Está situado a dos calles del Central Park, en el 730 de Fifth Avenue —la famosa Quinta Avenida— y la calle 57th St, pleno corazón de la isla de Manhattan y una de las zonas más caras del mundo. Se trata del Aman New York, un hotel de 6 estrellas, de 83 suites que acaba de ser inaugurado y es el más exclusivo de la ciudad.
La inauguración oficial fue el pasado 2 de agosto, aunque aún faltaban ese día algunos detalles de construcción, y fue la apertura más esperada de los últimos tiempos.
El nuevo y lujoso alojamiento de 6 estrellas pertenece a una cadena de amplios resorts, que en cualquiera de los destinos tiene un costo que arranca en los 2.000 dólares la noche. Los especialistas consideran que la nueva casa Aman en la Gran Manzana eleva los estándares de lujo de la ciudad.
La marca abrió, además, lo que llamó el Aman Club, al que los más encumbrados de la sociedad pueden adherirse. Quienes se apresuraron a ser uno de los miembros fundadores del club en la ciudad estadounidense antes de su apertura debieron pagar una tarifa de iniciación de 100.000 dólares, que resultó ser económica, ya que desde entonces el costo de inscripción se duplicó. A partir de esa matrícula, los socios deben abonar un canon anual de 15.000 dólares.
Ahora hablemos de la tarifa por noche. Hasta ahora el nuevo Ritz-Carlton NoMad, en 28th St. y Broadway, se encontraba entre lo más exclusivo, iniciando en los 1.400 dólares su tarifa por noche, pero ahora Aman New York parece haber llegado para destronarlo de su cumbre de exclusividad.
De esta forma, según reveló Bloomberg, los estudios disponibles en el Aman New York sólo se pueden alquilar si se lo hace con una suite contigua de 20.000 dólares la noche. Ahí sí será posible tomar un “económico” estudio de 31 metros cuadrados por otros 20.000 dólares la noche.
Pero la mayor parte de las 83 habitaciones están conformadas por las suites premier, que miden 75 metros cuadrados. Estos son los únicos espacios que se pueden reservar de aquí a fin de año. Según el mismo medio, el hotel informa que los precios de estos arrancan en los 3.200 dólares por noche, pero en verdad sólo se puede acceder por 4.200 dólares la noche entre semana y hasta 5.500 dólares por noche los fines de semana, hasta fin de año.
El hotel Carlyle, también de lujo, tiene suites similares por la mitad de precio, pero Aman cotiza su prestigio y cuenta con seguidores fieles, amantes del lujo discreto. La cadena suele construir sus alojamientos en edificios con una destacada arquitectura, como los palacios de verano de Beijing y los palacios de Venecia y son residencias de gran privacidad para los pocos huéspedes temporales que pueden darse el lujo de tomar una de sus habitaciones.
“Hay una gran diferencia entre nosotros y todos los demás”, dijo el presidente y director ejecutivo de Aman, Vlad Doronin. “Nuestros clientes, no sólo estarán dispuestos a pagar dinero de lujo por lo que hemos construido, sino que también se sentirán muy felices con el valor que han recibido al momento de pagar”.
El directivo aseguró que la compañía no escatimó en gastos a la hora de poner a punto el Aman New York, que demandó unos 300 millones de dólares, sólo en el hotel, pero dijo que comprar el edificio y agregar las residencias tuvo un costo total de 1.450 millones, ya que después de todo se trata de un hotel 6 estrellas construido en plena pandemia, cuando los suministros eran escasos debido a las restricciones de traslado.
La cadena Aman cuenta con 34 hoteles en todo el mundo, de los cuales únicamente el de Tokio y, ahora el de Nueva York, se encuentran en grandes ciudades. Doronin tiene actualmente en marcha una estrategia de expansión que incluirá en un futuro próximo unidades en Bangkok y Miami. Consideran que así atraerán a un grupo de personas más joven, algo que ya ha comenzado a cambiar, dijo, ya que antes el promedio de edad de sus clientes era de algo más de 50 años y ahora cada vez tienen más hombres y mujeres de entre 30 y 40, sobre todo vinculados a las grandes empresas tecnológicas.
El Aman Nueva York ha obligado a la compañía a adaptar algunas de sus características propias de la marca, como los espacios amplios y un elevado número de personal por cada huésped. En la Gran Manzana los espacios son menores, por lo que han tenido que ampliar hacia arriba, en lugar de horizontalmente y los gremios, dijo Doronin, hacen más costoso operar con tanto personal como en otros destinos, por ejemplo Sri Lanka y Vietnam.
Las habitaciones ocupan sólo 6 pisos del edificio, mientras el centro de spa y bienestar ocupa 3, unos 2.300 metros cuadrados, e incluye espacio para cámaras de crioterapia y una piscina cubierta. En el piso superior del spa se acondicionó un piso entero para una sala médica a cargo del doctor de Harvard Robert Graham, con tecnología para medir niveles de inflamación y estrés antes de orientar al cliente en “programas de inmersión de bienestar” que consisten en cosas como acupuntura, refuerzos de péptidos intravenosos u oxigenoterapia hiperbárica.
Además, hay dos casas de baños que son como balnearios privados, donde en espacios tipo apartamento completos con dormitorios y comedores, pequeños grupos o parejas pueden compartir una experiencia de medio día o día completo que gira en torno a un hammam marroquí o un banya de Europa del Este. Cualquier exfoliante es seguido por baños en piscinas de inmersión al aire libre calientes y frías, ubicadas en una terraza con jardín privado con techo retráctil, además de menús de almuerzo personalizados y masajes adicionales. El costo de todo este servicio es de 8.500 dólares para dos personas por el día completo.
El gimnasio cuenta con una caminadora Technogym de alta intensidad llamada Skillmill, un escalador VacuTherm de 17.000 dólares que está envuelto en elementos de calor infrarrojo para sudar más y bancos con rodillos infrarrojos blancos y nudosos para el drenaje linfático. “Queríamos que fuera divertido y brindar a las personas algo que nunca antes habían visto”, dijo Yuki Kiyono, director global de bienestar y spa de Aman.
La organización dijo que en el futuro se abrirá el spa a personas que no sean huéspedes, con tratamientos exclusivos de dos horas a partir de los 785 dólares. Lo mismo sucederá con los dos restaurantes de Aman New York ubicados en un vestíbulo de doble altura en el piso 14, el Arva y el Nama, que servirán comida italiana y japonesa, respectivamente. Por el momento, todos estos servicios están disponibles únicamente para los huéspedes que se alojen en el lugar.
Además, las instalaciones cuentan con un gran bar en la terraza, de unos 650 metros cuadrados en el vestíbulo, cuyas paredes están cubiertas de láminas de metal enrejado y listones de bambú, que ocultan paneles de vidrio retráctiles que cierran el lugar durante los días de lluvia y de frío. Este sitio está decorado con pozos de fuego.
Este bar será abierto a personas que no se alojen en el lugar, algo que el hotel está obligado a habilitar, al menos para un número limitado de personas.
La política del lugar es mantener la exclusividad y privacidad atrayendo clientes de fuera de la ciudad. El objetivo no es atraer a los lugareños, como intentan hacer la mayoría de los hoteles urbanos del mundo, sino mantener a suficientes personas fuera para que el ambiente siga siendo exclusivo y privado. Incluso los vecinos del destacado complejo Billionaire’s Row, en el sur de Manhattan, encontrarán que su mejor oportunidad de ingresar es inscribiéndose al club por 200.000 dólares.
El Aman New York ya puede ser visitado e incluso ya está abierto al público un club de jazz subterráneo con una programación curada por el trompetista Brian Newman, líder de la banda del espectáculo de Las Vegas de Lady Gaga. Este lugar es reducido e íntimo y cuanta con un sistema de sonido tan destacado que, aparentemente, el único lugar que cuenta con uno similar es el Jazz Lincoln Center.
Algunas áreas estarán limitadas a los miembros del club, lo que significa que incluso si se paga la tarifa de 20.000 dólares por una suite no se podrá ingresar. Estas incluyen un pequeño salón de cigarros escondido detrás de una puerta secreta en el vestíbulo y una biblioteca de vinos privada que almacenará etiquetas oscuras.
Nikki Ekstein, de Bloomberg, que recorrió el Aman New York dijo: “Para los invitados que pasan la noche, los detalles menos sexys en realidad distinguen a Aman New York. Como alguien que ha pasado mucho tiempo en los hoteles más lujosos de la ciudad, lo único que me transmitió la mayor sensación de lujo, mientras caminaba por esta propiedad, es la forma en que los arquitectos remodelaron el histórico Crown Building, no la forma en que restauraron sus paneles exteriores ornamentales con libras de oro líquido, pero cómo ensancharon sus pasillos y estiraron sus techos para crear espacios amplios y abiertos en una ciudad que carece desesperadamente de espacio para moverse”.
Los espacios fueron insonorizados hasta casi hacer sentir un silencio absoluto. Simon Kopec, el director de marketing del hotel, dijo que el personal realiza pruebas de sonido para medir el ruido de la calle, que generalmente llega a solo nueve decibelios. Un susurro llega a las 25. Realmente es un silencio absoluto, excepto cuando una ambulancia cruza la Quinta Avenida.
Doronin dijo que que los clientes de la marca actualmente es solo un 37% estadounidense. El hotel vendió principalmente sus espacios para 2022 a los llamados “Amanjunkies”, un grupo de seguidores leales que coleccionan estadías en los hoteles Aman. Doronin dijo que el 85% de sus invitados se convierten en visitantes habituales; pocas marcas hoteleras pueden competir con ese número, incluso cuando ofrecen multiplicadores de puntos y noches gratis, lo que sería impensable en el mundo de Doronin.
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