Después de meses de deliberación y debate, un panel de expertos independientes que asesoran a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) votaron a favor de recomendar que los trabajadores de la salud que corren mayor riesgo de contraer la COVID-19, junto con los residentes de asilos y otras instalaciones de cuidado a largo plazo, sean los primeros estadounidenses en recibir las vacunas contra la enfermedad.
Si el director de los CDC, Robert R. Redfield, aprueba las recomendaciones, estas serán compartidas con los estados, que se preparan para recibir sus primeros envíos de vacunas a mediados de diciembre si la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) aprueba una solicitud para el uso de emergencia de una vacuna desarrollada por Pfizer.
Los estados no tienen que seguir las recomendaciones de los CDC, pero lo más probable es que lo hagan, dijo Marcus Plescia, director médico de la Asociación de Funcionarios de Salud Estatales y Territoriales, que representa a los organismos de salud estatales. El panel (Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización, o ACIP, por su sigla en inglés) se reunirá de nuevo próximamente para decidir mediante votación qué grupos serán los siguientes en tener prioridad para recibir las vacunas.
A continuación las respuestas a algunas preguntas comunes sobre la vacuna y su distribución.
¿Quién recibirá la vacuna primero?
El comité de los CDC recomendó que los 21 millones de trabajadores de la salud de la nación sean elegibles antes que nadie, junto con 3 millones de personas, en su mayoría de la tercera edad, que viven en asilos y otras instalaciones de cuidado a largo plazo.
Un asombroso 39 por ciento de las muertes por coronavirus han ocurrido en centros de cuidados a largo plazo, según el comité. Pero al principio no habrá suficientes dosis para vacunar a todos los integrantes de estos grupos; Pfizer y Moderna, las dos compañías más cercanas a obtener la aprobación de sus vacunas, han calculado que tendrán suficiente para vacunar a no más de 22,5 millones de estadounidenses para enero. Por lo tanto, cada estado tendrá que decidir qué trabajadores de la salud van primero.
Podrán elegir priorizar a los médicos y enfermeras de cuidados intensivos, terapeutas respiratorios y otros empleados de los hospitales, incluido el personal de limpieza, que tienen más probabilidades de estar expuestos al coronavirus. O pueden ofrecer la vacuna a los trabajadores de atención médica de mayor edad primero, o a los que trabajan en asilos de ancianos, que tienen mayor riesgo de contraer el virus. El gobernador de Kentucky, Andy Beshear, dijo el lunes que la mayor parte de la asignación inicial de su estado se destinaría a residentes y empleados de centros de atención a largo plazo, y que una cantidad menor se destinaría a los trabajadores de los hospitales.
Es importante recordar que todos los que reciban una vacuna hecha por Pfizer o Moderna necesitarán una segunda inyección, tres semanas después en el caso de la de Pfizer, cuatro semanas en el de Moderna.
¿Quiénes serán los siguientes en recibirla?
El comité de los CDC insinuó la semana pasada que recomendaría que los trabajadores esenciales fueran los siguientes en la fila. Cerca de 87 millones de estadounidenses trabajan en alimentos y agricultura, manufactura, cuerpos policiales, educación, transporte, correccionales, respuesta de emergencias y otros sectores similares. Tienen un mayor riesgo de exposición al virus porque sus empleos les impiden trabajar desde casa. Y un altísimo porcentaje de estos trabajadores son negros e hispanos, poblaciones que han sido especialmente afectadas por el virus.
Cada estado puede decidir incluir en este grupo a los empleados de las industrias que han sido particularmente afectadas por el virus. Arkansas, por ejemplo, ha propuesto incluir a los trabajadores de su gran industria avícola, mientras que Colorado quiere incluir a los trabajadores de la industria del esquí que viven en habitaciones colectivas.
Después de los trabajadores esenciales, es probable que el comité de los CDC recomiende como grupos prioritarios a los adultos con afecciones médicas que los ponen en alto riesgo de infección por coronavirus, así como a las personas mayores de 65 años. Pero, como ya se mencionó, algunos estados podrían divergir hasta cierto punto, por ejemplo, al elegir vacunar a los residentes mayores de 75 años antes que a algunos tipos de trabajadores esenciales. Todos los demás adultos seguirían. La vacuna aún no ha sido estudiada a fondo en los niños, por lo que no serían elegibles todavía.
¿Quién tomará las decisiones a nivel estatal sobre los grupos prioritarios?
Cada estado tiene un grupo de trabajo, compuesto en gran parte por funcionarios de salud pública, que ha planificado durante meses y ha tomado decisiones sobre las campañas de vacunación. El principal funcionario de salud de cada estado y el gobernador probablemente serán quienes autoricen los planes finales.
¿Cuánto tiempo se centrarán los estados en un grupo prioritario antes de pasar al siguiente en la lista?
Los estados no necesitan atender a todos los miembros de un grupo prioritario antes de pasar al siguiente, según el comité asesor de los CDC. Pero se espera más orientación federal sobre el tema.
