Es una de las herramientas más utilizadas en la actualidad a la hora de conocer a alguien con fines “amorosos”. Creado en 2012 por un joven estadounidense, Tinder llegó para revolucionar el online dating para siempre. Sin embargo, estos diez años también sirvieron para conocer la cara menos amable de la celestina actual por excelencia. Es que, como en otras redes sociales, Tinder está basado en el intercambio de likes, matches, etc, todo un código de comunicación para el que muchos no están preparados.
“Es verdad que las redes sociales favorecen el conocer gente mucho más que la vida real; es más fácil, más rápido, y más instantáneo, pero por otro lado genera una especie de fantasía que no tiene un correlato con la realidad”. La licenciada en Psicología María Laura Santellán (MN 18.841) comenzó a analizar para Infobae que “cuando una persona dice que se está ‘conociendo con alguien’ a través de este tipo de aplicaciones, en realidad no se está conociendo con alguien sino que ese alguien puede estar conociéndose al mismo tiempo con muchas otras personas en el mismo proceso”.
Para ella, “eso hace que de alguna manera se genere la ficción del match”. “Dos personas tienen onda, pero eso puede llegar a ser una ficción porque en realidad no es algo particular ese conocerse -evaluó-. Tal vez es análogo con conocer a alguien en una fiesta y charlar con varias personas a la vez sin que haya ningún tipo de match especial con ninguna de ellas”.
Pero, ¿en qué radica entonces el éxito de Tinder para formar parejas? “El éxito radica en que cada vez es mayor la interacción de las personas con la tecnología, y muchas de las conductas que antes se hacían cara a cara hoy se facilitan con la virtualidad. De alguna manera esta aplicación produce una falsa sensación de seguridad, ya que muchos creen que en ella se evitan situaciones negativas, pudiendo conectar con aquellos con los que se hizo match y así evitar el rechazo del otro”, consideró el doctor en psicología, docente, tallerista y autor Flavio Calvo (MN 66.869), para quien “hoy en día, todo lo online es mucho mejor visto, y está naturalizado que las personas busquen citas online, lo que en otro tiempo se veía como una cuestión de ‘perdedores’”.
En opinión del especialista, “Tinder aprovecha la necesidad de novedad que tienen los seres humanos, al tener una gran variedad de personas para conocer, en cada match y posible encuentro se activan zonas del cerebro ligadas al placer inmediato”. De hecho, aseguró que “hay estudios que demuestran que el momento previo a una cita, y el esperar el match, activan zonas ligadas al placer en mayor medida que la cita en sí”.
“Tinder cumple una función de generar placer inmediato en el usuario -señaló Calvo-. Lo que Tinder ofrece no es la pareja para compartir la vida, o el momento de sexo ideal, lo que ofrece es lo nuevo, la expectativa, la adrenalina que surge al esperar ese match”.
- ¿Por qué cree que personas que personalmente son más retraídas o vergonzosas a la hora de relacionarse pierden esos temores en el online dating?
- Calvo: Lo online facilita mucho la interacción a quienes son más vergonzosos, ya que muchas veces las personas tímidas lo son por las experiencias catastróficas que tienen y el miedo a la mirada de rechazo del otro. Estas aplicaciones pasan un primer filtro de aprobación, por lo que quien es más temeroso puede avanzar los primeros pasos. Estas aplicaciones de citas online facilitan que las personas se liberen de juicios y puedan mostrarse sin máscaras ante otro, la falta de feedback inmediato ayuda a poder mostrarse más reales y si no son aceptados, eliminar de contactos a esas personas.
Para Santellán, la app “facilita el interactuar pero no así el conocerse, y también facilita la ‘retirada’ de una aproximación con alguien”. “Es más fácil en todo sentido -interactuar y desaparecer- por lo que es importante tener en cuenta que los códigos son otros y debemos aceptar las condiciones de este tipo de formato y no homologarlos con los otros formatos de conocer a alguien”, sostuvo.
Aceptar los términos y condiciones
En este punto, Santellán enfatizó que “Tinder maneja ciertos códigos que son muy distintos a los que se manejan en la comunicación de la vida real, que son muy particulares y es muy importante que la gente cuando usa este tipo de apps lo sepa y conozca porque de alguna manera generan falsas expectativas o una vivencia de rechazo que no siempre se corresponde con la realidad”.
Consultado por las contras que puede tener esta aplicación, Calvo mencionó que “cualquier relación online que no avanza hacia algo real, produce más posibilidades de que se realice ghosting”. El término anglosajón es utilizado en forma coloquial para describir la práctica de cesar toda comunicación y contacto con una pareja, amigo u otro individuo sin ninguna advertencia o justificación aparente y, posteriormente, ignorar cualquier intento de acercamiento o comunicación realizada por dicha persona.
“En Tinder puede pasar que dos personas tengan una serie de charlas e inclusive encuentros y después de esos momentos que se pueden incluso a considerar ‘exitosos’ en términos de la relación, el vínculo no continúe ni por redes, ni por las apps, ni por teléfono o whatsapp -describió Santellán-. Esto es un código y se debería decodificar como ‘me caíste bien pero no tengo intención de continuar una relación’. No es un rechazo, sino un no continúo, y esto a veces se manifiesta a nivel de la comunicación como silencio, o desaparición”.
La especialista señaló que “en la clínica se ve que este tipo de situaciones afectan mucho a las personas”, y destacó que ella intenta “que los pacientes tomen a estas apps como una forma de relacionarse pero no como una traslación de lo que sucede en la vida real; tal vez cuando se está conociendo a alguien en estos formatos es más fácil en el comienzo pero es más difícil que prospere”.
En ese sentido, para ella es clave “no decodificar esos silencios o desapariciones como un rechazo sino que en el código de Tinder puede ser un ‘en este momento me gustás pero no voy a tener una relación con vos’. Y cuando la persona vuelve a aparecer en otro momento el mensaje sería ‘como me gustaste vuelvo pero no significa que quiera tener una relación’”.
“En muchos casos puede promover la reducción de la autoestima cuando no se reciben los likes o match esperados -continuó Calvo analizando las contras de la app-. Nunca se sabe quién realmente está del otro lado hasta conocerlo en persona, por lo cual puede haber muchas personas con falsas identidades. Pueden también aumentar la posibilidad de engañar a los cónyuges con la facilidad que ofrece para encontrar relaciones sexuales aseguradas. Las personas con malas intenciones y los estafadores son los mayores problemas de estas aplicaciones, es importante siempre fijar contactos reales en lugares públicos en primer lugar”.
A esta altura, Santellán señaló que “tal vez en lo que en otro tipo de vínculo personal dos citas, tres, un mes de verse tiene un valor en cuanto a tiempo e intensidad, no necesariamente es así en los encuentros que se dan a través de estas apps”. “Tranquilamente eso puede ser considerado como un periodo de ‘prueba’, que no significa que esa relación va a seguir”, opinó la especialista, quien de todos modos resaltó que “eso no quiere decir que no haya relaciones que prosperen, pero tardan más tiempo en consolidarse”.
“Los pros de este tipo de aplicaciones son la facilidad de contactos, en especial para las personas con menos capacidad de interacción, o más tímidas. Poseen buenos criterios de coincidencias, por lo que es fácil conocer personas más afines (aunque no siempre lo más afín es complementario)”, agregó Calvo, para quien “cuando la comunicación es clara y ambos son sinceros en lo que buscan, se puede encontrar, amistades, pareja, o lo que se esté buscando en la aplicación”.
“Estos formatos tienen códigos muy distintos y aceptar las condiciones es la mejor manera de disfrutarlos”, finalizó Santellán.
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