Guaidó regresa a Venezuela y la oposición teme perder el impulso

Por Nicholas Casey

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Una pintura de Juan Guaidó en el lado colombiano del puente fronterizo que conecta con Venezuela (Meridith Kohut/The New York Times)
Una pintura de Juan Guaidó en el lado colombiano del puente fronterizo que conecta con Venezuela (Meridith Kohut/The New York Times)

SANTIAGO — ¿Qué pasará con el líder opositor venezolano y con el movimiento que lidera ahora que regesa Venezuela?

Esa pregunta ha sido formulada en toda Sudamérica desde que Juan Guaidó dejó su país hace más de una semana, con lo que desafió una prohibición de viaje de los tribunales venezolanos para emprender una gira en gran medida improvisada por el continente para reunir apoyo.

Sus simpatizantes esperan con ansias su regreso, debido a que su ausencia continua generaba cuestionamientos sobre el impulso del movimiento que él había iniciado.

"Pienso que confundió a las personas porque nos dejó sin un mapa; se corre el riesgo de que las personas pierdan la fe en su proyecto", dijo María Durán, que trabaja en una organización no gubernamental en Caracas, la capital venezolana. "Hay personas que preguntan: '¿Qué pasó?'".

Originalmente, Guaidó prometió regresar el 23 de febrero: planeaba ingresar con el cargamento de ayuda humanitaria que pretendía atravesar un bloqueo militar en las fronteras ordenado por el presidente Nicolás Maduro. Sin embargo, Maduro detuvo el intento con gas lacrimógeno y balas de goma y cerró los puentes fronterizos a Venezuela.

Entonces la oposición señaló la posibilidad de un regreso después de que Guaidó se reuniera el 25 de febrero con el vicepresidente estadounidense Mike Pence y otros líderes regionales en Bogotá, Colombia. Maduro respondió en una entrevista con ABC News  donde dijo que podría arrestar a Guaidó por violar la ley.

Guaidó fijó la mañana del 4 de marzo como fecha límite para su regreso. Este domingo 3 de marzo publicó en su cuenta de Twitter que partía desde Ecuador hacia Venezuela. En otro mensaje informó sobre una transmisión por internet para dar un balance de su gira y dar a conocer las próximas acciones.

Guaidó, al centro, con los presidentes Sebastián Piñera de Chile, primero desde la derecha, e Iván Duque de Colombia, segundo desde la derecha, así como con Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos, OEA, primero desde la izquierda, frente a camiones con ayuda humanitaria en Colombia el 23 de febrero. (Meridith Kohut/The New York Times)
Guaidó, al centro, con los presidentes Sebastián Piñera de Chile, primero desde la derecha, e Iván Duque de Colombia, segundo desde la derecha, así como con Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos, OEA, primero desde la izquierda, frente a camiones con ayuda humanitaria en Colombia el 23 de febrero. (Meridith Kohut/The New York Times)

Cada día adicional de Guaidó afuera del país representa un riesgo mayor de perder la unidad de los partidos de oposición, que tienen una larga historia de fracturas, dijo Geoff Ramsey, un analista en la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).

"En este punto, la oposición no necesita a otro líder en el exilio", dijo Ramsey. "Entre más tiempo pase Guaidó fuera de Caracas, la oposición se vuelve más acéfala".

Guaidó pasó mayor parte de la última semana en una gira por el continente, con paradas en Brasil, Paraguay, Argentina y Ecuador. Estos aliados regionales están entre los cincuenta países que lo han reconocido como presidente a él en vez de a Maduro, quien se juramentó en enero para un segundo periodo después de una elección que ha sido considerada ampliamente como no democrática.

Aun así, Guaidó continúa como un líder sin un Estado, y el regreso a Venezuela podría llevarlo a prisión.

"Podrían encarcelarlo", dijo Laurence Castro, un legislador de oposición del partido político de Guaidó, que ha permanecido fuera de Venezuela hasta el regreso del líder opositor. "Pero tenemos que hacer todo lo que podamos para ingresar".

El gobierno de Donald Trump ha amenazado con repercusiones para el gobierno de Maduro si Guaidó es encarcelado. Pero Maduro ya ha desafiado a Estados Unidos con sus detenciones, las cuales incluyeron retener brevemente al periodista mexicano-estadounidense Jorge Ramos durante una entrevista conflictiva. El gobierno de Maduro también ha detenido a Guaidó anteriormente y ha enviado a la policía a su hogar.

La gira internacional de Guaidó parece constituir un esfuerzo para asegurarse de que eso no ocurra de nuevo.

La gira de capitales regionales también ha dado tiempo a la oposición de reagruparse después de una dolorosa derrota por el envío de la ayuda.

Guaidó había elevado la esperanza entre sus simpatizantes, quienes han sufrido una grave escasez de alimentos, de que una "avalancha de ayuda" inundara al país con alimentos y medicinas y lograra que los militares de Maduro se volvieran en su contra. Sin embargo, pandillas armadas y militares leales al gobierno fácilmente bloquearon la ayuda, y los simpatizantes solo pudieron aventar piedras para expresar su ira.

La oposición enfrentó más contratiempos cuando trató de escalar la disputa, al exhortar a una intervención militar por parte de los vecinos de Venezuela para derrocar a Maduro. En una reunión el 25 de febrero en Bogotá, la mayoría de los líderes que asistieron rechazaron la convocatoria. El gobierno de Trump ha descartado usar a los militares para forzar el ingreso de la ayuda al país.

Con el control firme de Maduro sobre las fronteras, y las deserciones de militares que hasta el momento solo suman algunos cientos, la oposición está obligada a aceptar que la gestión del gobierno parece ser más resistente de lo que Guaidó la había descrito.

Ricardo Reyes, un periodista en Caracas, dijo que en Venezuela ese mensaje había comenzado a calar.

"Un proceso de transición no es fácil y a veces se lleva más tiempo del que pensabas, especialmente cuando tu plan A no funcionó", dijo.

Dado el continuo control de Maduro, la comunidad internacional considera hacer concesiones.

El 27 de febrero, el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, uno de los principales simpatizantes internacionales de Guaidó, dijo que no objetaría que Maduro disputara por la presidencia de nuevo si una nueva elección fuera libre y justa. Almagro previamente se había unido a quienes exigían que el presidente dejara el poder.

En sus paradas al extranjero, Guaidó fue recibido como jefe de Estado, un notorio contraste con su salida clandestina y secreta de Venezuela para desafiar la prohibición de viaje.

Su viaje comenzó en Brasil, donde se reunió con el nuevo presidente, Jair Bolsonaro, un populista de derecha que se ha referido a las personas de izquierda como "forajidos rojos". Guaidó también sostuvo encuentros con Lenín Moreno, el presidente de centroizquierda de Ecuador, para demostrar que cuenta con el respaldo de ambos lados de la división política.

En Argentina Guaidó fue recibido por grandes multitudes de venezolanos, muchos de los cuales han escapado de la crisis económica durante la cual Maduro ha sido presidente.

"No hay vuelta atrás", dijo Guaidó a una multitud reunida en una plaza en Buenos Aires. "La única vuelta atrás que haremos es cuando regrese a casa. Y puedo prometerles que será pronto".

Ana Vanessa Herrero colaboró con este reportaje desde Caracas, Venezuela.

* Copyright: 2019 The New York Times News Service

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