El activismo joven está cada vez más presente para concientizar sobre el impacto de cambio climático. Las evidencias científicas y las actuales muestras de la crisis climática han movilizado a miles de jóvenes en todo el mundo a alzar la voz para exigir a los líderes mundiales que se comprometan de manera urgente con las políticas ambientales planteadas por las organizaciones internacionales encargadas de velar por el bienestar de todas las personas y el planeta.
En el marco de la Cumbre Mundial de Alcaldes del C40 que se desarrolló en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, tuvo lugar el conversatorio denominado “El Futuro es Clima”, co-organizado entre la Fundación Banco Ciudad, la Secretaría de Ambiente de la Ciudad de Buenos Aires y Ashoka Cono Sur.
El evento se llevó a cabo el pasado viernes 21 de octubre en la Facultad de Derecho (UBA) y contó con la participación de jóvenes agentes de cambio ambientalistas de Argentina, Chile, España y México, quienes dieron a conocer los proyectos que impulsan en sus comunidades y dialogaron con referentes del sector público, privado y del ecosistema de impacto social y ambiental, para tratar la problemática del cambio climático.
Entre los jóvenes, en representación de Argentina participaron Martina Gómez, de 16 años, co-fundadora de Jóvenes por el Clima Argentina, una de las organizaciones juveniles referentes en la lucha contra el cambio climático, y Yael Crupnicoff, de 20 años, fundadora de Tekohá, una incubadora que potencia jóvenes de Argentina y Uruguay como emprendedores sustentables a través de experiencias educativas.
De México, Viviana Álvarez de la Cadena Garza, de 17 años, co-fundadora de Salvemos el Planeta, que ha plantado más de 55.000 árboles en su país y restaurado más de 60 espacios verdes. Por Chile, Valentina Soledad Soto Caico, de 20 años, quien ha creado Generation of Change, una plataforma internacional que contiene un programa llamado Círculo de Acción por la Pachamama, que despliega educación ambiental a través de talleres y limpieza de playas.
Finalmente, de España, Maitane Alonso Monasterio, de 20 años, quien creó la compañía Innovating Alimentary Machines, que empodera a personas y organizaciones con tecnología para conservar alimentos de una manera económica, rápida y sustentable.
Con el objetivo de promover el diálogo y la reflexión en torno a la cuestión ambiental incluyendo la voz de la juventud, y a su vez dar lugar a ideas y propuestas concretas que puedan llevarse a la práctica en las diversas ciudades representadas en el C40, la Ciudad de Buenos Aires se convirtió en el epicentro de la discusión sobre las soluciones que los líderes urbanos tienen a disposición para transformar los ambientes donde vivimos, trabajamos y pasamos tiempo en centros urbanos más justos, inclusivos y sostenibles.
Este intercambio estuvo totalmente atravesado por los sucesos más recientes y trascendentes para toda la humanidad: la pandemia del COVID-19 y las catástrofes climáticas. En esta línea, en una entrevista exclusiva con Infobae, Álvarez de la Cadena Garza aseveró: “En la vida prepandemia, todo sucedía tan rápido que no nos dábamos tiempo para ver qué estaba pasando realmente a nuestro alrededor. Creo que la pandemia nos dio momentos de pausa, de sentir y de ver, y de estar conectados, investigando y aprendiendo. Dio espacio a que se hicieran campañas y se creara consciencia”.
Durante la actividad se presentaron los resultados de una encuesta realizada por Playground y Ashoka a más de 9.000 jóvenes en España, de entre 16 y 30 años, que arrojó datos como que “al 97% de los jóvenes españoles le preocupa la emergencia climática y el 82,1% ha sufrido ecoansiedad alguna vez a lo largo de su vida”. Y, por otro lado, se compartieron los resultados de encuestas en Argentina sobre la opinión de las juventudes en torno al cambio climático, realizadas por la consultora Voices!.
“Desde muy pequeños, nosotros los jóvenes nos involucramos en este cambio social. Porque cuando hablamos de cambio climático hablamos de cambios sociales, en la economía, en la cultura y claro, en la política. Esta crisis solía estar en la puerta de nuestros hogares, ahora está dentro de nuestras casas. Lamentablemente, somos nosotros los que tenemos que actuar porque las generaciones anteriores no quisieron hacerlo”, aseguró Soto Caico.
Ahora, la acción climática sólo puede llevarse adelante si contamos con los recursos necesarios. En América Latina y en otros países en el Sur Global, existe una falta de financiamiento para las acciones climáticas, lo que hace que terminemos eligiendo opciones más económicas pero más perjudiciales para nuestro ambiente.
En Argentina, la pandemia agudizó la ya de por sí preocupante situación ambiental del país, al tiempo que empeoró unas condiciones económicas en constante deterioro durante la última década. La suma de ambos factores compone un escenario que, según quiera verse, podría ser la ocasión para iniciar una transformación de fondo o de dar nuevos pasos hacia un escenario insostenible.
“No se trata de elegir entre invertir en el desarrollo o en el cuidado ambiental. Existen hoy en día un montón de empresas e industrias que hacen mucho a favor del medio ambiente. Muchos trabajos contribuyen la sostenibilidad. Para llegar al mundo ideal en el que se resuelven todos nuestros mayores problemas, hace falta mirar las dos caras de la moneda”, resaltó Álvarez de la Cadena Garza.
Al respecto, Alonso Monasterio indicó: “Me gustaría que los líderes y los representantes empiecen a tomar todas las voces en cuenta, especialmente las de los jóvenes. Ya no alcanza con sacarse la foto en un evento, hay que escucharlos y hacer que formen parte de los comités que toman de decisiones”.
Y concluyó: “Se ha hecho muchísimo trabajo. Es el momento de dejar de hablar tanto y comenzar a realizar acciones concretas que tengan impacto en las comunidades a nivel local como global. No existe una sola acción que nos vaya a solucionar todos los problemas en relación a la crisis climática. Pero sí va a hacerlo la suma de todas las pequeñas acciones que realizemos y para ello necesitamos a todos, desde los más mayores hasta los más pequeños”.
La movilización sin precedentes de los jóvenes de todo el mundo refleja el gran poder que poseen a la hora de hacer que los responsables de la adopción de decisiones rindan cuentas. Su mensaje es claro: la generación de mayor edad ha fracasado y son los jóvenes quienes lo pagarán íntegramente, con su propio futuro.
Seguir leyendo: