Actualmente, existe cierto acuerdo en considerar a la inhibición, la memoria de trabajo y la flexibilidad cognitiva, como los principales componentes ejecutivos, es decir como los procesos de orden más básico o inferior que contribuyen de manera diferencial en la ejecución de distintas tareas ejecutivas complejas.
Las funciones ejecutivas son un conjunto de habilidades que nos permiten controlar nuestros pensamientos, emociones y acciones con el objetivo de orientar nuestra conducta a una meta. Estas funciones incluyen la capacidad de inhibir estímulos o respuestas irrelevantes, alternar entre planes de acción o estrategias de respuesta y sostener nuestra conducta en función de alcanzar nuestro objetivo.
¿Porqué es importante estimular estas funciones? Porque son una parte fundamental de nuestra inteligencia, es decir, para que logremos autoregular nuestros comportamientos y organizar nuestras conductas en función de un objetivo.
Control inhibitorio
El control inhibitorio ha sido definido como la capacidad de supresión de una respuesta a nivel motriz, afectivo o representacional. Incluye la capacidad de atender selectivamente a estímulos específicos e inhibir respuestas predominantes, así como la habilidad de focalizar la atención por un período de tiempo prolongado. Interviene también en la regulación y el monitoreo de acciones.
Incluye tanto inhibición de la conducta, como cognitiva, que nos permite el control de las interferencias resistiendo a los estímulos externos, nuestras emociones y recuerdos que no son relevantes para la tarea en curso.
En exclusiva para Infobae, Ineco ideo una serie de ejercicios para agilizar las habilidades cognitivas. Hoy, dentro de las funciones ejecutivas, comenzamos con el Control Inhibitorio y unos ejercicios para ejercitar la mente.
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