El juicio al Chapo revela lo poco que serviría un muro contra el narcotráfico

Por Alan Feuer

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Desde 2010 autoridades mexicanas tenían interceptados los teléfonos de algunas parejas del capo (Foto: archivo)
Desde 2010 autoridades mexicanas tenían interceptados los teléfonos de algunas parejas del capo (Foto: archivo)

Emily Palmer colaboró con este reportaje.

Algunos de los lotes de droga estaban ocultos en vehículos de pasajeros, escondidos en camiones dentro de latas de jalapeños o en trenes cisterna que llevaban cargas habituales de aceite de cocina. Otros se enviaban por debajo de la frontera a través de túneles sofisticados.

Las diez semanas de testimonios en el juicio contra Joaquín "el Chapo" Guzmán han revelado que su innovadora red de contrabando solía pasar por puntos legales de control, no por tramos aislados de la frontera donde un muro podría servir de obstáculo.

El plan del presidente Trump de construir un muro a lo largo de la frontera suroeste no se ha mencionado en el juicio, pero ha permanecido latente durante el proceso de Guzmán, un parteaguas en la guerra estadounidense contra el narcotráfico.

El juicio que se lleva a cabo en el Tribunal Federal de Distrito de Brooklyn es la primera ocasión en la que fiscales federales estadounidenses han revelado de manera pública el funcionamiento interno del Cártel de Sinaloa, liderado por Guzmán, pues se han proporcionado los detalles más exhaustivos hasta el momento sobre la estructura, el financiamiento y los métodos de distribución de la organización. Con esta finalidad, los fiscales se han valido de expertos de primera mano: una extensa lista formada por antiguos subordinados y aliados del mismo Guzmán.

A pesar de que Trump ha vendido su idea de construir un muro fronterizo como una manera de detener la inmigración ilegal, recientemente ha sugerido que también ayudaría a mitigar el negocio del narcotráfico a través de la frontera.

"Si construimos una barrera poderosa y perfectamente diseñada de acero transparente en nuestra frontera sur, la tasa de delincuencia y el problema con el tráfico de drogas en nuestro país se reducirá de manera rápida y significativa", dijo este sábado. "Algunos dicen que incluso podría reducirse a la mitad". Y agregó: "Podemos detener la heroína".

Sin embargo, el juicio al Chapo ha demostrado que detener el flujo de la droga hacia Estados Unidos podría ser más complicado que eso. A partir del testimonio de personas que trabajaron con Guzmán, los fiscales han demostrado que su cártel fue incesantemente creativo durante décadas, pues nunca dejaron de inventar nuevos métodos para eludir la detección.

"Lo que están escuchando en este juicio es lo que observan los trabajadores fronterizos todo el tiempo", dijo Doris Meissner, quien fungió como inspectora para el Servicio de Inmigración y Naturalización de 1993 a 2000 y ahora trabaja en el Instituto de Política Migratoria, un grupo de activistas.

Meissner añadió: "La idea de que la gente atraviesa caminando la frontera con drogas como si fueran inmigrantes ilegales que podrían ser detenidos con un muro es simplemente incorrecta".

No obstante, algunos partidarios de la construcción del muro han señalado que un obstáculo físico a lo largo de la frontera es necesario como protección para garantizar que la frontera esté lo más sellada posible.

"Se trata de proteger todos los frentes: mar, tierra, aire, los puertos de entrada y los espacios entre ellos", dijo James Carafano, vicepresidente de política exterior y seguridad nacional en la Fundación Heritage, un grupo de expertos de tendencia conservadora. "De otra forma no se estaría implementando una estrategia fronteriza eficaz. Una estrategia eficaz implica establecer la mayor cantidad posible de barreras. No se trata de cerrar solo una entrada y dejar abiertas otras 99".

Una de las cosas que se han revelado durante el juicio de Guzmán es que uno de sus primeros métodos de contrabando —y también uno de sus preferidos—, era pasar la droga a través de la frontera escondida en vehículos de pasajeros con aspecto normal, pero que tenían compartimentos secretos en la carrocería. Algunos testigos han descrito cómo solían repartir los lotes entre varios autos para asegurarse de que al menos algunos de ellos lograran llegar al otro lado sin ser descubiertos.

