HONG KONG — Los oficiales luchaban con Colin Cheung en un auto de la policía que parecía particular. Necesitaban registrar su rostro.
Lo tomaron por la mandíbula para forzarlo a poner la cabeza de frente a su iPhone. Lo abofetearon. Le gritaron: "¡Despierta!". Le abrieron los ojos. Nada funcionó: Cheung había deshabilitado el acceso a su teléfono con reconocimiento facial tras presionar con rapidez un botón en cuanto lo detuvieron.
Después de varias semanas de intensas protestas, los manifestantes y la policía de Hong Kong han convertido las identidades en armas. Las autoridades buscan en línea a los líderes de las protestas y registran sus teléfonos. Ahora muchos manifestantes se cubren el rostro y temen que la policía esté usando cámaras y tal vez otras herramientas para localizarlos.
Cuando la policía dejó de usar placas de identificación a medida que escalaba la violencia, algunos manifestantes comenzaron a exponer en línea las identidades de los oficiales. Un canal de Telegram, la aplicación de mensajería, busca y publica información personal sobre los oficiales y sus familias. El canal, Dadfindboy, tiene más de 50.000 suscriptores y promueve la violencia de una manera cruda y caricaturizada. Los canales rivales a favor del gobierno buscan desenmascarar a los manifestantes de una manera similar.
Cheung, quien fue arrestado la semana pasada por sospechas de "conspiración y complicidad en un homicidio" está suscrito al canal Dadfindboy, aunque negó ser uno de sus fundadores, como lo ha afirmado la policía, y condenó las publicaciones que incitan a la violencia. Cheung cree que fue detenido porque desarrolló una herramienta que podía comparar imágenes con un conjunto de fotos de oficiales para encontrar coincidencias, un proyecto que abandonó posteriormente.
"No quiero que sean como una policía secreta", comentó Cheung, quien fue liberado bajo fianza y no ha sido acusado de ningún delito. "Si las fuerzas del orden no usan nada para mostrar su identidad, se volverán corruptas. Podrán hacer lo que quieran".
"Con la herramienta, los ciudadanos comunes y corrientes pueden saber quiénes son los policías", agregó.
Hong Kong está a la vanguardia de un cambio significativo en los métodos usados por las autoridades para rastrear criminales peligrosos y manifestantes políticos legítimos por igual, así como en la capacidad de sus objetivos para responder. En toda la frontera con China, la policía suele capturar gente vía huellas dactilares digitalizadas, obtenidas mediante uno de los sistemas de vigilancia más invasivos del mundo. La llegada de la tecnología de reconocimiento facial y la rápida expansión de una vasta red de cámaras y otras herramientas de monitoreo han aumentado esas capacidades de manera significativa.
La transformación toca una fibra muy sensible en Hong Kong. Las protestas empezaron por un proyecto de ley que habría permitido que la ciudad extraditara sospechosos de delitos a China continental, donde la policía y los tribunales le responden en última instancia al Partido Comunista.
Las autoridades hongkonesas han emitido controles estrictos de privacidad para el uso del reconocimiento facial y la recolección de otros datos biométricos, aunque no está claro el alcance de esos esfuerzos. También parece que están usando otros métodos tecnológicos para monitorear a los manifestantes. El mes pasado, un hombre de 22 años fue arrestado por ser el administrador de un grupo de Telegram.
Los manifestantes están respondiendo. El domingo, cuando otra protesta se convertía en una confrontación violenta con la policía, algunos de los involucrados dirigieron punteros láser hacia las cámaras de la policía y usaron pintura en aerosol para bloquear las lentes de las cámaras de seguridad colocadas enfrente de la oficina de enlace del gobierno chino. Algunos oficiales antimotines sostenían cámaras en varas justo detrás de la vanguardia mientras disparaban gases lacrimógenos y balas de goma.
La cólera de los manifestantes se intensificó después de que la policía quitó los números de identificación de su uniforme, presumiblemente para evitar que los actos violentos fueran reportados a los líderes de la ciudad. Para algunos manifestantes, la maniobra sugiere que la policía sigue el ejemplo de la zona continental de China, donde los oficiales no tienen responsabilidad pública y a menudo no se identifican.
Representantes de la policía de Hong Kong declararon que la información personal de los oficiales y sus amigos y parientes se había publicado en línea. El 3 de julio, la policía señaló que había arrestado a ocho personas acusadas de divulgar información personal sin aprobación, entre otros cargos. Un vocero de los cuerpos de seguridad mencionó que miembros de la fuerza policiaca reportaron más de ochocientos incidentes en los cuales oficiales o sus familiares habían sufrido acoso después de la divulgación de los datos.
Dadfindboy es un foro para revelar información privada (o doxxing) de los oficiales de la policía. Con tono ingenioso, juvenil, cruel o profano ahí se publica información personal y fotos, algunas de ellas íntimas, de los familiares de los oficiales de policía.
El canal ha hecho llamados a la violencia, a menudo de maneras caricaturizadas, aunque no hay pruebas de que haya incitado algún acto específico. Una publicación instruía a los manifestantes en el uso de las hondas. Otra explicaba cómo hacer un soplete con desodorante en aerosol. Una encuesta reciente les preguntaba a los seguidores del canal cuáles eran las mejores maneras de castigar a la policía. Las opciones incluían la cárcel, cámaras de gas, enterrarlos vivos, la guillotina y ejecuciones con metralletas. Ganó enterrarlos vivos con cerca de una tercera parte de los votos.
La policía detuvo a Cheung once días después de que el canal de Telegram fue creado y lo acusó de ser el administrador. También lo acusó de publicar una guía sobre cómo asesinar a oficiales de la policía. Cheung niega las acusaciones y una investigación de The New York Times no pudo encontrar publicaciones que coincidieran con lo descrito por la policía.
Cheung, un hombre muy delgado de 29 años, fue detenido en un centro comercial más o menos al mediodía del 18 de julio, según su versión de los hechos. Cuatro policías vestidos de civil esperaron a que desbloqueara su teléfono y luego se le echaron encima para intentar quitárselo por la fuerza de las manos.
Después de que los oficiales intentaron usar su rostro para desbloquear el teléfono, lo llevaron a la estación de la policía donde, según Cheung, lo golpearon e interrogaron. Posteriormente, los policías fueron a su casa y usaron una memoria USB cargada con un software para acceder sin autorización a sus computadoras, según la versión de Cheung del incidente. También dijo que estuvo detenido durante más de diez horas y que no estaba seguro de cómo lo había identificado la policía.
La policía de Hong Kong confirmó la investigación, pero se rehusó a ofrecer más comentarios.
*Copyright: c.2019 New York Times News Service