño es muy importante”, dice Ramsey. “Nuestros comportamientos al momento de ir a dormir son tan importantes, si no más, que nuestra exposición a la luz azul”.
© The New York Times 2021