La confirmación de uno de los peores escándalos en la historia del fútbol pareciera estar a plena vista, según una publicación que la FIFA, el órgano rector del deporte a nivel mundial, subió a su sitio web la semana pasada.
La admisión que se exhibe en un par de líneas donde se hace referencia a tres infames exfuncionarios del fútbol aparece por casualidad en una larga decisión para justificar el veto de por vida a uno de ellos. La FIFA advierte que no se debería inferir demasiado.
Sin embargo, está ahí, por primera vez y publicado en un documento oficial de la FIFA al que tiene acceso el público en general.
Pregunta: ¿cuáles fueron los funcionarios que iban a recibir dinero a cambio de sus votos para la elección de Catar?
Respuesta: Ricardo Teixeira, Nicolás Leoz y Julio Grondona.
En el mundo de los secretos, no fue uno que se haya guardado muy bien. Muchos periodistas han publicado la acusación sobre los sobornos que sirvieron para que la Copa del Mundo de 2022 llegara a Catar. Las investigaciones lo han demostrado. El Departamento de Justicia de Estados Unidos armó autos de procesamiento con base en ellas.
Sin embargo, la única organización que nunca admitió que se habían pagado los sobornos había sido la misma FIFA. Por esta razón, fue estremecedor ver que esta semana se mencionaron los pagos a los tres exaltos funcionarios del fútbol —Teixeira de Brasil, Leoz de Paraguay y Grondona de Argentina— como pruebas materiales en un informe disciplinario de la FIFA publicado en línea.
El intercambio, un fragmento del testimonio de un ejecutivo suramericano de medios en un tribunal estadounidense, forma parte de un documento de 28 páginas que justifica la suspensión de por vida a Teixeira, quien fuera el máximo dirigente de la federación brasileña de fútbol. No obstante, al difundir el informe gracias a una nueva base de datos que la FIFA ha presentado como su última medida hacia una “mayor transparencia”, el órgano rector del fútbol pareciera haber ido —sin darse cuenta— más lejos que nunca para confirmar que hubo una conspiración que buscaba sobornar a participantes en la votación para elegir al anfitrión de la Copa del Mundo de 2022.
La FIFA negó haber hecho eso. “Un tercero hizo la referencia a la Copa Mundial de la FIFA de 2022”, mencionó la organización en un comunicado, en el que hizo notar que Teixeira fue vetado por actos de corrupción vinculados a tres torneos no relacionados.
“Por ende, no es una confirmación implícita de que Teixeira recibió sobornos por su voto en relación con el nombramiento del anfitrión de la Copa Mundial de la FIFA de 2022”.
La acusación de una votación amañada no procede sin una evidencia circunstancial considerable: más de la mitad de los 22 hombres que votaron por Catar a fines de 2010 fueron acusados, o imputados, de corrupción posteriormente, entre ellos Teixeira, Leoz y Grondona. Todo el proceso de candidatura está siendo investigado por las autoridades suizas.
Catar, el diminuto pero inmensamente rico Estado del Golfo que venció a Estados Unidos y otros países al obtener el voto para ser anfitrión, sigue negando de manera rotunda que algún miembro del equipo que salió victorioso al obtener la candidatura haya cometido cualquier tipo de delito. “Sostenemos que realizamos nuestra candidatura con ética e integridad, al adherirnos estrictamente a todas las reglas y regulaciones del proceso de candidaturas para la Copa Mundial de la FIFA de 2018/2022”, mencionó en un comunicado el comité organizador de la Copa del Mundo de Catar. Durante años, este comité ha intentado acallar las sospechas en torno a los mecanismos que usó para lograr su impresionante victoria. La FIFA ha pasado casi el mismo tiempo intentando evitar su discusión.
Al describir su caso en contra de Teixeira —uno de los más de 40 individuos y empresas nombrados en un auto de procesamiento de gran envergadura que Estados Unidos presentó en 2015 donde se describe la corrupción en los más altos niveles del fútbol—, la FIFA detalló la participación del dirigente en varios esquemas de corrupción. Incluido dentro de estos, aunque no directamente como una de las razones de la FIFA para emitir su veto de por vida, estaba el testimonio de un testigo en un caso de 2018 en Nueva York en contra de tres exejecutivos del fútbol suramericano. En ese caso, un ejecutivo argentino de medios, Alejandro Burzaco, brindó evidencias en contra de los funcionarios como parte de su acuerdo de admisión de culpabilidad.
Aunque no identifica a Burzaco por su nombre, el documento de la FIFA describe el interrogatorio que le hicieron los fiscales estadounidenses. En este, Burzaco dijo que Teixeira, junto con otros dos funcionarios suramericanos que habían muerto desde entonces —Grondona de Argentina y Leoz de Paraguay— aceptaron votar por Catar a cambio de un millón de dólares.
Cuando el equipo legal de Teixeira, quien dijo que este no se encontraba bien de salud y que por eso no asistió a una audiencia con funcionarios de ética de la FIFA, cuestionó la validez del testimonio porque el brasileño aún debía ser sentenciado en un tribunal, la FIFA opuso resistencia y defendió que la calidad de su evidencia y del testigo era “creíble”.
En su comunicado, la FIFA señaló que Teixeira fue vetado por un soborno relacionado con varios torneos de fútbol en Suramérica y Brasil, y no por alguna acción relacionada con la votación para el Mundial de 2022. Mencionó que había comentado mucho en una investigación de Michael García, un exabogado de Estados Unidos, que había indagado la corrupción en torno a la votación. Sin embargo, esa investigación fue obstaculizada por una carencia de competencias para citar a testigos y la ausencia total de poder para obligar a cooperar a testigos fuera del mundo del fútbol.
Como parte de su esfuerzo continuo por promover una mayor transparencia, en octubre, la FIFA anunció la creación de su nuevo portal legal, en el que sería revelada por primera vez al público la documentación que sustenta decisiones como el veto a Teixeira. Al hacerlo, —para consternación de quienes están dentro y fuera de la FIFA— corrió el velo de un proceso judicial que durante décadas había sido encubierto.
Sin embargo, al ofrecer detalles de la acusación en contra de Teixeira, la FIFA, aunque haya sido por accidente, ha generado nuevos cuestionamientos sobre la manera en que Catar aseguró su participación como anfitrión del premio mayor del fútbol.
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