¿Cuándo se enviarán las primeras dosis de una vacuna? ¿A dónde irán?
Los funcionarios federales de Estados Unidos han dicho que planean enviar las primeras 6,4 millones de dosis dentro de las 24 horas siguientes a la autorización de la vacuna por parte de la FDA, y el número que cada estado reciba se basará en una fórmula que considere su población adulta. Pfizer enviará refrigeradores especiales, cada uno de los cuales contendrá al menos mil dosis, directamente a los lugares que determine el gobernador de cada estado. Al principio, tal vez casi todos esos sitios serán hospitales que hayan confirmado que pueden almacenar envíos a menos 70 grados Celsius, como lo requiere la vacuna de Pfizer, o usarlos rápidamente.
¿Cuándo estará disponible una vacuna para el público en general y dónde la recibirá la gente?
Los funcionarios federales han sugerido de manera repetida que las personas que no están en los grupos prioritarios —adultos sanos menores de 65 años que no trabajan en el sector de la salud o que no reúnen los requisitos para ser trabajadores esenciales— deberían tener acceso a la vacuna en mayo o junio, ya que para entonces habrá suficiente suministro. Pero muchas otras cosas tendrán que salir bien para que eso suceda. Un factor es si se aprobarán otras vacunas además de las de Pfizer y Moderna y cuándo.
¿Pueden los empleadores, como hospitales o tiendas de comestibles, exigir que los empleados se vacunen?
Los empleadores tienen derecho a obligar a sus trabajadores a vacunarse. Muchos sistemas hospitalarios, por ejemplo, exigen a sus trabajadores que se apliquen vacunas anuales contra la gripe. Pero los empleados pueden solicitar exenciones por razones médicas o creencias religiosas. En tales casos, se supone que los empleadores deben proporcionar un “ajuste razonable”; con la vacuna contra el coronavirus, se puede permitir que un trabajador use una mascarilla en la oficina o que trabaje desde su casa.
Tres empresas han anunciado datos preliminares que indican que sus vacunas son eficaces, y hay docenas de candidatas a vacuna en ensayos clínicos. ¿Puedo elegir qué vacuna ponerme?
Eso depende de varios factores, incluyendo el suministro en tu área en el momento de la vacunación y si ciertas vacunas son más efectivas en ciertas poblaciones, como los adultos mayores. Al principio, es probable que la única opción sea la vacuna de Pfizer, suponiendo que sea aprobada. Moderna pidió a la FDA una autorización de emergencia el lunes; si se aprueba, lo más probable es que esté disponible en las semanas siguientes a la de Pfizer.
¿Hay algún efecto secundario de la vacuna?
Algunos participantes en los ensayos de Pfizer y Moderna han dicho que experimentaron síntomas como fiebre, dolores musculares, fuertes dolores de cabeza y fatiga después de recibir las inyecciones, pero los efectos secundarios generalmente no duraron más de un día. Aun así, los datos preliminares sugieren que, en comparación con la mayoría de las vacunas contra la gripe, las inyecciones contra el coronavirus tienen una tasa algo más alta de estas reacciones, que casi siempre son signos normales de que la respuesta inmunológica del cuerpo está entrando en acción. En la reunión del comité asesor de los CDC de la semana pasada, algunos miembros dijeron que sería importante que los médicos advirtieran a sus pacientes sobre los posibles efectos secundarios y les asegurasen la inocuidad de las vacunas.
¿Cómo sé que es segura?
La solicitud de cada compañía a la FDA incluye dos meses de seguimiento de los datos de seguridad de la fase 3 de los ensayos clínicos realizados por universidades y otros organismos independientes. En esa fase, decenas de miles de voluntarios reciben una vacuna y esperan a ver si se infectan, en comparación con otros que reciben un placebo. En septiembre, el ensayo de Pfizer tenía 44.000 participantes; no se ha informado de alguna preocupación grave en cuanto a su seguridad.
La FDA también revisará los datos de cada vacuna que solicite autorización y los compartirá con su comité asesor, que se reunirá públicamente —en el caso de la vacuna de Pfizer, el 10 de diciembre— para hacer preguntas y hacer una recomendación a la agencia. La FDA decidirá entonces si aprueba la vacuna para uso de emergencia.
Ya tuve COVID-19. ¿Necesito la vacuna?
Quizá. Aunque las personas que han contraído el virus tienen inmunidad, es demasiado pronto para saber cuánto tiempo dura. Así que, por ahora, tiene sentido que se vacunen. La pregunta es cuándo.
Algunos miembros del comité asesor de los CDC han sugerido que los supervivientes de COVID deberían estar al final de la lista.
“Al principio, cuando se trata de una vacuna de recursos limitados, mi opinión es que debemos tratar de enfocarnos lo más posible en aquellos que sabemos que son susceptibles”, dijo Robert Atmar, especialista en enfermedades infecciosas de Baylor College of Medicine, quien forma parte del comité, durante una reunión del panel la semana pasada.
c.2020 The New York Times Company