Una serie de escándalos se hará sentir este fin de semana entre los líderes de la iglesia católica y quienes monitorean al Vaticano durante una reunión de obispos sobre los casos de abuso sexual de menores por parte del clero.
La reunión, del 21 al 24 de febrero, fue convocada para atender las revelaciones de décadas de abusos que han sacudido a la iglesia, que han profundizado la desconfianza hacia los líderes eclesiásticos y han ahuyentado a algunos fieles.
La intención es que con la cumbre se pueda realinear la jerarquía para seguir adelante. Antes de la reunión, en una decisión que muchos destacaron como significativa, el Vaticano expulsó del clero a Theodore McCarrick, ex cardenal y arzobispo de Washington. Es la primera vez que un cardenal es expulsado del sacerdocio por abuso sexual.
Aunque varios líderes eclesiásticos se dijeron esperanzados de que la reunión de cuatro días, con 190 participantes de todo el mundo, incluyendo al papa Francisco, será un punto de inflexión, hay varias otras controversias que podrían ensombrecerla.
Estas son algunas de ellas:
Las acusaciones de que McCarrick abusó de seminaristas y sacerdotes jóvenes cuando era arzobispo hizo que algunos católicos conservadores exigieran la expulsión de todos los hombres gays que ejercen el sacerdocio.
A pesar de que varios estudios muestran que no hay vínculo entre la homosexualidad y la pedofilia, algunos obispos católicos y medios conservadores han culpado de los escándalos de abuso sexual a las personas gay en la iglesia.
Ahora los sacerdotes homosexuales han empezado a romper su silencio para demandar que se reconozca tanto su papel en la iglesia como el hecho de que su orientación sexual no tiene conexión alguna con el abuso perpetrado por otros.
En Estados Unidos menos de diez padres que son gays han hecho pública su identidad, pero investigadores y otros sacerdotes homosexuales calculan que entre el 30 y 40 por ciento del clero estadounidense son personas gays. Como todos los demás, hacen un voto de celibato.
Una veintena de sacerdotes y seminaristas de trece estados de Estados Unidos hablaron hace poco con The New York Times de su vida como hombres homosexuales en la iglesia.
El papa Francisco alguna vez se mostró algo más abierto a los sacerdotes gays cuando dijo: "¿Quién soy yo para juzgar?". Pero parece haber revertido su apertura; el año pasado dijo que la homosexualidad es una "moda" y señaló que la iglesia recomienda que quienes tengan "esa tendencia arraigada" no sean aceptados al ministerio "ni a la vida consagrada".
Un grupo de sacerdotes homosexuales en los Países Bajos hizo pública esta semana una carta enviada al papa Francisco el año pasado en la que critican esa postura sobre la homosexualidad en el clero. La carta dice que los líderes vaticanos "suelen sugerir que los sacerdotes que son abiertamente homosexuales son los responsables del abuso sexual de niños y menores" y solicita repensar esa postura y las demás políticas respecto a los clérigos gays.
Este debate probablemente será parte de las reuniones de los obispos.
Aunque quienes ejercen el sacerdocio hacen un voto de celibato de por vida, el Vaticano ya tiene protocolos internos para lidiar con quienes lo rompan y tengan hijos. The New York Times reveló esta semana la existencia de los lineamientos.
La Santa Sede confirmó que la congregación que supervisa el sacerdocio a nivel global tiene escritas estas reglas en caso de que algún clérigo embarace a una mujer.
A veces los niños nacen de relaciones entre sacerdotes y mujeres de la comunidad religiosa o inclusive monjas. Pero otros niños son producto de violaciones.
El documento interno de la iglesia, que data de 2017, tiene lineamientos pensados para la "protección del menor", de acuerdo con un portavoz del Vaticano.
Aunque las reglas establecen que el sacerdote debe dejar la iglesia si tiene hijos, no es un requisito que lo hagan.
Algunos creen que este será el próximo gran escándalo para el catolicismo. Los activistas de los "hijos de los ordenados", como los llama el Vaticano, creen que saldrán más casos a la luz; aún no hay un estimado claro de cuántas personas tienen a un clérigo como padre biológico.
El papa Francisco reconoció a principios de febrero, por primera vez, que monjas han sido abusadas sexualmente por sacerdotes y otros oficiales de la Iglesia, lo que calificó como un problema "que todavía se da". El tema por mucho tiempo ha sido relegado por los otros escándalos eclesiásticos, pero puede que eso cambie por la admisión del pontífice.
Los defensores de las víctimas de estos abusos celebraron los comentarios del papa, aunque no queda claro qué planea hacer al respecto a la iglesia. Tampoco queda claro qué tan generalizado es este abuso.
Hay varios reportes de monjas que fueron violadas o abusadas en África y en India. Son particularmente vulnerables las religiosas que dependen financieramente de los sacerdotes u obispos en posiciones de poder.
En el estado de Kerala, al sur de India, Franco Mulakkal, un obispo prominente, enfrenta cargos por la violación reiterada de una hermana; Mulakkal niega las acusaciones, pero decenas de monjas firmaron una carta dirigida al Vaticano en la que piden que sea retirado del cargo.
La policía en Kerala ha dicho que varias monjas más han reportado otros episodios de abuso sexual por parte de sacerdotes.
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