WASHINGTON — Al declarar una emergencia nacional para intentar construir su muy prometido muro fronterizo con México, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha invocado autoridades extraordinarias y casi nunca usadas para actuar por fuera del poder que tiene el congreso para controlar el presupuesto.
Los demócratas están enfurecidos y muchos integrantes del Partido Republicano de Trump están incómodos con el precedente que sentará la declaración. Los legisladores que quieran bloquear al presidente tienen dos avenidas para proceder: por medio del Congreso y por medio de los tribunales.
Los demócratas controlan la Cámara de Representantes e impulsarán la oposición a la declaración. Los líderes del partido no habían dejado entrever sus planes el 14 de febrero, en lo que revisaban sus opciones, pero algunos representantes reconocidos dijeron que intentarán frenar la declaración de las dos maneras simultáneamente.
"Le interesa buscar a un muy buen abogado", dijo el senador Patrick Leahy, de Vermont, el demócrata de más alto rango en la Comisión de Asignaciones.
No, el congreso no tiene el poder directo para frenar al presidente en este caso. Pero cuando los legisladores de antes establecieron los poderes de emergencia presidenciales también previeron un contrapeso.
Con la Ley de Emergencias Nacionales, la Cámara de Representantes y el Senado pueden emitir lo que se conoce como resolución conjunta de término para que venza el estado de emergencia si creen que el presidente está actuando de manera irresponsable o que la amenaza ya se disipó. Joaquín Castro, el representante demócrata por Texas y dirigente del Caucus de Hispanos en el congreso, dijo la noche del jueves que planea presentar la resolución para que sea votada. Como los demócratas tienen una mayoría en la Cámara Baja, es casi seguro que pueda pasar esa resolución o una similar.
"Respaldaré por completo la promulgación de una resolución conjunta para dar término a la declaración de emergencia presidencial, de acuerdo con los procesos previstos en la Ley de Emergencias Nacionales, y también pretendo buscar todas las otras opciones legales disponibles", dijo el representante Jerrold Nadler, de Nueva York, quien encabeza la Comisión de Asuntos Judiciales.
Para que el partido al que pertenece el presidente no pueda reprimir una medida así, las leyes establecen que si una cámara aprueba una resolución de este tipo, la otra tiene que votarla dentro de dieciocho días. Los demócratas son la minoría en el Senado, pero necesitarían el apoyo de tan solo unos republicanos para que se apruebe ahí también una medida del tipo y termine en el escritorio presidencial. Es posible pensar que una media docena de senadores republicanos se unirán a los demócratas por la preocupación del precedente que establecería esta declaración.
Como sucede con cualquier otra medida legislativa que llega a su escritorio, Trump puede vetar una resolución conjunta del congreso que ponga fin a la declaración de emergencia, tan solo si no es aprobada con las llamadas supermayorías (dos tercios) en ambas cámaras.
El congreso en un inicio no quería darle al presidente la posibilidad del veto cuando se aprobó la ley que rige cómo y cuándo un presidente puede emitir tal declaración para obtener poderes de emergencia, legislación que fue establecida en una reforma después del escándalo de Watergate.
Pero la Corte Suprema estableció en 1981 que para que una acción legislativa tenga efecto sí requiere la firma o el veto presidencial. Para revertir un veto, el congreso debe volver a votar y conseguir el respaldo de dos tercios de los legisladores en las dos cámaras; ese fallo judicial hizo considerablemente más difícil que el congreso detenga una decisión de la Casa Blanca.
Esta es la pregunta clave. Una media docena de republicanos expresaron su desaprobación desde el jueves, cuando la Casa Blanca adelantó que Trump haría la declaración hoy.
"No creo que la Ley de Emergencias Nacionales contemple como posibilidad que un presidente redirija miles de millones de dólares del proceso normal de asignación de fondos", dijo la senadora por Maine Susan Collins. "También creo que esto enfrentará retos legales y que la constitucionalidad de la acción es sospechosa".
El senador Rand Paul, republicano de Kentucky y quien ha sido aliado de Trump para otros temas, dijo que la declaración contraviene la separación de poderes prevista en la constitución, al igual que Patrick Toomey, de Pensilvania.
"Creo que esto se necesita resolver con el proceso legislativo", dijo Toomey.
Sin embargo, es muy poco probable que los demócratas consigan el respaldo de suficientes republicanos en la Cámara de Representantes o en el Senado como para revertir el veto a una resolución. Lo mejor que pueden esperar los opositores del presidente es exhibir las grietas dentro de los republicanos para el tema del muro y su construcción.
Quienes se oponen a la declaración tal vez podrían conseguir un respaldo bipartidista a una medida para que, con su declaración, Trump no pueda utilizar los fondos para atender desastres para el muro.
Los demócratas tendrían dos opciones: la Cámara de Representantes puede sumarse a una acción legal en contra de la declaración de emergencia que presente alguien más o presentar su propia demanda.
Hay dudas sobre la disposición legal que tiene la Cámara Baja para demandar por cuenta propia; los líderes y los abogados de los políticos en la Cámara de Representantes tendrán que deliberar si conviene arriesgarse a hacerlo si hay fuertes probabilidades de que un juez deseche la acción por falta de acreditación legal.
Sin embargo, es muy probable que haya desafíos legales a la declaración de Donald Trump que alarguen la implementación durante cierto tiempo.
Charlie Savage y Catie Edmondson colaboraron con el reportaje.
* Copyright: 2019 The New York Times News Service