Es digestivo y relajante. Es compañero de la sobremesa o la merienda. Es sinónimo de manos calentitas en días de frío si al beberlo se entrelazan los dedos sobre la taza. Tiene propiedades medicinales y fue el aliado de las abuelas para combatir todos los males.
El té es la primera bebida más consumida en todo el mundo, incluso por sobre el agua, dado que esta última no puede ser bebida de manera directa en muchas ciudades por cuestiones sanitarias. Hoy se conmemora su día internacional, luego de que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobara la Resolución 74/241 el 19 de diciembre de 2019.
La producción y elaboración de té es uno de los principales medios de sustento para millones de familias alrededor del mundo. Por eso, el origen de esta conmemoración nace en el año 2005 como consecuencia de la búsqueda de reivindicaciones para los cosechadores rurales de la India.
Sin embargo, en dicha reunión se fijó una fecha más representativa, vinculada ya no a la memoria de esos trabajadores, sino a las épocas de cultivo de la planta en varias regiones de China -país que se asocia con el origen del té-. De este modo, se toma como referencia el 21 de mayo ya que representa el mes en el que se inicia la cosecha y porque muchos otros países intervinientes en la producción del té que están situados en el hemisferio norte encuentran en este mes un alto nivel de productividad, explicaron a Infobae desde la Escuela Argentina de Té, la primera y única escuela universitaria sobre esta bebida en América Latina.
Si bien algunas infusiones brindan más beneficios para la salud que otras, existe mucha evidencia de que beber té regularmente puede tener un impacto duradero en el bienestar. Así lo aseguran numerosos estudios científicos.
A continuación, algunos de los mayores beneficios ocultos en los tés más populares del mundo.
Té blanco
Conocido por tener un sabor delicado, el té blanco proviene de la planta Camellia sinensis que es originaria de China e India. Es la variedad de té menos procesada.
La investigación científica sobre sus propieades muestra que puede ser el té más efectivo para combatir varias formas de cáncer gracias a su alto nivel de antioxidantes. El té blanco también puede ser bueno para los dientes, ya que se lo considera una gran fuente de flúor, catequinas y taninos que pueden fortalecer los dientes, combatir la placa y hacerlos más resistentes al ácido y al azúcar.
Esta variedad también se caracteriza por ofrecer la menor cantidad de cafeína, lo que la convierte en una opción a tener en cuenta para los bebedores de té que desean evitar o limitar su consumo de cafeína.
Té de hierbas
Los tés de hierbas, a veces llamados tisanas, son muy similares a los tés blancos, pero contienen una mezcla de hierbas, especias, frutas u otras plantas además de las hojas de té. Los tés de hierbas no contienen cafeína, por lo que son conocidos por sus propiedades calmantes.
Existen numerosos tipos de tés de hierbas, todos con sus beneficios únicos. Algunos de los más populares son:
- Manzanilla: ayuda a reducir el dolor menstrual y los espasmos musculares, mejora el sueño y la relajación, y reduce el estrés
- Menta: contiene mentol, que puede aliviar el malestar estomacal y servir como cura para el estreñimiento, el síndrome del intestino irritable y el mareo por movimiento. Esta variedad de té también ofrece alivio del dolor de cabeza por tensión y migrañas .
- Jengibre: ayuda a combatir las náuseas matutinas, puede usarse para tratar la indigestión crónica y ayuda a aliviar el dolor articular causado por la osteoartritis.
Té verde
El té verde es originario de China, donde las hojas se procesan con calor utilizando un método de cocción o tostado y Japón, donde las hojas se cuecen al vapor más comúnmente.
El té verde es excepcionalmente alto en flavonoides que pueden ayudar a mejorar la salud del corazón al reducir el colesterol malo y la coagulación de la sangre. Los estudios demuestran que este tipo de té también puede ayudar a reducir la presión arterial, los triglicéridos y el colesterol total.
