Viajar tiene muchos más atributos que ir de un sitio a otro. Aquello de “cinco días, ocho ciudades” ha perdido crédito. Sobre todo, luego de atravesar la pandemia. La tendencia de acrecentar las experiencias más que los recorridos en sí mismos se ha instalado como una realidad, que cada vez más viajeros exigen en sus vacaciones. Desde aguas termales hasta salinas existen lugares que, además del propio disfrute de un periodo sabático, pueden brindar potenciales poderes curativos, propiedades restauradoras, además de manantiales minerales, bosques primitivos para baños de naturaleza.
Ya no se trata de un buen hotel, o de conocer todos los atributos de un destino. Se trata de volver enriquecidos de conocimiento, saber gastronómico y aprovechar lo que la cultura que se visita tiene para dar, con una mochila repleta de sensaciones más que de fotografías de monumentos.
Una reciente encuesta de Booking.com indica que un 78% de los turistas aseguran que los viajes contribuyen a su bienestar mental y emocional mucho más que cualquier otra forma de relajación o descanso. Así que este año irse de vacaciones va a convertirse en la forma ideal de autocuidado, más que hacer ejercicio a diario o meditar.
Luego de pasar tanto tiempo en casa, un 65% informó que no se dio cuenta de la importancia de viajar para su bienestar hasta que ya no fue una opción. Y un 84% aseguró que tener unas vacaciones planeadas tiene un impacto positivo en su bienestar emocional. Además, el 75% afirman que, cuando vuelven de un viaje, se sienten mejor que antes porque pudieron llenarse de energía.
En la misma encuesta, un 24% de los viajeros busca salir de la zona de confort como una clave que les permite recargarse de energías y sentirse rejuvenecidos. De este porcentaje: 67% dice que alojarse en un lugar con un paisaje distinto ayuda a recargarse; 45% que sirve para experimentar otro estilo de vida; 57% busca probar nuevas comidas para sentirse rejuvenecido; 41% disfruta de escuchar nuevos idiomas y 28% cree que hacer una actividad que no es tan fácil de hacer en casa los ayuda a desconectarse de la rutina diaria, lo cual resulta revitalizador si es posible sumar alguna de las prácticas ancestrales que el destino puede ofrecer.
Encontrar esos lugares de recuperación de bienestar, con propiedades restauradoras, mientras se toma una copa en pareja, puede resultar en destinos mágicos para recargar pilas, crear nuevas experiencias y tomar algunos de los atributos que la naturaleza ofrece para reconectarse con uno mismo y con el entorno, en medio de una experiencia de contemplación y de vínculo directo con la sabiduría de las prácticas locales. Desde manantiales con minerales hasta bosques primitivos, aquí una serie de opciones para ir agendando que se ajustan perfectamente para reconfortar el espíritu, dar impulso a las energías y volver con una carga de aprendizajes milenarios.
1- The Healing Hole, Bimini, Bahamas
Este estanque de agua dulce, al que solo se puede acceder en barco, se filtra en el agua salada de los manglares. Se le conoce como el agujero curativo debido a las propiedades restauradoras reportadas por aquellos que han estado nadando en él. Un estanque de agua dulce como ningún otro. Este espacio tranquilo está situado en East Bimini. Algunos afirman que el canal frío de agua dulce que se arremolina junto con el agua salada tibia fuera de los manglares de las Bahamas es toda una panacea.
No es tarea fácil encontrar esta sitio rico en minerales por cuenta propia. Se recomienda contratar un guía que, en un bote poco profundo, hasta el destino. El investigador de neurofisiología, Richard Wingate, probó la composición de Healing Hole y descubrió que contiene altos niveles de litio, azufre y magnesio. El litio se usa para tratar los trastornos del estado de ánimo, el magnesio se usa para ayudar a la función muscular y la producción de energía, y el azufre es necesario para que el cuerpo funcione, lo que hace que Healing Hole sea una trilogía perfecta para el bienestar.
2- Saratoga Springs, Nueva York
Ubicado a solo tres horas de Nueva York, Montreal y Boston, Saratoga Springs ofrece una variedad inesperada de atracciones en un entorno encantador, panorámico e histórico. Aquí, se disfruta de las carreras de caballos, las artes escénicas, el casino, los partidos de polo, los campos de golf, los museos, la arquitectura victoriana, el histórico parque de batalla, las excelentes tiendas, la multitud de actividades al aire libre, entre otras tantas atracciones.
