Tener amigos es sin dudas una de las formas más saludables de atravesar la vida. Los amigos son parte de nuestra desde que somos chicos hasta la edad adulta. En ellos confiamos y a ellos pedimos consejos. Del mismo modo, ellos confían en nosotros y acuden cuando lo necesitan. El vínculo, puede ser indestructible.
Tener una relación romántica duradera es importante para muchos, pero tener amigos para toda la vida lo es incluso más. Son muchas las persona que tienen la suerte de seguir en contacto con los amigos del colegio o siguen moviéndose en los mismos círculos. Las redes sociales han sido grandes aliadas a la hora de reencontrar a miles de amigos que hace mucho tiempo no se veían.
Desde el punto de vista del psicoanálisis, nos constituimos como sujetos a partir del encuentro con el otro. “Un sujeto tiene acceso a la salud psíquica, a la salud emocional, en la medida en que puede estar relativamente bien integrado con sus vínculos sociales. De ahí surge la amistad”, explicó a Infobae Guillermo Bruschtein, Psicoanalista de APA y Psiquiatra. “Damos mucha importancia a poder vincularnos con aquellos que sentimos que tenemos cosas en común“, agregó.
Existen 4 consejos que son claves para tener en cuenta. Basándose en los artículos sobre la amistad de la periodista Julie Beck, la experta Bella DePaulo analizó en Psychology Today los factores principales para tener amigos para toda la vida.
Cuáles son las 4 claves para tener amigos toda la vida
Dedicarles tiempo
¿Cuántas veces hemos dicho eso de “a ver si quedamos para tomar algo” y al final nunca encontramos el tiempo? Sin tiempo no hay amistad, así que hay que sacarlo de algún lado. “El tiempo es oro”, dice la frase. Muchos la conocen. Lo no todos saben es que la inversión de ese oro llamado amistad.
Elegir algo más que un día
El día del amigo se celebra una vez por año. Sin embargo, vale la pena pensar que todos los días es el día del amigo. Como ver a nuestros amigos todos los días es prácticamente una tarea imposible, una linda forma de disfrutar y sacar provecho de este ritual es elegir un día.
Por ejemplo: planear cenar juntos el primer viernes de cada mes. O quedar para tomar un café una vez por semana. Si tenés algo fijo podréis planear el resto a su alrededor y no habrá excusas para no quedar.
Hay que dar a los amigos la prioridad que merecen
Según Beck este punto se refiere a poner a nuestros amigos al mismo nivel de una pareja. De esta forma podemos pensar, por ejemplo, en compartir casa con un amigo, o ayudarse en la crianza de los hijos. Podemos llevarlo a algo más simple.
Los amigos son tan importantes como la pareja, no pasa nada por dejar un día el plan con nuestra media naranja y pasar tiempo con ellos en su lugar. Se trata, quizás, de un equilibrio.
Ser tolerante
Aceptar las diferencias. De eso se trata muchas veces la amistad. Y de no juzgar. Los estudios también lo confirman. Quienes se muestran más abiertos tiene amistades más largas y duraderas, aunque eso no signifique tener que aceptar absolutamente todo si dicen o hacen algo que puede hacer daño, por supuesto.
Y aunque hay factores externos que no podemos controlar, si al menos hacemos lo que podemos, sabremos que si no ha funcionado no ha sido porque no se ha intentado. Aceptar las diferencias nos da aire para compartir más y mejor la experiencias que la vida nos va dando. Las amistades son grandes canalizadores de experiencias.
Y aunque hay factores externos que no podemos controlar, si al menos hacemos lo que podemos, sabremos que si no ha funcionado no ha sido porque no se ha intentado. No se puede pedir más que eso.
Para explicar qué es la amistad, Jorge E. Catelli, psicoanalista Miembro Titular en Función Didáctica de la Asociación Psicoanalítica Argentina y Profesor e Investigador de la UBA, recurrió a la definición de un colega: “Para un querido colega y maestro ya fallecido, Luis Kancyper, ‘la amistad es una hermandad elegida’. Toda hermandad implica una relación que involucra amores y rivalidades, competencias por el amor de un tercero que originalmente fueron los padres y a la vez las alianzas que calman y alivian, y en ese sentido, son esos aspectos fraternales que se reeditan en la amistad, los que logran relaciones de objeto exogámicas en lazos sublimatorios (que reemplazan a los consanguíneos) y que ofrecen a los sujetos en su singularidad, apaciguar sentimientos tan humanos y tremendos como los de la finitud, la soledad, la angustia y el dolor”.
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