Lagunas rosadas, montañas como arco iris, campos teñidos de color; la naturaleza regala una gama de experiencias que a ojos de cualquier viajero resultan sorprendentes. La Antártida permanece como un destino reservado para pocos. Algunos cruceros y muchos científicos se han dado el gusto de plasmar en sus Instagram imágenes del continente blanco.
En medio de ese sitio poco explorado, algo no es totalmente níveo. Las llamadas Blood Falls son un espectáculo sin precedentes que dejaría absorto a todo mortal en cualquier sitio del mundo. Sin embargo, en medio de la escenografía blanca, las Cataratas de Sangre se convierten en una especie de ópera dramática del paisaje.
Las cascadas rojas despiden un potente mar coloreado que expone una muestra de vida en su forma más extrema. ¿Una humorada pensada como puerta de entrada al infierno o la científica explicación de un extraño ecosistema prehistórico?
Durante décadas, esta extraña vista confundió a los valientes exploradores que lograron llegar a este valle lejano y aislado. Si bien ahora se tiene una idea más sólida de lo que está causando este fenómeno, la investigación de las últimas décadas ha revelado que esta pequeña porción de la Antártida es quizás incluso más extraña de lo que parece.
Los primeros exploradores pensaron que el color vibrante se debía a la presencia de algas rojas. Sin embargo, esto más tarde resultó ser incorrecto. No fue hasta la década de 1960 que los científicos pudieron demostrar que el tono rojo de las Blood Falls era en realidad el resultado de las sales de hierro, o hidróxido férrico, que estaban siendo expulsadas de la capa de hielo.
Otras ideas sobre el tono colorado
En 2009, los científicos descubrieron que el agua rojiza que se filtra del glaciar Taylor se origina en un lago de agua salada que quedó atrapado en el hielo durante 1,5 a 4 millones de años. De hecho, este lago es solo una parte de un sistema subterráneo mucho más grande de lagos y acuíferos hipersalados.
El análisis del agua de las Blood Falls indicó que los cuerpos enterrados de agua súper salada albergan un raro ecosistema subglacial de bacterias, a pesar de una ausencia casi total de oxígeno. Esto significa que la bacteria persiste sin la fotosíntesis y que probablemente se sostiene a través del ciclo del hierro de la salmuera. Además de esto, el agua está muy por debajo del punto de congelación, con una temperatura de alrededor de -7°C cuando sale del glaciar. Solo logra mantenerse líquida debido a su alto contenido en sal.
Un estudio en el Journal of Glaciology ha descubierto su verdadero origen utilizando un radar para escanear las capas de hielo de las que fluye el río. Las imágenes de debajo del glaciar ayudaron a resolver el misterio, revelando una red compleja de ríos subglaciales y un lago subglacial, todos llenos de salmuera con alto contenido de hierro, lo que le da a las cataratas su tinte rojizo.
El estudio también midió la cantidad de salmuera rica en hierro en el agua del río y encontró que su contenido aumentaba a medida que las mediciones se acercaban a las cataratas. Además se encontró que la temperatura del agua y el contenido de salmuera están relacionados: grietas de varios tamaños en el glaciar dejan entrar salmuera en su interior. Luego, la salmuera (representada por el rojo por la cantidad de hierro presente en el agua) comienza a congelarse y el calor latente calienta el hielo a su alrededor, aumentando la concentración de salmuera en el centro de las grietas.
A pesar de todas las nuevas conclusiones, aún no está claro qué es lo que realmente empuja la salmuera rojiza del glaciar hacia la superficie. Aunque los científicos coinciden en que está ocurriendo gracias a una fuerza geológica colosal, no se tiene una idea precisa de qué fuerza se trata.
Dado que el agua ha quedado atrapada debajo del glaciar durante millones de años, el derrame de las Blood Falls podría actuar como un glaciar del tiempo de una era en la que el planeta era muy diferente al actual.
Algunos investigadores sostienen que el sistema de las Blood Falls y sus habitantes microbianos podrían explicar cómo la vida en la Tierra logró sobrevivir en tiempos en los que todo el globo estaba congelado. También podría arrojar algo de luz sobre cómo podrían existir formas de vida en otros planetas con cuerpos subglaciales similares de agua congelada, como en Marte y en la luna Europa de Júpiter.
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