Suele creerse que mantener la mente en funcionamiento, aprender nuevas habilidades, y tener una vida social activa es suficiente para un cerebro saludable.
Sin embargo, factores de la vida diaria como la contaminación ambiental, los productos químicos domésticos, los pesticidas y el consumo de alimentos procesados pueden afectar la salud de ese órgano tan vital para una buena calidad de vida en la adultez.
Asimismo, la acumulación de bacterias, virus y parásitos y los efectos acumulativos del estrés electromagnético de los electrodomésticos, las computadoras y los teléfonos y las redes Wi-Fi, sumado al estado de la columna vertebral, oídos, ojos y dentadura son otros condicionantes que influyen si de prevenir enfermedades neurodegenerativas se trata.
Según publicó The Telegraph, “con los casos de Alzheimer y otras formas de demencia cada vez más frecuentes, y sin una cura farmacéutica disponible aún, depende de lo que cada uno haga para optimizar sus posibilidades para mantener su cerebro en plena forma”.
Y pese a lo que suele creerse, desde la neurociencia, la ciencia de la mente en rápido crecimiento, aseguran que las células cerebrales pueden desarrollarse en cualquier etapa de la vida.
Nunca es demasiado tarde para mejorar los circuitos neuronales y aquí van algunos consejos sencillos de llevar a cabo para estimular el cerebro y agudizar la mente.
1- Usar la mano opuesta
Usar la mano opuesta en lugar de la que resulta cómoda puede ayudar al cerebro a integrar sus dos hemisferios y desarrollar nuevas vías y conexiones neuronales. Los estudios que utilizan escáneres cerebrales muestran que cuando una persona usa su mano más fuerte, solo se activa un lado de su cerebro. Sin embargo, cuando usa la mano no dominante opuesta, ambos hemisferios se iluminan.
Algunas ideas para aplicarlo en la vida cotidiana pueden ser cepillarse los dientes con la mano opuesta, o usarla para controlar el mouse de su computadora. Lavar los platos de manera diferente puede ser otra alternativa.
2- Aromaterapia para estimular el cerebro
Los beneficios de la aromaterapia se extienden a varias áreas de la vida. Ahora se sabe que también puede ser una forma poderosa de reiniciar el cerebro y mejorar su funcionamiento.
Los aromas de aceites esenciales específicos estimulan partes del cerebro que controlan los recuerdos y las emociones.
3- Hacer actividad física como solución a casi todo
Treinta minutos diarios de ejercicio moderado aumentan la producción de nuevas sinapsis (la unión entre dos células nerviosas) en el cerebro y los estudios demostraron que el ejercicio cardiovascular regular que eleva el ritmo cardíaco es una de las mejores maneras de fomentar la neuroplasticidad en el cerebro.
El entrenamiento de intervalos de alta intensidad (HIIT) estimula el BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro), la proteína “fertilizante cerebral”, que desencadena el crecimiento de nuevas células cerebrales. BDNF aumenta el flujo sanguíneo y el oxígeno al cerebro, y estimula las mitocondrias en sus neuronas, las diminutas “baterías” que alimentan al cerebro.
También levantar peso puede mejorar la memoria. Un estudio de 2019 , publicado en el Journal of Applied Physiology, mostró que el entrenamiento con pesas puede mejorar la capacidad de pensar y reducir, o incluso revertir, aspectos de la pérdida de memoria relacionada con la edad.
4- Escuchar ritmos binaurales
Aseguran los especialistas que escuchar una forma de terapia de ondas de sonido llamada latidos binaurales estimula las principales hormonas responsables de la salud del cerebro en la vejez, la DHEA y la melatonina, entre un 50 y un 100% y reduce la hormona del estrés, a la mitad.
5- Cambiar la rutina
Quien no se haya quedado alguna vez con la mente en blanco en medio de una conversación que tire la primera piedra. Un descenso de niebla mental puede deberse a veces a una mala noche de sueño, pero en lo que nadie repara es que la falta de novedad podría estar conduciendo a ese pensamiento confuso.
Cuando renuncia a la misma vieja rutina y busca experiencias nuevas y emocionantes, el cerebro se estimula, lo que conduce a una oleada de dopamina y adrenalina.
