La logomanía es una de las tendencias que contribuyó a que la década del ochenta fuese asociada con la estética de los excesos y maximalista. Aunque conforme transcurrían las temporadas y la industria se impregnaba de la estética de los noventa, se convirtió en un elemento recurrente en marcas de lujo ya que a través de los logotipos buscaban hacer un statement (alegato creativo), denotar estatus y ser reconocidas en el mundo entero, algo que indudablemente han logrado.
Que la nostalgia -y más concretamente el regreso de la década de los 90- sea el ingrediente principal de la receta que da como resultado la temporada de invierno de este año es, en sí mismo, un motivo que explica el regreso de la logomanía. Sin embargo, no es el único. Esta búsqueda de productos selectos deriva inevitablemente en el que puede ser el motivo más evidente por el que el recurso estilístico ha dilatado su esperanza de vida: el deseo de distinguirse de los demás. De presumir de caché, de un nivel socioeconómico elevado, de un gusto por la moda fuera de lo común.
Este privilegio, con un fuerte componente social, ahora está justificado por la resurrección de esta tendencia, factor que apoya este aire de grandeza más allá de lo superficial y vacío. Y es que, además de ser un símbolo de estatus, los logotipos son una manera de expresar la identificación con un sello. Hoy en día, además, los emblemas de las marcas gozan de éxito porque se imprimen en prendas sencillas de llevar, fáciles de reconocer en redes sociales y por el interés de los consumidores de incluir marcas de street style en su clóset.
Para Patricia Doria, diseñadora de indumentaria y directora del área de Moda de la Universidad de Palermo, “aunque se creía que aquel que elegía esta tendencia tenía un vínculo emocional con la marca, hoy en un símbolo de estatus y de poder. Es una obscenidad del lujo. Anna Dello Russo, un ícono de estilo, fue abanderada de esta moda cuando lució un vestido de Fendi de su isologo. Es una forma muy económica para las empresas de hacer llegar su marca a muchas personas. Es un branding puro, duro y económico. Pero más allá de eso, si no hay un otro que lo reconozca no deja de ser una estampa cualquiera. Es clasista porque apunta a un público de clase”.
Según la revista estadounidense GQ, no podemos mencionar este comeback sin hacer referencia a un término en boga tras los estragos de la pandemia: el revenge shopping, un término inglés que hace referencia a una modalidad de consumo basada en lo que podríamos traducir como una “compra por venganza”. Es decir, celebrar el fin de un momento controvertido y enrevesado a golpe de tarjeta de crédito.
Esta modalidad de consumo, motivada por un mayor optimismo por la esperanza depositada en la llegada de tiempos mejores, se traduce en una carrera de fondo por ir más allá en términos de estilo, de celebrar con nuestro armario una nueva era. De ahí que haya quienes quieran invertir en prendas y accesorios duraderos y selectos con los que darse una alegría y a los que mirar y acariciar si los tiempos vuelven a oscurecerse.
“Las implicaciones socioculturales no pueden pasarse por alto, y no son pocos los análisis que se han hecho sobre el significado de la logomanía durante y después de la pandemia, el hito que aparentemente ha transformado parte de la vida. ¿Lo que sostienen los expertos? Que a pesar de que hay un mayor foco en el bienestar físico y emocional, en el placer que puede implicar la moda en tanto que vía de expresión, es poco probable que los logos desaparezcan del panorama”, advirtieron a comienzos del pasado año especialistas de estilo de Vogue.
Por último, también es necesario mencionar la reedición de los clásicos de las grandes firmas de lujo como otra oportunidad para celebrar sus logos. Al fin y al cabo, estos dibujos forman parte de la historia de las grandes casas de moda, quienes saben sobradamente que incluso los que no son seguidores ávidos de las tendencias pueden identificar y diferenciar a estas firmas gracias a sus motivos gráficos o artísticos.
En el ojo del huracán de esta tendencia se sitúan marcas como Fendi o Balenciaga, que no paran de imprimir sus logotipos en sus diseños y hacen de su marca todo un must de la temporada. Quien ya se ha declarado fanática de la casa de moda de lujo fundada en 1917 por el diseñador español Cristóbal Balenciaga es, nada más ni nada menos, que la argentina Tini Stoessel.
De vacaciones en Miami, Estados Unidos, donde compartió una noche romántica junto a su pareja, el futbolista Rodrigo De Paul, la cantante lució un look casual: jeans holgados, remera estampada de Balenciaga, campera de cuero con botones. Mientras tanto, la figura de la selección Argentina, por su parte, eligió un conjunto de Burberry, llamado, según el sitio oficial de la marca, Icon Stripe Pointelle Knit Polo Shirt.
“Más allá de lo que dicen las revistas, Tini se mostró con un look oversize compuesto por la campera vintage y el pantalón baggy, toda una vuelta a los ‘80. Su elección habla de la música de esta época, la urbana y callejera. Está tratando de capturar a un nuevo público, por eso usa esta mezcla que en ella se ve forzada. Son demasiados elementos ochentosos juntos. Por su parte, él se suma a la tendencia de usar una estampa característica de una marca, al igual que lo hacen muchos artistas que vienen de barrios humildes pero usan marcas para sofisticarse. Quieren sociabilizar la moda más allá de que se trata de las mejores marcas del mundo. Tiene ese doble juego dicotómico como para capturar más público”, añadió Doria.
¿Cómo combinar esta tendencia en 2022?
Hay varias maneras de incluir los logotipos en tu look, todo depende de cuánto riesgo estés dispuesta a correr. La manera más sencilla y discreta es a través de una sola pieza en tu atuendo, ya sea una remera, un buzo, una cartera, unos zapatos o algún otro accesorio. Por ejemplo, podés elegir una t-shirt con el estampado de la marca de tu preferencia -desde Nike hasta Gucci- y combinarla con unos jeans, un blazer y unos mocasines para lograr un look cómodo pero con mucha onda.
Sin embargo, esta temporada, las combinaciones para lucir la tendencia de la logomanía apuestan a un total look monocromático, con gráficos sutiles y delicados que se desenvuelven por todo el atuendo. La clave también radica en incorporarlos en remeras con un traje sastre, o con una campera y jeans. Los suéteres con logos pueden fusionarse a la perfección con faldas midi o pantalones de cuero durante los meses más fríos del año.
Los errores que debes evitar al usar prendas con logomanía es caer en estilismos demasiado llamativos, estridentes y con más de dos tendencias o tonalidades en un mismo outfit. De hecho, los logos no son lo que eran hace algunos años atrás, y en efecto, no sería vanguardista llevarlos en una conjunción de tendencias, sino que es preferible lucirlos a modo de detalle en un look que proyecte un balance en la imagen en general.
SEGUIR LEYENDO: