WASHINGTON — El Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes divulgó el jueves una versión desclasificada de la denuncia de un informante sobre el intento del presidente Donald Trump para presionar al líder de Ucrania con el fin de iniciar una investigación en torno al exvicepresidente Joe Biden, uno de los principales contendientes para la nominación presidencial demócrata de 2020.
El comité también divulgó una carta del inspector general de la comunidad de inteligencia que investigó la denuncia, encontró que era creíble y expresó una gran inquietud. Estos archivos, y los esfuerzos del gobierno para evitar que el Congreso y el público los viera, han generado solicitudes de los demócratas para iniciar un proceso de destitución contra Trump.
A continuación, algunas conclusiones de los archivos recién divulgados.
1. Los funcionarios de la Casa Blanca creen haber sido testigos del abuso de poder de Trump con el fin de obtener ventaja política personal.
Los funcionarios de la Casa Blanca que me hablaron sobre esta información estaban muy perturbados por lo que se había revelado en la llamada telefónica. Me comentaron que ya había una “conversación en curso” con abogados de la Casa Blanca para ver cómo tratar la llamada, pues existía la probabilidad de que hubieran sido testigos de abuso por parte del presidente de su cargo para obtener una ventaja personal, según lo que volvieron a contar los funcionarios.
En una llamada telefónica del 25 de julio con el presidente ucraniano, Trump se refirió al tema de la ayuda estadounidense para ese país —sin mencionar de manera explícita que acababa de congelar un paquete de asistencia militar de cientos de millones de dólares— y luego presionó al líder ucraniano para que investigara a Biden. Después de la llamada, varios funcionarios de la Casa Blanca dijeron al informante que estaban preocupados de que Trump hubiera abusado del poder presidencial “para solicitar la interferencia de otro país en las elecciones estadounidenses de 2020”.
2. Los abogados de la Casa Blanca intentaron ocultar la transcripción reconstruida de la llamada… y ya lo habían hecho antes.
En los días posteriores a la llamada telefónica me enteré, gracias a varios funcionarios estadounidenses, de que altos funcionarios de la Casa Blanca habían intervenido para “asegurar” todos los registros de la llamada telefónica, en especial la transcripción palabra por palabra de la llamada que produjo —como es costumbre— la Sala de Crisis de la Casa Blanca. Esta serie de acciones me confirmaron que los funcionarios de la Casa Blanca entendieron la gravedad de lo que había ocurrido en la llamada.
El informante escribe que los abogados de la Casa Blanca “ordenaron” a los funcionarios que sacaran los registros de la llamada del 25 de julio del sistema donde se almacenan ese tipo de documentos y los transfirieran a otro sistema donde se guarda información altamente clasificada —como archivos relacionados con acciones encubiertas—, aunque no cumplieran con esos criterios, de manera que quedara limitada la cantidad de funcionarios que podrían verlos. Un funcionario de la Casa Blanca le comentó al informante que era un “abuso” usar ese sistema para ocultar información política delicada.
Además, en un apéndice de la denuncia, el informante escribió que los funcionarios de la Casa Blanca mencionaron que “no era la primera vez” que una transcripción presidencial había sido tratada de esa manera, “solo con el propósito de proteger información política delicada, en vez de información delicada sobre seguridad nacional”.
En la denuncia, no se incluyen los nombres de los abogados de la Casa Blanca. Sin embargo, no cabe la menor duda de que trabajan para el abogado con el cargo más alto en la Casa Blanca de Trump, Pat Cipollone, o que él es uno de ellos.
3. El Departamento de Estado consideró una amenaza para la seguridad nacional la estrategia abusiva de Giuliani de poner en contacto a Trump con Ucrania.
Desde mediados de mayo, varios funcionarios estadounidenses me comentaron que estaban muy preocupados, pues consideraban que Giuliani estaba incumpliendo los procesos en la toma de decisiones relacionadas con la seguridad nacional al involucrarse con funcionarios ucranianos y transmitir mensajes de un lado para el otro entre Kiev y el presidente. Funcionarios del Departamento de Estado, entre ellos los embajadores Volker y Sondland, hablaron con Giuliani en un intento por “contener el daño” para la seguridad nacional de Estados Unidos; …
El informante relata las dificultades de los altos diplomáticos estadounidenses para lidiar con la confusión creada por el presidente al enviar a su abogado personal, Rudy Giuliani, a presionar a funcionarios ucranianos con el objetivo de conseguir información comprometedora de los Biden, tanto en la fase previa a la llamada del 25 de julio como en momentos posteriores. Varios funcionarios señalaron que se le hizo creer al liderazgo ucraniano que cualquier reunión o llamada telefónica entre Trump y el nuevo presidente de Ucrania iba a depender de si el último estaba dispuesto a “cooperar” con las exigencias de Giuliani.
4. La iniciativa de Trump para empezar las investigaciones coincidió con un “cambio repentino de política respecto a la ayuda estadounidense a Ucrania”.
Me enteré por unos funcionarios estadounidenses que el 14 de mayo, o en una fecha cercana, el presidente le ordenó al vicepresidente Pence que cancelara el viaje que tenía planeado a Ucrania para asistir a la toma de posesión del presidente Zelenski el 20 de mayo; en su lugar, el secretario de Energía, Rick Perry, encabezó la delegación. Según estos funcionarios, también se les “dejó claro” que el presidente no quería reunirse con Zelenski hasta ver cómo había “decidido actuar” el nuevo presidente en el cargo.
Esta es una de las dos medidas de presión que el gobierno de Trump realizó contra Ucrania, antes de la llamada del 25 de julio. El informante advirtió que no tenía la certeza de que esa acción estuviera relacionada con el objetivo más amplio de que Zelenski “cooperara” con las demandas de Giuliani. El informante relató el episodio en un apéndice editado parcialmente junto con una conversación sobre el bloqueo que Trump impuso al paquete de ayuda militar que el Congreso había aprobado para ayudar a Ucrania a defenderse de una agresión rusa:
El 18 de julio, un funcionario de la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB, por su sigla en inglés) informó a los Departamentos y las Agencias que el presidente impartió instrucciones “a inicios de ese mes” para suspender toda la ayuda de seguridad estadounidense a Ucrania. Ni el personal de la OMB ni el del Consejo de Seguridad Nacional (NSC, por su sigla en inglés) supieron por qué se emitió esta instrucción. Durante reuniones entre agencias celebradas el 23 y el 26 de julio, funcionarios de la OMB volvieron a asegurar de manera explícita que la instrucción de suspender esta ayuda provenía directamente del presidente, pero todavía ignoraban la justificación política. A partir de inicios de agosto, supe por funcionarios estadounidenses que algunos funcionarios ucranianos sabían que la ayuda estadounidense podía estar en riesgo, pero no sé cómo o cuándo se enteraron de eso.
El hecho de que Trump diera la impresión de estar usando la política exterior para sacar ventaja y presionar a Ucrania con el fin de que le consiguiera información comprometedora de un rival político está en el centro de los llamados a realizarle un juicio político.
5. Un fiscal ucraniano muy criticado despertó el interés de Trump y Giuliani al plantear acusaciones en The Hill… pero luego se retractó.
En varios comentarios públicos, Lutsenko también señaló que deseaba comunicarse de manera directa con el fiscal general Barr sobre estos asuntos. Las acusaciones que hizo Lutsenko llegaron en la víspera de la primera ronda de las elecciones presidenciales en Ucrania a celebrarse el 31 de marzo. Para ese entonces, el mecenas político de Lutsenko, el presidente Poroshenko, iba detrás de Zelenski en las encuestas y parecía que podía perder. Zelenski había dejado claro su deseo de remplazar a Lutsenko en el cargo de fiscal general. El 21 de abril, Poroshenko perdió la segunda vuelta ante Zelenski de una manera aplastante.
Según el informante, el origen de la llamada que Trump hizo el 25 de julio se remonta a las denuncias que un exfiscal general ucraniano, Yuriy Lutsenko, y sus aliados le presentaron a John Solomon, un articulista conservador que escribe en The Hill, en la primavera de 2019. Solomon es conocido por escribir artículos de estilo investigativo que promueven la narrativa de que los enemigos de Trump traman fechorías malvadas, lo cual a menudo es amplificado por el comentarista de Fox News, Sean Hannity.
En una entrevista en video y en varios artículos, Solomon presentó una serie de aseveraciones de Lutsenko, entre ellas que funcionarios ucranianos se coludieron de forma ilegal con los demócratas para interferir en las elecciones presidenciales de 2016 con el fin de ayudar a Hillary Clinton, supuestamente por medio de la filtración de registros financieros que provocó la renuncia del presidente de la campaña de Trump, Paul Manafort. Solomon también amplificó la afirmación de Lutsenko de que la embajadora en Ucrania que había nombrado Obama, una diplomática de larga carrera, le había dado a Lutsenko una “lista de no procesamientos”. Una tercera afirmación de Solomon fue que Lutsenko acusó a Biden de haber presionado para que se despidiera a un fiscal general ucraniano anterior, Victor Shokin, a fin de anular una supuesta investigación penal sobre una empresa ucraniana en cuyo consejo de administración estaba uno de sus hijos, Hunter Biden.
De hecho, el gobierno de Obama, simpatizantes de Occidente en Ucrania y activistas anticorrupción querían que Shokin dejara el cargo porque era considerado como un obstáculo para las reformas y se negaba a abrir casos de corrupción. El Departamento de Estado dijo que la aseveración de Lutsenko de que había una lista de no procesamientos era “una invención rotunda”, y en mayo Lutsenko se retractó de lo que había dicho sobre los Biden, argumentando que no había ninguna evidencia de que hubieran incurrido en algo malo.
