NUEVA DELHI — Al llegar a India en 1959, el reverendo y doctor Martin Luther King Jr. comentó: “A otros países viajo como turista, pero a India vengo como peregrino”. Agregó: “Tal vez, sobre todo, India sea la tierra en la que se desarrollaron las técnicas de cambio social pacífico que mi pueblo ha utilizado en Montgomery, Alabama, y en otras regiones del sur de Estados Unidos. Hemos visto que son efectivas y brindan sustento… ¡funcionan!”.
El guía luminoso cuya inspiración hizo que King viajara a India fue Mohandas Karamchand Gandhi, el mahatma, la gran alma. El 2 de octubre se conmemora el aniversario 150 de su nacimiento. Gandhi Ji o Bapu, sigue inspirando a millones de personas en todo el mundo.
Los métodos de resistencia gandhianos despertaron un espíritu de esperanza entre muchas naciones africanas. King señaló: “Cuando estaba de visita en Ghana, al oeste de África, el primer ministro Nkrumah me dijo que había leído la obra de Gandhi y sentía que la resistencia pacífica podía extenderse a ese lugar. Recordamos que en Sudáfrica también habían boicoteado autobuses”.
Nelson Mandela se refirió a Gandhi como “el Guerrero Sagrado” y escribió: “Su estrategia de no cooperación, su aseveración de que solo podemos ser dominados si cooperamos con nuestros dominadores, y su resistencia pacífica inspiraron movimientos anticoloniales y antirracistas a nivel internacional en nuestro siglo”.
Para Mandela, Gandhi era indio y sudafricano. Gandhi habría coincidido con esa descripción. Tenía la capacidad única de convertirse en un puente entre algunas de las contradicciones más grandes de la sociedad humana.
En 1925, Gandhi escribió en el diario Young India: “Es imposible ser internacionalista sin ser nacionalista. El internacionalismo es posible solo cuando el nacionalismo se convierte en un hecho, por ejemplo, cuando las personas que pertenecen a distintos países se han organizado y son capaces de actuar como un solo hombre”. Gandhi imaginó un nacionalismo indio como uno que nunca estuvo restringido ni fue exclusivo, sino que funcionaba al servicio de la humanidad.
Mahatma Gandhi también personificó la confianza en todos los sectores de la sociedad. En 1917, la ciudad Ahmedabad, en Guyarat, fue testigo de una enorme huelga del sector textil. Cuando el conflicto entre los trabajadores de la fábrica y los propietarios escaló hasta un punto sin retorno, fue Gandhi quien fungió como mediador para llegar a un acuerdo justo.
Gandhi formó la Majoor Mahajan Sangh, una asociación para la defensa de los derechos de los trabajadores. A primera vista, parecería solo un nombre más de una organización, pero en realidad es un ejemplo de los pequeños pasos que pueden darse para generar un gran impacto. En aquellos días, la palabra “Mahajan” se utilizaba como un título de respeto para las élites. Gandhi invirtió la estructura social al agregar la palabra “Mahajan”, que significa gran hombre en sánscrito, a “Majoor”, que significa trabajadores. Con esa elección lingüística, Gandhi enalteció el orgullo de los trabajadores.
Además, Gandhi mezcló objetos cotidianos con la política de masas. ¿Quién más habría podido usar una charkha, o rueca, y el khadi, un tejido indio fabricado en telar casero, como símbolos de la autoconfianza económica y el empoderamiento de una nación?
¡Quién más habría podido crear una revuelta masiva utilizando una pizca de sal! Durante el periodo colonial, las leyes tributarias sobre la sal, que aplicaron un impuesto nuevo a la sal india, se habían convertido en una carga. Con la marcha de la sal (Dandi March) de 1930, Gandhi desafió estas leyes tributarias. El hecho de que recogiera un pequeño puñado de sal natural del mar Arábigo derivó en un movimiento de desobediencia civil histórica.
En el mundo ha habido muchos movimientos en masa, muchos han emanado del conflicto por la libertad incluso en India, pero lo que separa el conflicto gandhiano de los inspirados por él es la participación pública a gran escala. Él jamás ostentó un cargo administrativo ni gubernamental. Jamás fue tentado por el poder.
Para él, la independencia no era la ausencia de una ley externa. Él veía un nexo cercano entre la independencia política y el empoderamiento personal. Imaginó un mundo en el que todos los ciudadanos tuvieran dignidad y prosperidad. Cuando el mundo hablaba de derechos, Gandhi hizo énfasis en los deberes. Escribió en el diario Young India: “La verdadera fuente de los derechos es el deber. Si todos nos desentendemos de nuestro deber, pasará lo mismo con los derechos”. En el diario Harijan escribió: “Los derechos recaen automáticamente en aquel que realiza sus deberes con diligencia”.
Gandhi nos dio la doctrina del fideicomiso, que puso énfasis en el bienestar económico de los pobres. Con esa inspiración, debemos pensar en un espíritu de propiedad. Nosotros, como herederos de la Tierra, somos responsables de su bienestar, incluyendo el de la flora y la fauna con la que compartimos este planeta.
Gandhi es el mejor profesor para guiarnos. Él ofrece una solución para cada problema, desde unir a los que creen en la humanidad, hasta promover el desarrollo sustentable y garantizar la autoconfianza económica.
En India estamos haciendo nuestra parte. India se encuentra entre los países más veloces cuando se trata de eliminar la pobreza. Nuestros esfuerzos en materia de salud han llamado la atención en todo el mundo. India también está tomando la delantera en lo que respecta al aprovechamiento de recursos renovables mediante los esfuerzos de empresas como International Solar Alliance, que ha unido a muchos países para aprovechar la energía solar y tener un futuro sustentable. Queremos hacer aún más, con el mundo y para este.
Como un homenaje a Gandhi, propongo lo que llamo el Reto Einstein. Ya conocemos las palabras famosas que expresó Albert Einstein sobre Gandhi: “Las futuras generaciones apenas creerán que existió alguien como él, de carne y hueso, que caminó por este mundo”.
¿Cómo garantizamos que los ideales de Gandhi sean recordados por las futuras generaciones? Invito a los pensadores, emprendedores y líderes en tecnología a que tomen la iniciativa para divulgar las ideas de Gandhi a través de la innovación.
Trabajemos hombro con hombro para que nuestro mundo sea próspero y no haya odio, violencia ni sufrimiento. Así es como cumpliremos el sueño de Mahatma Gandhi, unidos en su himno favorito, “Vaishnava Jana To”, donde se dice que un verdadero humano es aquel que siente el dolor de otros, se despoja de la miseria y jamás se muestra arrogante.
¡El mundo entero se inclina ante ti, amado Bapu!
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