“Soy ucraniana, no puedo ver ninguna otra opción”. Mariya Kramarenko responde tajante, con frases escuetas pero punzantes. Desde que comenzó la invasión rusa a Ucrania, fue una de las primeras voces críticas en alzarse, siendo tan solo un pequeño eslabón dentro de una industria que mueve millones. Fue a fines de febrero cuando esta joven modelo se pronunció en las redes, contando lo angustiada que se sentía frente a la violencia que se desataba en su país. Del otro lado, las grandes casas de moda, los emporios del lujo más importantes, hacían silencio.
Pasaron más de dos meses de aquel entonces. Mientras las casas de moda se fueron manifestando con un tibio in crescendo anti bélico -primero fue Armani y Balenciaga, luego llegó el turno de Gucci, Dior y más tarde Louis Vuitton- Kramarenko se volvió un símbolo a fuerza de “likes”. Las redes fueron su micrófono. Desde allí se animó a decir lo suyo así, tajante y sin pelos en la lengua, como lo hizo ahora para conversar en exclusiva con Infobae.
Kramarenko, dice, no vio otra opción y apoyó a su país. Habla desde la racionalidad y parecerá una obviedad. Aunque tal vez no lo sea: moverse en el mundo de las pasarelas con tanto desenfreno, siendo éste el escenario externo de un mundo en el que se cruzan distintos intereses, pudo haber sido perjudicial para su carrera.
Originaria de Járkov, la segunda ciudad ucraniana y una de las más castigadas por los bombardeos en el comienzo del conflicto, la modelo es representada por dos grandes agencias europeas, Modelwerk, de Alemania, y L’Agence, de Portugal. Aunque ella no reside actualmente en Ucrania, su familia y amigos se encontraban en una de las zonas bajo fuego al comienzo.
“Mis padres se mudaron de Kharkiv al oeste de Ucrania. Hablo con ellos todos los días, pero tienen muchas ganas de volver a casa”, suelta a Infobae.
Kramarenko difundió fotos y videos de edificios semi destruido en Járkov, señalando que es su ciudad natal junto a emojis de llanto. Járkov es la segunda ciudad más poblada de Ucrania, con algo más de 1,4 millón de habitantes y aproximadamente 2 millones junto con su área metropolitana.
Es el centro administrativo de la óblast (provincia) de Járkov. También agregó breves videos de la destrucción provocada en las últimas noches en varios sectores de Ucrania que no especificó.
“No, no estoy en Ucrania ahora, pero soy ucraniana y mi vida se detuvo en el momento en que (Vladimir) Putin invadió Ucrania”, decía en una historia de Instagram. La joven modelo reconoció en ese entonces que se encontraba en estado de shock desde el inicio de las agresiones contra su país. “No puedo trabajar. No me doy cuenta de las señales que me envía mi cuerpo. No hay música, ni películas, ni diversión, no hay ‘buenos días, tardes o noches’, ya no hay que esperar a la primavera y revisar Instagram para divertirse e inspirarse”, manifestaba.
La única perspectiva en su vida por esos días, aseguró, era esperar “el final de la guerra”, una cuestión que hoy aún no ocurrió. Kramarenko dijo que pasaba cada día “esperando que llegue la mañana, controlando a familiares y amigos todo el tiempo, actualizando las noticias cada minuto, intentando ayudar de alguna manera remota y tratando de no llorar”.
“Continúa el genocidio del pueblo ucraniano. Durante 2 días el enemigo ha estado bombardeando sin piedad a civiles y monumentos arquitectónicos”, expresaba además, para luego rematar: “La realidad de Ucrania ahora. Y los rusos están llorando porque no tendrán Spotify”.
-¿Qué sabes sobre Kharkov hoy?
-Está constantemente bajo bombardeos, es muy inseguro allí. No existe ninguna manera de ir allí en este momento.
-¿Cómo se vio afectada tu carrera como modelo después de tus publicaciones?
-El mundo de la moda acompaña a Ucrania. Es todo lo que te puedo decir. He recibo palabras de apoyo por suerte y estoy bien.
Paren la música
Si hay una postal que va quedar de la Semana de la Moda de Milán fue el silencio de la pasarela. Giorgio Armani fue el único diseñador en manifestarse ante la invasión rusa en Ucrania tal vez de forma más contundente. Y lo hizo así, con un desfile sin música. En silencio. “Buscaba la forma de comunicar que aquí no estamos de celebración, porque lo que está pasando allí fuera me preocupa mucho”, aseguró el diseñador en ese momento.
Un termómetro de este leve pronunciamiento -para algunos una pequeñísima manifestación, para otros la punta tal vez de un iceberg que podría alcanzar a toda la industria- fueron las Semanas de la Moda que se llevaron en Europa durante marzo. El caso de Milán, tuvo el mencionado episodio de Armani. “¡Me alegra que las marcas destaquen su apoyo a Ucrania!”, dice ahora al respecto la modelo.
-¿Qué es lo que más te dolió de todo este terrible acontecimiento que fue la invasión? ¿Qué le dirías a Vladimir Putin si te estuviera escuchando?
-Ni siquiera puedo especificar algo en particular, porque los soldados rusos están cometiendo muchos crímenes de guerra horribles que causan sufrimiento y dolor al pueblo ucraniano.
¿Pensás seguir manifestándote contra la invasión?
-¡Por supuesto que lo haré! No tengo ninguna duda de que Ucrania ganará.
¿La industria de la moda le dio la espalda o apoyó a Ucrania?
-Puedo decirte que al menos la gente del mundo de la moda apoya a Ucrania. Eso es lo que he visto en mi experiencia.
Kramarenko se despide amable, pide disculpas a través del chat porque se tiene que ir. ¿Sería parte ella de alguna campaña oficial a través de una marca que condene la guerra? Dice que sí, que le encantaría si la convocaran. “Ojalá suceda esa campaña pacífica”, remarca para despedirse. Tal vez una pista de ese deseo futuro ya esté plasmado en el último posteo de su cuenta de Instagram. Allí está ella, con una cartera que lleva los colores de su país. Y epígrafe que reza: “La luz vencerá la oscuridad”.
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