“Estudié, pero ya me olvidé todo”. “Me dijeron cómo hacerlo, lo hice varias veces, pero no recuerdo cómo”. Estas dos frases son solo algunas de las que se pueden escuchar a lo largo y ancho del planeta. Es que el aprendizaje es una tarea diaria. No se trata de encasillarlo solo en ámbitos académicos o escolares, es una labor que ocurre de forma cotidiana y constante.
Los resultados del conocimiento son innegables y los beneficios del aprendizaje son extensos. Sin embargo, para convertirse en un hábil aprendiz no es imperativo leer más o incorporar conocimientos más rápido, sino que es necesario mejorar el modo de aprender.
“Antes se pensaba que, sin importar cuánto nos esforzáramos, nuestra inteligencia se mantenía inamovible. Hoy sabemos que lo que importa, más que la inteligencia, es la mentalidad. Frente al fracaso o al desafío, algunos niños se esfuerzan más. Otros, por el contrario, se frustran y abandonan”, señaló a Infobae Laura Lewin, capacitadora, autora y consultora en temas de gestión educativa, neuroeducación y manejo del aula.
En ese sentido, la experta aseguró que “el éxito no está determinado por talentos innatos o intelectuales, sino que depende de nuestra mentalidad. Es decir, el grado por el cual nosotros creemos que tenemos la habilidad de cultivar nuestra inteligencia y desarrollar nuestras habilidades”.
Scott Young, autor del libro Ultralearning, identificó cinco estrategias para mejorar en el aprendizaje sin importar el coeficiente intelectual. Es más, este escritor, en diálogo con Inc., resaltó que “explicando ideas fundamentales respaldadas por investigaciones se pueden acelerar el aprendizaje en muchas disciplinas diferentes” y para alcanzar este objetivo se puede apelar a “modelos mentales básicos”
Cuáles son las 5 estrategias que mejoran la capacidad de aprendizaje
1. La recuperación es primordial para fortalecer la memoria
Los expertos advierten que las largas jornadas de estudio que resultan en problemas para recordar los conceptos provocan un “mal sabor de boca”. Sin embargo, advirtieron que es posible que esta problemática no se encuentre en tu cerebro, como podrían interpretar algunos, sino en el método que se usa en el aprendizaje y las habilidades de estudio.
“Recuperar el conocimiento fortalece la memoria más que ver algo por segunda vez”, afirmó Young y añadió: “Probar el conocimiento no es solo una forma de medir lo que sabe, sino que mejora activamente su memoria. De hecho, la prueba (examen) es una de las mejores técnicas de estudio que los investigadores han descubierto“.
Con el objetivo de incrementar la memoria, los científicos indicaron que la mejor estrategia es “espaciar las sesiones de autoevaluación para que estés cerca del límite del olvido cuando te encuentres con el material nuevamente”, de este modo el cerebro acciona la denominada recuperación retrasada o aprendizaje extendido, en el cual se puede “estudiar mucho durante un breve período de tiempo, tomar un descanso y luego intentarlo de nuevo, distribuyendo intensas ráfagas de aprendizaje durante un largo período de tiempo”, explicó.
2. La ampliación del conocimiento
Como si se tratara de una carrera de postas, todo el conocimiento previo nos posiciona más adelante. Arrancar desde ese punto es ventajoso y no debe dejarse de lado. En palabras de Young, “cuánto puede aprender depende de lo que ya sabe. La investigación encuentra que la cantidad de conocimiento retenido de un texto depende del conocimiento previo del tema. Este efecto puede incluso superar la inteligencia general en algunas situaciones”.
Una de las analogías más elegidas por Bill Gates y Elon Musk, personas que, sin lugar a dudas, son puestas como inteligentes, es que el conocimiento es un árbol. Es decir que, siguiendo con esa figura, necesitas tener un tronco fuerte para que las ramas puedan crecer y extenderse. Con lo cual, el entendimiento de un tema es primordial para poder iniciar el camino hacia otro distinto y así fijarlo.