Esta variedad de té también demostró ser antiinflamatoria, lo que ayuda a mantener la piel limpia y brillante. En los últimos años, el matcha, una forma de té verde, ganó adeptos y se volvió más popular en algunos lugares. Es un polvo de té verde muy fino y de alta calidad hecho de hojas enteras de arbustos de té cultivados a la sombra. Dado que es la única forma de té en la que se ingieren las hojas, el matcha contiene incluso más antioxidantes que el té verde normal. De hecho, algunos aseguran que una taza de matcha equivale a diez tazas de té verde normal.
Té negro
Está hecho de las hojas de la planta Camellia sinensis, la misma planta que se usa para hacer té verde. Sin embargo, las hojas se secan y fermentan, lo que le da al té negro un color más oscuro y un sabor más rico.
A diferencia de muchas otras variedades, el té negro contiene cafeína, por lo que es importante controlar su consumo. Una taza de té negro aporta flavonoides que combaten la inflamación y mejoran la función inmunológica.
A diferencia de los otros, sus beneficios no se alcanzan sólo bebiéndolo: se puede cocer al vapor, enfriar y luego aplicar con una gasa sobre cortes menores, raspaduras y hematomas para aliviar el dolor y reducir la hinchazón. Un baño de té negro también puede aliviar la inflamación causada por erupciones cutáneas y afecciones como la hiedra venenosa.
Una voz autorizada
De la misma manera que los conocedores del vino, el café y el chocolate han desarrollado una apreciación por las diferentes regiones, los consumidores de té son cada vez más conocedores y conscientes de los matices de origen y terruño en los tés producidos tradicionalmente.
“El paladar del consumidor de té cambió muchísimo, en especial el de los argentinos. Antiguamente se bebía para aliviar dolores, hoy hablamos de té chai y matcha. Es un poco lo que pasó con el vino: antes era tinto o blanco. Se fue ampliando su consumo y la gente lo sacó del lugar medicinal para entender que no sólo es una bebida milenaria sino el producto de mayor consumo del mundo”, aseguró en diálogo con Infobae Inés Bertón, referente de esta cultura blend y fundadora de Tealosophy.
“Hace 10 años -continuó Bertón- hablabas de leche almendras o chia y nadie entendía nada. Hace quince, al té verde lo tomaban cuatro personas: una profesora de yoga y sus tres amigas. El concepto well being o bienestar se ha instaurado en nuestra sociedad y la gente es mucho más consciente de la alimentación, entre otras cosas. Hoy la tendencia es a un consumo más selectivo. La gente busca la calidad y se da cuenta. Al final del día, un té honesto se hace a base de ingredientes honestos y eso es un mantra”.
Para Bertón, los argentinos entendieron que el té no tiene que ver con la edad. Que no hace falta tener una abuela inglesa que nos dé una receta para probarlo. “Que cada vez más a una corta edad los jóvenes se introduzcan en el mundo del té es una tendencia”, sostuvo.
“Existen muchos blends como el chai y el matcha por ejemplo, que hoy son casi una categoría en sí mismos. El té matcha es a mi entender un poco una moda porque el verdadero se prepara para una ceremonia de té que lleva tiempo. El ‘matcha tu go’ es una contradicción, es como el ritual del asado: para un buen asado es necesario tiempo. Hay cosas que no se pueden apurar”, concluyó.
El primer registro del té lo describió como una bebida medicinal en China en el siglo III después de Cristo. Los comerciantes ayudaron a que su popularidad se extendiera rápidamente por los continentes. A principios del siglo XIX, Gran Bretaña popularizó el concepto de té de la tarde, un descanso de la rutina en el que el té se sirve junto con sándwiches y productos horneados.
“Me tomo cinco minutos, me tomo un té”, rezaba una conocida publicidad de los años 80 en Argentina. Será cuestión de que quien aún no lo haya hecho, conociendo ahora todas sus bondades, dedique un tiempo en el día a incorporar la saludable infusión. Las jornadas frías de este mes de mayo invitan al hábito.
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