Sin embargo, Guzmán también usó tácticas más drásticas e inusuales para transportar drogas. En determinado momento, como se ha señalado en los testimonios del juicio, Guzmán envió toneladas de cocaína a través de la frontera en latas de jalapeños etiquetadas con la marca de chiles La Comadre. Las latas estaban apiladas sobre tarimas en la parte trasera de semirremolques comerciales que simplemente pasaban por los puntos de entrada oficiales. Para evitar que encontraran su producto, dijeron los testigos, Guzmán a menudo ponía las latas de cocaína en medio de las tarimas, rodeadas por latas que sí tenían chiles.

Los que proponen el muro han dicho que esa estructura podría ayudar a mejorar las inspecciones en la frontera.

"Uno de los grandes problemas es que tenemos demasiada gente en guardia en los puntos de entrada y también entre ellos, y no contamos con suficientes personas que hagan inspecciones, análisis y trabajo de inteligencia, así que el muro en efecto canalizaría el flujo a zonas que se puedan gestionar, analizar e inspeccionar de manera más exhaustiva", dijo John P. Walters, exdirector de políticas de control de drogas del presidente George W. Bush y director de operaciones del Hudson Institute, un grupo conservador de expertos. "El muro en sí no detiene todo el flujo, pero puede ser una vía para detener todo el flujo".

"No estoy diciendo que el muro lo hará todo, sino ¿cómo podríamos tratar de detener el tráfico sin un muro?", agregó.

No obstante, los métodos de Guzmán iban más allá de los cruces fronterizos normales. Un testigo en el juicio, Tirso Martínez Sánchez, les dijo a los miembros del jurado en diciembre que él mismo ayudó a convencer a Guzmán de usar trenes cisterna que recorrían las líneas ferroviarias transfronterizas.

De acuerdo con Martínez, los miembros del cártel primero crearon empresas fantasma que parecían vender artículos legales como aceite de cocina. Después de enviar algunos cargamentos reales de aceite desde México a varias ciudades estadounidenses para hacer parecer que la compañía era legítima, los trabajadores de Guzmán comenzaron a empacar cocaína en compartimentos secretos de las cisternas que enviaban a la frontera.

En Estados Unidos, otros miembros recibían los trenes en una red de almacenes secretos que, según Martínez, estaban ubicados en su mayoría en ramales ferroviarios para que los trenes pudieran llegar directamente desde las líneas principales de ferrocarril.

Las rutas marinas eran otro medio, aunque un poco menos frecuente, de transportar la droga a Estados Unidos. Este mes, por ejemplo, los testigos declararon que Guzmán una vez envió un cargamento de marihuana en barco desde el norte de México, en el océano Pacífico, hasta la costa cercana a San Diego. Las drogas debían descargarse en alta mar a través de botes más pequeños. El cargamento jamás llegó a San Diego, y tres de los trabajadores de Guzmán fueron arrestados.

El capo también envió grandes cargamentos de efectivo a través de puntos fronterizos normales en la dirección opuesta, de Estados Unidos a México. De hecho, ya en 1989, uno de los hermanos de Guzmán, Arturo Guzmán Loera, fue detenido brevemente en el puerto de entrada de Douglas, Arizona, después de que los agentes fronterizos del lugar encontraran más de un millón de dólares en la puerta trasera y los paneles laterales de su camioneta Ford Bronco negra.

Carafano dijo entender que los narcotraficantes siempre intentarían encontrar nuevos métodos y que el muro simplemente sería "parte del plan".

Agregó: "Es parte de la estrategia, pero debes cubrir las tres zonas simultáneamente: el puerto de entrada, la frontera y el mar, con el fin de crear una serie de malas opciones para los traficantes".

Pero también está el asunto del método de contrabando más famoso del Chapo: los túneles.

En los primeros días del juicio, Jesús Zambada García, uno de los principales encargados de logística de Guzmán, les contó a los miembros del jurado cómo un grupo de trabajadores había cavado un túnel a principios de los años noventa bajo una casa de apariencia normal en un rancho en Agua Prieta, México, que llegaba hasta un almacén en Douglas.

La entrada en el lado mexicano, dijo Zambada, estaba oculta bajo una mesa de billar que podía levantarse del suelo mediante elevadores hidráulicos. Los elevadores se activaban dando vuelta a lo que parecía ser la válvula de una manguera ordinaria de jardín en el patio de afuera.

¿Y la salida del túnel en el almacén de Arizona?

Increíblemente, dijo Zambada, estaba ubicada a unas cuantas cuadras de un centro local de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.

* Copyright: 2019 The New York Times News Service

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