Saratoga es conocida por sus manantiales y spas. El chorro de la isla Geyser. El manantial de Hayes Well. Hay tantas aguas termales para ver en esta ciudad siempre encantadora que lleva el nombre de sus famosas aguas de manantial. En Saratoga Spa State Park, invita a andar en bicicleta o a caminar por los senderos verdes para probar los numerosos manantiales que contienen hierro, magnesio, calcio, potasio y más.
Se dice que trata entre sus capacidades se encuentra el tratar afecciones de la piel, ayudar con problemas digestivos y, en general, hace sentir mejor. La historia cuenta que los visitantes han llegado a Saratoga Springs para “tomar la cura” desde el siglo XVIII. Durante el viaje, además de recorrer los manantiales para beber las aguas, también se puede tomar un baño mineral privado en las burbujeantes aguas carbonatadas en Roosevelt Mineral Baths and Spa para un tratamiento ultra exclusivo.
3- Cenote natural en Palmaïa, Playa del Carmen, México
En la cultura maya, la vida y la muerte emergen de las aguas del interior de los cenotes, como puros símbolos de manifestación, transmutación, amor, vida y resiliencia. Los cenotes son pozos de agua de gran profundidad que se alimentan por la filtración de la lluvia y por las corrientes de los ríos que nacen en el corazón de la tierra. Es por eso por lo que al nadar en ellos se siente tanta frescura: un promedio de 24 grados. Estos pozos deben su nombre a los mayas, que los bautizaron con la palabra Dz’onot, que significa “caverna con agua” y de ahí derivó a su nombre actual.
El color del agua puede variar desde el verde esmeralda hasta los azules intensos, que solo puede apreciarse cuando la luz del sol entra a través de las hendiduras u orificios en el techo de su bóveda. Los cenotes abiertos son los más antiguos, ya que con el paso del tiempo (millones de años), el techo que los cubría cede y se desploma, dejándolos a la intemperie. Se destacan por su belleza natural, ya que generalmente sus paredes se tapizan de plantas y flores, que visten la roca de diversas tonalidades de verde, rojo y naranja, además de la gran variedad de pájaros y mariposas que habitan ahí.
El cenote natural más recientemente encontrado fue detectado cuando se estaba construyendo en Playa del Carmen el SPA Atlantis. La experiencia fue sumada a las instalaciones y se transformó en el lugar ideal para renacer en manos expertas de los maestros que trabajan en el resort The House of AïA en Playa del Carmen, México. Aguas profundas, históricas, con simbología y técnicas de los pueblos milenarios.
4- Isla de Yakushima, Japón
Visitar esta isla a 60 kilómetros al sur de la prefectura meridional de Kagoshima permite explorar bosques centenarios, subir a montañas, pasear por playas y experimentar un clima que cambia bruscamente. No se debe olvidar el paraguas, ya que llueve bastante a menudo. Se conoce a la isla como “los Alpes del océano”.
Si bañarse en el bosque es bueno para el alma, ser uno solo con la naturaleza bajo la sombra vigilante de los árboles que datan de tiempos inmemoriales realmente recarga las energías físicas, mentales y espirituales. Esta región especial de selva tropical montañosa que cubre una quinta parte de la isla es un “lugar de poder”, llamado de ese modo popularmente en Japón. Es celebrado por los japoneses por su capacidad curativa.
El sitio es, además, Patrimonio Mundial de la UNESCO. Yendo 56 kilómetros hacia el sur del extremo más septentrional de la isla de Kyushu, cada pico es adorado como el hogar de los dioses, y hay muchos santuarios sagrados de la isla se localizan allí. Los cedros japoneses de más de 1000 años de la zona, o yaku sugi, son el símbolo de Yakushima. Un cedro gigante conocido como Jōmon Sugi, que los científicos estiman que tiene entre 2170 y 7200 años, reside aquí y se dice que es el árbol más antiguo de la isla. Los locales aseguran que Jōmon Sugi, como una gran cantidad de árboles milenarios que pueblan la región, tienen propiedades curativas.
5- Taos, Nuevo México
Esta meseta situada al pie de las Montañas Sangre de Cristo, es un lugar mágico. Su belleza escarpada, sus majestuosas montañas, su salvaje río Grande y su mezcla de culturas -española, india y anglosajona- han atraído desde siempre a artistas y fotógrafos, como se demuestra en sus galerías, museos y festivales. Para conocer la cultura india, hay que acercarse a Taos Pueblo, donde los indios americanos Tiwa practican sus tradiciones desde hace siglos. Finalmente, la influencia anglosajona se extiende por el distrito comercial, con sus tiendas, sus galerías de arte y algunos de los mejores restaurantes de Nuevo México. Aquí no existe la competencia febril y un buen número de libre pensadores ha convertido esta tranquila y discreta meca en su casa.
