Las pirámides siempre representan un hito en la lista de los viajeros. Sin embargo, el marketing a veces puede ocultar otras riquezas más cercanas que merece la pena conocer. La Ciudad Sagrada de Caral-Supe se ubica en la provincia de Barranca, en la Región Lima de Perú. Constituye la manifestación más antigua de la civilización en el continente americano con sus 5.000 años de antigüedad.
En ese centro, se pueden visualizar 32 edificios monumentales, comprendidos en un complejo sistema de asentamientos que muestran una fuerte ideología religiosa, entre los cuales se distinguen edificios ceremoniales, sectores residenciales para gente de distinto rango social, un conjunto de templos menores y talleres para la producción. Caral lideró un sistema de asentamientos que congregó 17 sitios similares, aunque más pequeños, ubicados en el valle de Supe.
Perú sigue siendo una fuente inagotable de expresiones de complejidad y desarrollo de un modelo de organización socio político y económico temprano durante el Periodo Arcaico Tardío (entre el 5000 y 3800 a.C).
Hoy se sabe que la Civilización Caral, una de las más antiguas del planeta, se formó en un territorio de contrastada configuración geográfica, sustentada en una economía complementaria que se basó en los recursos de la tierra y las oportunidades de pesca de la costa y en una compleja esfera de interacción, que integró a poblaciones de la ribera, la sierra y la selva andina.
Los arqueólogos consideran que se originó en el continente americano casi en simultáneo con las de otros sitios del planeta como Mesopotamia, Egipto, India y China. Caral se adelantó en, por lo menos, 1800 años a las que habitaron en Mesoamérica, en donde ha sido identificado el otro foco civilizatorio de los seis reconocidos mundialmente.
La Civilización Caral se formó en el Área Norcentral del Perú, antes que en cualquier otro lugar de los Andes y de América. El desarrollo de las poblaciones fue precoz en comparación con otras que habitaban en el continente. Emergió en concordancia al tiempo en el que Egipto construía la antigua pirámide de Sakara o, posteriormente, las de Keops, Kefrén y Micerino, en el valle de Giza, o cuando se ocupaban las ciudades sumerias de Mesopotamia o crecían los mercados en la India. Entre 3000 y 2500 a.C., ya se edificaban y remodelaban los edificios piramidales de Caral, y en sus plazas se realizaban periódicas congregaciones con fines económicos, sociales y religiosos.
Los pobladores de Supe vivieron en asentamientos nucleados, de diversa extensión y complejidad, distribuidos por secciones del valle. En cada uno de ellos construyeron estructuras arquitectónicas, residenciales y públicas. Algunos asentamientos contienen impresionantes edificios monumentales, como en la denominada zona capital de Caral, que congregó a ocho centros poblados, entre ellos a la ciudad más extensa y compleja de la época, cuidadosamente planificada, con edificios piramidales, grandes plazas y varias agrupaciones residenciales, cada una bajo el gobierno del “Huno” o señor de la cuenca.
Un sistema social jerarquizado dividía a la población en estratos con diferencias marcadas, que se expresaban en el tipo de ocupación laboral, en el acceso desigual a los bienes producidos y en el modo de vida. La producción de conocimientos por parte de los especialistas (en matemáticas, geometría, astronomía, biología, etc.) fue aplicada en el diseño urbano; la construcción arquitectónica; la elaboración del calendario y la predicción del clima; el acondicionamiento de los campos de cultivo y la implementación de un sistema de riego; el mejoramiento de las especies agrícolas; la administración pública, etc.
Los avances científicos y tecnológicos fomentaron cambios en beneficio, principalmente, de los gobernantes y del estrato social al que ellos pertenecían. La medición del movimiento de los astros fue plasmada en la construcción de grandes geoglifos y alineamientos de piedras, que antecedieron en más de tres mil años a los trazados en Nasca. La información fue registrada mediante cuerdas y nudos; con la civilización se inició el uso del quipu (un instrumento de almacenamiento de información consistente en cuerdas de colores con nudos) que perduró hasta el Imperio Inca, más de cuatro mil años después de Caral.
La religión fue el instrumento usado por la clase gobernante para fortalecer la identidad cultural y la cohesión social. A través de la religión, las autoridades ejercieron, simultáneamente, el control, justificaron sus privilegios, mantuvieron el orden y garantizaron la reproducción del sistema social. Los pobladores participaban periódicamente en actividades colectivas de producción, que se combinaban con otras, sociales, económicas y religiosas. Así, el tejido de la estructura social fue mantenido y reforzado en eventos periódicos, donde los trabajos eran asociados con el dictado de disposiciones y regulaciones, con ferias o mercados y en un marco festivo, ceremonias, ritos, música, danzas, comidas y bebidas. La práctica musical fue también colectiva. Se han recuperado conjuntos de instrumentos musicales: 32 flautas traversas, 38 cornetas y 4 antaras.
Esto tiene Caral para mostrar al visitante
Por su extensión (66 hectáreas), diseño arquitectónico y construcción planificada, de todos los identificados en el Perú, tiene cierto parecido con las ciudades mayas. Como destino turístico ha fortalecido la formación de un nuevo polo de desarrollo. El Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe procura que este desarrollo turístico sea integral y sostenible, es decir, que la puesta en valor del patrimonio arqueológico se realice con responsabilidad social, para fomentar una dinámica económica que promueva mejores condiciones de vida para los pobladores de la localidad, de la región y del país pero con pleno respeto por la preservación y conservación del patrimonio cultural.
La visita está organizada por la Zona Arqueológica Caral. Se deben adquirir previamente los tickets online porque la capacidad del sitio es limitada. Los recorridos pueden hacerse de lunes a sábado de 10 a 16. Se recomienda hacer la compra de entradas con, al menos, tres días de anticipación. El sitio está ubicado a la altura del kilómetro 184 de la Panamericana Norte, valle de Supe, Barranca. Es posible llegar en auto, pero también disponen de micros, en todos los casos se estaciona en el ingreso peatonal del recorrido.
La visita incluye la Ciudad Sagrada de Caral (valle de Supe); Áspero, Ciudad Pesquera de Caral (Puerto Supe), y Vichama, Ciudad Agropesquera de Végueta (Huaura), ofreciendo una experiencia distinta y original a los participantes. Asimismo, se acceden a los museos comunitarios de Supe y Végueta, y por temporadas, áreas naturales protegidas como las Lomas de Lachay y la playa La Isla.
En el diseño de la ciudad se refleja la concepción del mundo, principalmente religiosa, y el propio sistema social de la población. En las estructuras edificadas en la ciudad y en las tierras del entorno puede observarse, además, la aplicación conjunta de los conocimientos de ciencia, tecnología y arte logrados en esa época. Un misterio guardado bajo la sombra de otros atractivos que descubre una civilización milenaria cuasi desconocida para la mayoría de los viajeros.
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