Primero fueron los remolinos, de estilo psicodélicos de los setenta para ser exactos. Más adelante, la afluencia del carey, el estampado de mármol y todos los diseños extra de nail art que se te ocurran empezaron a llenar nuestros feeds. Tus uñas no eran “nada” si no llevaban una elaborada capa de muchos colores.
Luego, con la misma rapidez con la que llegó el arte de uñas over the top, se volvió a lo básico y se declaró que las uñas discretas, apenas presentes, eran la tendencia del día. Atrás quedaron los acrílicos XXL con colgantes de teléfono del efecto 2000, y en su lugar llegó algo sutil, chic y casi invisible: la manicura “nude 2.0″.
“Harriet Westmoreland es la la manicurista detrás de las uñas de Zendaya y Rosie Huntington-Whiteley, y la responsable del renacimiento de la punta francesa en 2020. También es ella a quien podría atribuírsele el mérito de haber elevado la manicura nude a uno de los nuevos símbolos más populares de riqueza furtiva”, advierte la revista Elle.
Con millones de visitas en TikTok, una residencia en el Soho House y un kit de diseño de Dior y La Mer, Westmoreland forma parte de una nueva generación de artistas de uñas de élite que están cambiando la forma en que tratamos nuestras manos.
“Gracias a gente como Betina Goldstein, Julia Diogo, Iram Shelton y una oleada de creadores de lujo afines a Instagram, tener la manicura “adecuada” es un signo de gusto tan importante como llevar un determinado tipo de bolso Chanel o Hermès”, añaden especialistas de la publicación de moda estadounidense.
Según los expertos, en este mundo, una sesión de 20 minutos en el bar de uñas local no es suficiente: las manicuras de 2022 son exclusivas y caras. O como dice la propia Westmoreland: “La manicura se convirtió en un nuevo símbolo de estatus para los dedos”.
“Se trata de arte, estética y algo más que un estante de productos de belleza aspiracionales. Es esta fórmula ganadora de la artesanía precisa para dar forma a las uñas junto con la exclusividad y un aspecto específico que crea esta vibración de chica cool que todo el mundo quiere”, explica la modelo de manos y fundadora de la cuenta inclusiva de Instagram @browngirlhands, Hannah Harris.
¿El look en cuestión? Unas uñas sanas, de aspecto natural, largas pero cortas a la vez, en un tono preciso de rosa empolvado. Cuando se trata de conseguir una manicura minimalista y elegante, nada más acertado que las uñas nude. Son perfectas para el día a día, aportan un acabado sofisticado a tus manos y son muy fáciles de conseguir.
Las uñas se han convertido en una forma vital de expresión. Cada vez más, aumenta la cifra de personas que no temen en experimentar todo tipo de estilos en sus manos. De hecho, la obsesión por lucir un color nude impecable que se adapte perfecto en toda ocasión, es casi una misión para dominar. Sin embargo, los expertos del sector de belleza conocen los secretos que nos guían en los momentos de incertidumbre para salir victoriosas sin necesidad de esfuerzo.
Entre tantas opciones de pigmentos o diseños, cualquiera se puede perder en la elección correcta, especialmente si estás en busca de un estilo versátil que destaque por su minimalismo. La tonalidad nude en las uñas acrílicas rompe con los matices vibrantes y se posiciona como uno de los colores de esmaltes más elegantes del 2022. Se trata de una tonalidad que jamás ha perdido su vigencia y se reinventa constantemente para colorear las uñas más atrevidas, dejando a un lado el estereotipo de ser un color aburrido.
“Las cosas son siempre algo más que simples cosas. Llevar ropa de diseño, comprar un auto ostentoso... gastar dinero significa sentir algo. Y las uñas no son diferentes. A medida que el mundo se va abriendo de nuevo, los tratamientos de lujo vuelven a estar a la orden del día y esto incluye las manicuras de gama alta”, afirma la directora global de Wunderman Thompson Intelligence, Emma Chiu.
Y agrega: “La gente quiere darse un capricho y gastar más en calidad y experiencia”. Después de un par de años difíciles en los que el autocuidado y las rutinas de belleza en casa se convirtieron en el centro de nuestras actividades extracurriculares, encontramos un amor renovado por las pequeñas cosas. Después de la pandemia, esos pequeños actos de autoindulgencia se han elevado a niveles de lujo. Si a esto le añadimos un nuevo respeto por la higiene, no es de extrañar que las uñas “clean” estén en lo más alto de nuestra lista de tareas.
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