El ataúd de la reina fue decorado con la Corona Imperial de Estado, el cetro y el orbe junto con un ramo especial el día de su funeral de Estado. El arreglo fue sólo uno de los toques personales que la familia real colocó a lo largo de la trascendental ocasión.
El Palacio de Buckingham reveló que el rey Carlos III había pedido que la corona contuviera flores y follaje de los jardines de la residencia oficial del soberano, el Palacio de Buckingham, y de sus anteriores casas de campo, Clarence House y Highgrove House.
El Palacio explicó que cada flor fue elegida por su significado especial: “Romero para el recuerdo; mirto, el antiguo símbolo de un matrimonio feliz, y roble de Inglaterra, que simboliza la fuerza del amor”.
También se añadieron otras flores: pelargonios perfumados; rosas de jardín; hortensias otoñales; sedum; dalias; y escabios, todos en tonos dorados, rosas y burdeos intenso, con toques de blanco para reflejar el Estandarte Real.
El ramo seleccionado para el funeral de Su Majestad incluye un emotivo homenaje a su difunto marido, el príncipe Felipe, fallecido el año pasado. Como es tradición en la realeza, el ramo de novia de la reina en 1947 incluía ramitas de mirto, que también se pueden ver en el ramo sobre su ataúd hoy.
El romero se incluyó como recuerdo, así como el mirto, el símbolo de un matrimonio feliz, cortado de una planta que se cultivó de una ramita de mirto en el ramo de bodas de la Reina en 1947. Hace casi 75 años, la reina caminó por el mismo pasillo en Westminster cuando se casó con el príncipe Felipe .
“A petición del rey, la corona contiene follaje de romero, roble inglés y mirto (cortado de una planta cultivada a partir de mirto en el ramo de novia de la reina) y flores, en tonos dorados, rosas y burdeos intenso, con toques de blanco, cortadas de los jardines de las Residencias Reales”, confirmó un tuit de la Casa Real.
A la reina le encantaban las rosas, y las flores rosas y rojas están presentes en sus seis jardines privados. Según el Royal Collection Trust, algunas de las flores de dulce fragancia se recogían y utilizaban en la decoración de las mesas de los banquetes.
En consonancia con la pasión de Carlos por el medio ambiente, la corona se hizo de forma totalmente sostenible “en un nido de musgo inglés y ramas de roble”, y sin utilizar espuma floral. También se pudo ver una nota manuscrita entre las flores, aunque no está claro qué dice. El ataúd también estaba cubierto con la bandera del Estandarte Real.
Al inicio al último adiós a la monarca más longeva del Reino Unido, el féretro, cubierto con la corona, el cetro y el orbe -símbolos de la reina-, fue trasladado sobre un afuste de la Royal Navy tirado por decenas de marinos y se convirtió en el centro de atención mundial.
El funeral de la reina Isabel II concluyó alrededor del mediodía, hora local. Luego, su ataúd se trasladó de la Abadía de Westminster al carruaje estatal de armas de la Royal Navy, para su transporte al arco de Wellington en Hyde Park. Su familia la seguirá en el viaje escoltada por destacamentos de las Fuerzas Armadas de la Commonwealth.
En el funeral de Estado viajaron líderes de todo el mundo para presentar sus respetos a la monarca más longeva del Reino Unido. Es también el último día de luto nacional en el país, que también está marcado por un día festivo para permitir que el público honre a la soberana si así lo desea.
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