Manantiales con minerales naturales llenos de propiedades saludables es lo que ofrece el Ojo Caliente de Taos, uno de los balnearios más antiguos de Estados Unidos, donde se puede disfrutar de los escarpados acantilados en el desierto y del bosque salpicado de álamos (un tipo de bosque típico del suroeste de esta nación), entre chapuzones en las piscinas de lodo, arsénico o Kiva, cada uno promocionando sus propias propiedades restauradoras.
Es una de las únicas aguas termales en el mundo con cuatro tipos diferentes de aguas minerales libres de azufre, que incluyen hierro, arsénico, soda y litio. El sitio a base de hierro es supuestamente beneficioso para la salud inmunológica, y el de arsénico se recomienda para aquellos que buscan alivio del dolor de la artritis y la úlcera. Una buena posibilidad es dirigirse al Santuario de Chimayo, elogiado por su llamada “tierra sagrada”, ubicada en un pozo redondo dentro de una pequeña habitación, con efectos saludables.
6- Baño de arena Ibusuki, Kagoshima, Japón
En la parte sudeste de la península de Satsuma se encuentra Ibusuki; un complejo termal muy tranquilo cuya playa contiene una atracción interesantísima: los baños de arenas volcánicas. En realidad, estos no solo son los únicos baños termales naturales de arena volcánica que existen, sino que -según expertos- tiene muchas propiedades beneficiosas para la piel, las reumas, la diabetes, los problemas de articulación y la circulación sanguínea. De hecho, estudios oficiales han comprobado que, tras extraer sangre antes de meterse en las arenas volcánicas, la sangre de color rojo oscuro se volvía de un color rojo intenso al salir de ellas.
El procedimiento comienza con la yukata (un kimono de verano, que se usa también en un estilo simple como bata), con ella puesta se baja hasta la playa donde se encuentran las arenas y los paleadores, que se encargan de arrojar a los visitantes la cantidad suficiente de arena como para cubrir el cuerpo, pero no demasiada como para provocar quemaduras. La arena de la playa tiene una temperatura altísima, especialmente cuanto más en profundidad se expone al cuerpo. En general la permanencia allí no pasa los diez o quince minutos, ya que después de un rato se empieza a transpirar bastante y a sentir mucho el calor.
Al terminar se sube nuevamente al complejo y se va al onsen, un baño donde están las aguas termales para relajarse y descansar el tiempo que uno quiera. El departamento de la Facultad de Medicina de la Universidad de Kagoshima descubrió que estos baños de arena mejoran la circulación sanguínea y disminuyen la inflamación corporal.
7- Lago manchado, valle de Okanagan, Columbia Británica
Ubicado al noroeste de Osoyoos, en el Valle de Okanagan de Columbia Británica, hay un lago llamado Kliluk. Durante las estaciones de invierno y primavera, el lago parece como cualquier otro. Pero en verano, a medida que la mayor parte del agua comienza a evaporarse, se da lugar a un paisaje fascinante. Cientos de grandes manchas amarillas, verdes y azules aparecen en el agua, razón por la que el lago es conocido como “el lago manchado”, considerado uno de los lugares más mágicos de Canadá.
El “lago manchado” ha sido considerado durante siglos como un lugar sagrado por los indígenas de la nación de Okanagan. Creían que cada uno de los círculos del lago tenían diferentes propiedades medicinales y de curación. El lago era conocido originalmente como Kliluk, por las primeras naciones del valle de Okanagan. La tierra que rodea el lago fue privada durante varios años, hasta que fue adquirida para beneficio y uso de Okanagan en 2001, lo que permitió que la zona fuera protegida y considerada un sitio de interés cultural y medioambiental.
El reluciente y cambiante lago azul-verde-amarillo es simplemente de otro mundo. También está repleto de las cantidades más altas del mundo de calcio, sulfatos de sodio y sulfato de magnesio. Además, también contiene niveles asombrosamente altos de otros ocho minerales, así como pequeñas dosis de otros cuatro, incluidos plata y titanio. Se alega que cada círculo o “mancha” en el agua tiene su propio conjunto de propiedades medicinales y curativas. Por respeto a esta zona sagrada y a las comunidades nativas que aquí residen, no se permiten visitantes más allá del mirador, pero desde la ruta es impresionante.
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