En un inicio, Lutsenko, quien sucedió a Shokin, era percibido como un mejor fiscal, pero su imagen quedó manchada con el tiempo. La denuncia del informante hizo notar que “Lutsenko no tenía una formación profesional en leyes y que se le había criticado mucho en Ucrania por politizar investigaciones penales y utilizar su tiempo en el cargo de fiscal general para proteger a funcionarios ucranianos corruptos”. Sin embargo, Trump y Giuliani estaban decididos a investigar lo que dijo Solomon. Desde entonces, el Departamento de Estado ha retirado a la embajadora y, en la llamada telefónica del 25 de julio, Trump aparentemente se estaba refiriendo a Lutsenko cuando le comentó al presidente ucraniano: “Me enteré de que tenía un fiscal que era muy bueno, y que lo despidieron, y eso es muy injusto”.
El jueves, Solomon defendió su trabajo en un tuit: “Respaldo cien por ciento mis historias”.
6. El informante expresó inquietudes sobre el involucramiento de Barr.
En el transcurso de mis deberes oficiales, he recibido informaciones de varios funcionarios del gobierno estadounidense que acusan al presidente de Estados Unidos de estar utilizando el poder de su cargo para solicitar una interferencia de otro país en las elecciones estadounidenses de 2020. Esta interferencia incluye, entre otras cosas, presionar a otro país para que investigue a uno de los principales rivales políticos del presidente a nivel nacional. El abogado personal del presidente, Rudolph Giuliani, es una figura central de esa estrategia. El fiscal general Barr también parece estar involucrado.
En la denuncia, el informante señaló que otros funcionarios le habían dicho que Trump, en su llamada del 25 de julio, instó al presidente ucraniano a que trabajara con el fiscal general William Barr en la investigación de los Biden.
Esto sí ocurrió, según una transcripción reconstruida de la llamada que se divulgó al público el miércoles; entre otras cosas, Trump le dice al presidente de Ucrania: “Hay rumores sobre el hijo de Biden, que Biden detuvo el proceso y mucha gente quiere saber sobre eso, así que sería excelente que hiciera todo lo que pueda con el fiscal general. Biden anduvo presumiendo que había detenido el proceso, así que, si quiere investigarlo…”.
Además, después de que Zelenski prometió que su nuevo fiscal general iba a abrir las investigaciones que Trump estaba exigiendo y preguntó si Estados Unidos tenía alguna información que pudiera compartir sobre eso, Trump le agradeció y dijo: “Le diré a Rudy y al fiscal general Barr que lo llamen”.
Esta semana, un alto funcionario del Departamento de Justicia señaló que la Casa Blanca no había ordenado a Barr que investigara a los Biden, pero no mencionó si existía esta investigación.
7. El inspector general mantuvo en secreto la identidad del informante.
“Conozco la identidad del Denunciante. Sin embargo, como lo permite la ley, el Denunciante ha solicitado que el inspector general de la comunidad de inteligencia (ICIG, por su sigla en inglés) no divulgue la identidad del Denunciante en este momento. Para su información, el Denunciante ha contratado a un abogado, ha identificado al abogado ante el ICIG y ha solicitado que el abogado sea el punto de contacto del Denunciante en las comunicaciones subsecuentes con los comités de inteligencia del Congreso sobre esta materia”.
Este pasaje, el cual se encuentra en la carta de Michael Atkinson, el inspector general de la comunidad de inteligencia, muestra que Atkinson ocultó la identidad del informante cuando transmitió la denuncia a Joseph Maguire, el director interino de inteligencia nacional, con la esperanza de que Maguire la enviara al Congreso conforme la ley de informantes. En un inicio, Maguire y el gobierno de Trump se rehusaron a hacerlo, aunque cedieron esta semana. El jueves, Maguire testificó que aún no sabía la identidad del informante.
8. El inspector general marcó información atenuante, pero concluyó que la denuncia era urgente y creíble.
“La Carta del Denunciante reconoce que el Denunciante no fue un testigo directo de la llamada telefónica que tuvo el presidente con el presidente ucraniano el 25 de julio de 2019. No obstante, otra información obtenida durante la revisión preliminar del ICIG respalda la acusación del Denunciante de que, entre otras cosas, durante la llamada el presidente ‘buscó presionar al líder de Ucrania para que tomara medidas que le ayudaran en su intento de reelección en 2020’. Además, aunque la revisión preliminar del ICIG identificó algunos indicios de una parcialidad política discutible por parte del Denunciante en favor de un candidato político rival, esa evidencia no cambia mi determinación de que la denuncia relacionada con el asunto urgente ‘parece creíble’, en particular si se considera la otra información que el ICIG obtuvo durante su revisión preliminar”.
Este pasaje, también de la carta de Atkinson, reconoce que el informante no tuvo conocimiento directo de la llamada del 25 de julio y sugiere que el informante podría no ser un simpatizante de Trump en términos políticos. Sin embargo, Atkinson, un funcionario nombrado por Trump, a pesar de todo concluyó, después de la investigación preliminar, que la información que el informante ofreció era creíble y advirtió que era un asunto urgente que el Congreso debía analizar.
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