Es más, al dominar el tema base, los conceptos relativos a este son más fáciles de incorporar. Con lo cual, los expertos advierten que la mejor forma de aprender es iniciar el camino en las temáticas más generales para, luego, centrarse en los detalles. De este modo, el aprendizaje también será más veloz.
3. Copiar también es creatividad
“¿Cómo se te ocurrió?”. “Siempre tiene ideas frescas e innovadoras”. Siempre hay alguna persona que bien puede identificarse con estas frases. Es más, no existen solo momentos “¡Eureka!” que cambian todo, sino que se trata de una construcción cotidiana. La mayoría de las veces, según los expertos, la creatividad es una combinación de “ideas antiguas de diferentes maneras, o trasladar ideas de un área de esfuerzo a otra”, señalaron a Inc.
Según Young, “en lugar de saltar al mundo completamente formado, la nueva invención es esencialmente la mutación aleatoria de viejas ideas. Cuando esas ideas resultan útiles, se expanden para llenar un nuevo nicho”. Es por este motivo que, en palabras del auto, “la clave para experimentar más avances a menudo es dejar de esperar los momentos Eureka para permitirse jugar y experimentar más con ideas y conceptos con los que ya está familiarizado, experiencias y recuerdos”.
4. ¿El mejor maestro es el éxito?
“Esfuerzo es igual a conocimiento”. Aunque muchos se apoyan en esta afirmación para estimular a quienes lo escuchan, lo cierto es que la ciencia no opina lo mismo. Si no que es un cuadro “más complicado”. “No debes saber todas las respuestas antes de comenzar a estudiar, eso sería inútil, aunque agradable, pero tampoco debes sentir que estás fallando constantemente”, reflexionó el experto.
En ese sentido, indicó que “la investigación ha sugerido un nivel de dificultad bastante exacto para maximizar el aprendizaje”. “Una buena regla es apuntar a una tasa de éxito de aproximadamente el 85 por ciento al aprender. Puede hacerlo calibrando la dificultad de su práctica (libro abierto o cerrado, con un tutor o sin él, problemas simples o complejos) o buscando capacitación adicional y asistencia cuando cae por debajo de este umbral”, afirmó Young y completó: “Si tiene éxito por encima de este umbral, probablemente no esté buscando problemas lo suficientemente difíciles y esté practicando rutinas en lugar de aprender nuevas habilidades“.
5. La experiencia invisibiliza al conocimiento
Para Young, “las habilidades se automatizan cada vez más a través de la práctica. Esto reduce nuestra conciencia de la habilidad, lo que hace que requiera menos de nuestra preciosa capacidad de memoria de trabajo para realizarla”. Para profundizar en este aspecto, el experto ejemplificó: “Piense en conducir un automóvil. Al principio usar las luces intermitentes y los frenos fue dolorosamente deliberado. Después años de conducción, apenas piensa en ello”.
Aquello que explicó con un ejemplo de tarea cotidiana y que implica una combinación de mente y motricidad, también se puede aplicar a otros aspectos de la vida. Si una persona se especializa en números, realizar cuentas complejas será cuestión de todos los días. En el caso de los que se dedican a las letras, las construcciones semánticas o el análisis de un discurso, será sencillo. Ahora, identificar y transmitir este conocimiento ya arraigado implicará aplicar una serie de estrategias que pensábamos olvidadas.
Pero eso no es todo, ya que aquellas personas que cuentan con un alto nivel de calificación para sus actividades, generalmente, no se sienten de ese modo. Como este conocimiento ya se arraigó y ahora es sencillo, no se dan cuenta de cuán complejo es o cuánto saben. Es por ese motivo que Young concluyó: “Cuando sigues haciendo algo de la forma en que siempre lo has hecho, incluso cuando ya no es apropiado. Buscar desafíos más difíciles se vuelve vital porque te sacan de la automaticidad y te empujará a buscar mejores soluciones”.
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