Cada año, Hollywood dedica meses a celebrar su industria con el reparto de diferentes estatuillas, pero no hay una más preciada que la del Oscar, que mide 34 centímetros de alto, pesa 3,8 kilogramos y está compuesta de bronce recubierto en oro de 24 quilates.
El atractivo de este premio para los artistas de Hollywood yace en que conseguirlo, en teoría, significa que personas de prácticamente todos los oficios involucrados en la producción de una película consideran que lo hiciste extremadamente bien y mejor que los demás.
Según la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, la estatuilla fue diseñada para parecerse a un caballero con espada que defiende un carrete fílmico, pero no hubo modelo para aquel soldado defensor del cine. Si entonces te preguntas por qué se llama Oscar, la respuesta oficial es que una de las primeras directoras de la academia, Margaret Herrick, alguna vez bromeó con que el caballero dorado se parecía a su tío… Oscar. El título oficial es el Premio de la Academia al Mérito™, que es menos corto y menos atractivo.
Antes de la nonagésima primera entrega este domingo 24 de febrero, te presentamos un repaso de todo lo que necesitas saber antes de la ceremonia, desde quiénes son los favoritos para ganar y quiénes van a romper récords si triunfan hasta quiénes están a cargo de decidir cuál es la "mejor" película del año.
Ocho películas compiten este año por el máximo galardón de la academia, con temáticas muy variadas: hay una película taquillera de superhéroes (Pantera negra), sátiras políticas (La favorita y El vicepresidente), una historia real que parece inverosímil (El infiltrado del KKKlan), dos filmes semibiográficos —uno sobre Freddie Mercury y Queen (Bohemian Rhapsody) y otro de un italoestadounidense que se hizo amigo de un pianista negro (Green Book: Una amistad sin fronteras)—, una nueva versión de un clásico hollywoodense (Nace una estrella) y una memoria de México en los setenta (Roma).
Esta edición está particularmente reñida porque es la primera vez en la historia que los cinco principales sindicatos de la academia otorgaron premios a diferentes filmes antes de los Oscar, lo que significa que estarían divididos en sus preferencias. El sindicato de actores premió a Pantera negra; los productores se decantaron por Green Book; La favorita se quedó con el reconocimiento de los editores; los directores favorecieron a Roma, y los guionistas eligieron a dos filmes que ni siquiera están nominados en esta categoría del Oscar, Eighth Grade y ¿Podrás perdonarme? (esta última sí tiene nominaciones actorales y por guion).
Pese a lo reñido, sí hay indicios de que algunos de los filmes tienen más probabilidades de ganar. Roma, por ejemplo, sumó nominaciones en diez categorías, lo que sugiere que cuenta con amplio respaldo en varias ramas (pero también hay muchos detractores que no quieren premiar un filme distribuido por Netflix). El triunfo de Pantera negra entre los actores podría impulsarla a la meta, pues esa rama es la más numerosa de la academia (aunque no recibió nominaciones actorales), pero el respaldo de los productores a Green Book igualmente le da potencia.
De ganar, Roma, se haría historia en Hollywood: en esta categoría nunca ha triunfado una película extranjera (aunque un puñado sí han sido nominadas), ganaría por primera vez una productora latina (la venezolana Gabriela Rodríguez) y sería un hito dado que su distribución fue, en gran medida, fuera de cines. Pantera negra también batiría récords: es la primera película de Marvel nominada al máximo galardón.
Igualmente sería histórico que varios de los filmes triunfen en otras categorías. Por ejemplo, Hannah Beachler, quien le dio vida a Wakanda, es la primera mujer negra que compite en mejor diseño de producción; la protagonista de Roma, Yalitza Aparicio, es la primera mujer de origen indígena en ser nominada. Si Cuarón gana como director —su segundo premio en la categoría—, será la quinta ocasión en seis años que esa estatuilla queda en manos de un mexicano. En el caso de que triunfe Spike Lee en dirección con El infiltrado del KKKlan, quedará en los anales como el primer cineasta negro en hacerse con el premio.
En 1927, un grupo de 36 actores, directores, productores, guionistas y técnicos —las cinco ramas originales— se reunieron en un hotel de Los Ángeles para discutir cómo "incentivar la excelencia" en su campo y, pues, qué mejor que una estatuilla muy brillante. Desde entonces han crecido bastante las filas de la organización: en la actualidad hay poco más de ocho mil integrantes de diecisiete ramas y cada año son invitadas a sumarse entre quinientas y novecientas personas.
En los últimos años, la composición demográfica de la academia también ha cambiado… algo. Después de controversias como #OscarsSoWhite —un movimiento para exhortar a la academia, en ese entonces muy blanca, muy vieja, muy masculina, a escuchar otras voces, como las de directoras o de actores y actrices latinos y negros—, se lanzó una iniciativa de diversificación en 2015. Ahora casi una tercera parte de los integrantes son mujeres (antes era un cuarto de la membresía) y las personas no blancas se duplicaron, a 16 por ciento.
La academia también se ha internacionalizado en años recientes; en su última ronda de invitaciones a nuevos miembros sumó a personas originarias de sesenta países. Eso quizá contribuyó a que este año, por vez primera, dos directores no estadounidenses fueran nominados por filmes en un idioma distinto al inglés: Alfonso Cuarón, por Roma, y Pawel Pawlikowski, por Guerra Fría; ambas están nominadas también por fotografía y como mejor película extranjera, por México y Polonia respectivamente.
Alrededor de una quinta parte de todos los miembros pertenecen a la rama de actores, la más numerosa. La edad promedio de los votantes de la academia, según un análisis de 2016 de Los Angeles Times, es 60 años. La persona más joven tiene 14: se trata de Quvenzhané Wallis, quien fue nominada en 2013 por Una niña maravillosa (Beasts of the Southern Wild) y fue invitada a ser integrante el año pasado.
En teoría, cada miembro ve casi todos los largometrajes y cortometrajes estrenados en el año para decidir cuáles merecen una nominación y la decisión del ganador se toma según cuáles cumplen con aquella idea de "incentivar la excelencia". En la práctica, el Premio de la Academia al Mérito™ no necesariamente se determina solo por lo meritorio.
En declaraciones anónimas a The New York Times, por ejemplo, un votante dijo que este año va a poner primero a El vicepresidente en su boleta solamente porque es amigo de uno de los productores. En años pasados, la revista especializada The Hollywood Reporter publicó cartas anónimas, en ocasiones muuuuy entretenidas, en las que diferentes votantes explican sus razones para nominar y después respaldar —o no— a ciertas películas o realizadores. Van desde "ya me harté de Meryl Streep", pasan por "descarté a ese actor porque no puedo pronunciar su nombre" e incluyen consideraciones como "me encantó, pero no creo que vaya a ganar" y "me gustó, pero terminé por odiar la película por cómo hicieron su campaña".
Es por razones como estas que para ganar un Oscar ahora hay que conquistar a los votantes a lo largo de meses, por encima del trabajo que ya se hizo para la pantalla. Desde finales de los noventa, impulsado en gran medida por Harvey Weinstein (quien fue expulsado de la academia el año pasado por las denuncias de abuso sexual), la manera de promover a una película, un actor o actriz y otros nominados se profesionalizó, con más gastos para tener proyecciones o estrechar contactos con los votantes. Por ejemplo, hay reportes de que Weinstein convenció a Roberto Benigni de mudarse a California desde Italia durante unos meses para que pudiera acudir a más eventos con integrantes de la academia y así lo tuvieran más presente al llenar sus boletas. Funcionó: ganó varias estatuillas por La vida es bella y nos dio el momento memorable de su caminata al escenario por encima de las sillas.
Este año varios estrategas de campañas mediáticas que trabajaron con Weinstein están a cargo de promover filmes como Roma, El infiltrado del KKKlan y Green Book.
En línea, en un sitio web cerrado. Después de que se confirman las nominaciones, en un proceso de votación previo, todos los integrantes de la academia tienen una semana para llenar sus boletas electrónicas; este año ese periodo terminó esta semana, el martes 19 de febrero. Pueden tachar el nombre de un solo nominado o abstenerse, excepto en la categoría de mejor película.
El procedimiento para esa competencia es considerablemente complicado. Los integrantes de la academia deben ordenar las películas nominadas según qué tanto les gustó y demás consideraciones en una clasificación del 1 al 10 —cuando hay diez filmes, el máximo de posibles nominados; en esta edición hay ocho—.
Si una misma película aparece en primer lugar en el 51 por ciento de las boletas, ya ganó.
Pero si no, entonces hay un reparto: se elimina de la competencia la película menos votada en general y los votos que habría obtenido se recorren al filme de segunda preferencia de cada miembro, y así consecutivamente hasta que un filme consigue el respaldo del 51 por ciento. Es por esa razón que una película que varias personas tienen en tercer lugar puede terminar con el trofeo.
Así que este domingo, seas o no cinéfilo, y aunque no hayas visto todas las películas, ya tienes buen material para lucir como el experto ante tus amigos y familiares.
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