Los científicos ahora saben que buscar cosas nuevas en realidad puede conducir al crecimiento de las neuronas cerebrales. Se cree que esto se debe a una proteína llamada factor neurotrópico derivado del cerebro (BDNF, por sus siglas en inglés), que mejora el funcionamiento neuronal. Los niveles de BDNF aumentan en ambientes estimulantes.
Tampoco será necesario a estos fines hacer acrobacias o nadar con tiburones: pequeños y sutiles cambios cotidianos que sacudan al cerebro para que piense en algo nuevo. Por ejemplo, escuchar una radio de un género diferente o tomar una ruta completamente nueva para ir de casa al trabajo.
6- Comenzar a correr o caminar
Un estudio de la New Mexico Highlands University descubrió que el “impacto del pie”, el golpe del pie contra el suelo, aumenta el flujo de sangre al cerebro. Entonces, aunque andar en bicicleta aumenta los niveles de oxígeno en el cerebro, caminar y correr (que tiene un impacto aún más fuerte) tendrá beneficios adicionales.
Del mismo modo, puede potenciar su cerebro antes de una reunión importante dar una caminata de diez minutos.
“Hay un creciente cuerpo de investigación que muestra que el ejercicio moderado, incluso algo tan simple como una caminata rápida, agudiza nuestra concentración y nos ayuda a encontrar soluciones a los problemas, o pensar en grandes ideas, durante un día de trabajo”, aseguró el entrenador personal Matt Roberts.
7- Controlar la columna
Los ajustes realizados por osteópatas y quiroprácticos pueden mejorar la función cerebral, y especialmente el funcionamiento de la corteza prefrontal que controla la toma de decisiones, el enfoque y la inteligencia. Si una persona sufre de niebla mental, ansiedad, depresión o dolores de cabeza frecuentes, tratar su espalda puede ser un buen lugar para comenzar a resolverlo.
8- Dormir las horas recomendadas
Con muy poco o demasiado tiempo de descanso el cerebro no funciona correctamente. Un estudio realizado en 2017 entre más de 9.000 personas arrojó que dormir menos de seis horas o más de ocho horas se traducía en una reducción de la función de la memoria y la capacidad de toma de decisiones.
Las siete, o siete y media siempre recomendadas parecen ser lo óptimo.
9- Multitarea, pero con habilidades nuevas
Adquirir una nueva habilidad nunca es tan fácil como parece, y eso es especialmente cierto a medida que las personas envejecen. En general, los niños exhiben más neuroplasticidad (la capacidad del cerebro para crecer y cambiar) que los adultos, por lo que tienden a ser mejores para adquirir nuevas habilidades.
Con esta idea, la psicóloga de la Universidad de California Rachel Wu y su equipo de trabajo plantearon la hipótesis de que si los adultos aprendieran de una manera similar a los niños pequeños, podrían adquirir habilidades más rápidamente. Es decir, si intentaran aprender varias habilidades al mismo tiempo (tal como un bebé de pocos meses puede aprender a caminar, hablar y comer alimentos sólidos casi en simultáneo) se las aprendería más rápido.
El mensaje final tras su trabajo fue que “los adultos mayores pueden aprender varias habilidades nuevas al mismo tiempo, y hacerlo podría mejorar su funcionamiento cognitivo -según aseguró Wu-. Los estudios proporcionan evidencia de que las experiencias de aprendizaje intensas similares a las que enfrentan las poblaciones más jóvenes son posibles en las poblaciones de mayor edad y pueden facilitar las ganancias en las habilidades cognitivas”.
10- Hacer una consulta con el otorrinolaringólogo
La investigación demostró que existe una conexión entre la pérdida de audición y el deterioro del cerebro y el desarrollo de la demencia. En 2015, la Universidad de Colorado descubrió que cuando se producía una pérdida auditiva, aunque el cerebro se reconfiguraba, entregando las áreas que generalmente se ocupan de la audición a las secciones que procesan el tacto o la visión, las partes auditivas del cerebro se debilitaban considerablemente.
11- Beber más agua
El cerebro es 73% agua e incluso se demostró que la pérdida de líquido equivalente al 2% del peso corporal afecta la toma de decisiones y crea problemas con el enfoque y la memoria.
Aseguran los especialistas que el 75% de las personas están deshidratadas regularmente, lo que puede desencadenar depresión, fatiga crónica y trastorno por déficit de atención (ADD).
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