La pandemia amplió una tendencia que ya era un clásico entre el jet set. Entre las fiestas exclusivas de Hollywood y las temporadas deportivas, es habitual que las celebridades busquen el descanso a bordo de un yate de lujo. Desde el elegido por Leonardo DiCaprio hasta los barcos que han albergado a Jay-Z y Justin Bieber, varias embarcaciones están al alcance de quien cuente con el dinero necesario para alquilarlos.
Mientras por décadas las vacaciones doradas de los magnates se centraban en los grandes veleros propios, con los que cada propietario competía en excentricidad, en la actualidad, desde las figuras del deporte, la moda y hasta el jet set, han impulsado un nuevo negocio similar a la plataforma popular de alquiler Airbnb, que ya fueron furor en España en las últimas temporadas.
La plataforma Ahoy Club, representada por The Trust Collections, por ejemplo, permite buscar y comparar 4000 yates de alquiler con tripulación profesional en todo el mundo. Todo está en un solo lugar para facilitar la selección y la comparación de precios. Desde 15 m (50 pies) hasta más de 100 m (330 pies), ofrecen la gama de tamaño completo, donde hay algo para todos.
La plataforma francesa SamBoat ofrece alquileres de barcos privados. En cuatro años ha triplicado el número de transacciones y cuenta con 22.000 embarcaciones disponibles. Los franceses Nicolas Cargou y Laurent Calando son los fundadores de esta app que permite gestionar las reservas en línea . “Todo empezó en 2013, cuando recibí a Laurent para una entrevista de trabajo”, explica Cargou. “Ambos conectamos desde el primer momento y descubrimos que los dos éramos usuarios convencidos de plataformas de economía colaborativa como Airbnb. Sentíamos que ese modelo de negocio era el futuro”.
Francia es, precisamente, quien ha liderado esta tendencia, pero España se convirtió en la última temporada del mediterráneo en líder de la propuesta con 131.100 amarres, de los cuales el 68% se ubica en la costa del Mediterráneo.
A dichas plataformas, se sumaron Click&Boat, Sailogy y Sailsquare. En paralelo las estadísticas indican que los propietarios de barcos los utilizan un par de semanas al año, de manera que generar ingresos con el tiempo ocioso se convirtió en una tentación.
Según detalla Click&Boat, en el primer semestre de 2021, se produjo un incremento del 71,37 % en el número de reservas en comparación con fechas prepandemia (2019).
A medida que la propuesta crece, las ideas se multiplican y ahora las embarcaciones permiten flexibilidad presupuestaria de acuerdo a lo que se busca y se puede, y en ello, la posibilidad de contar con toda una tripulación que incluya, además de a los especialistas en navegación, sommelier, chef y otros servicios para amenizar el viaje.
Por otro lado, los barcos ofrecen una libertad de movimiento casi total, que va más allá de costas e islas. De hecho, las opciones de menor impacto ecológico, como catamaranes y veleros, permiten viajar de forma sostenible incluso dentro de parques y reservas naturales.
Maria del Mar Musciatti, Directora de The Trust Collection contó que “si bien siempre estuvo muy instaurado culturalmente en Europa la idea de rentar yates privados para veranear dentro del segmento lujo, a raíz de la pandemia hemos notado la creciente tendencia en solicitudes que nos han llegado desde el mercado de lujo de Latinoamérica para aquellas personas que quisieron y quieren seguir viajando con un óptimo servicio, pero también cuidando el concepto burbuja”.
Cuáles son las propuestas
La propuesta, además, no conoce de fronteras, ya que se puede alquilar en cualquier parte del mundo, se realiza y paga en línea. Además las diferentes plataformas ofrecen un calendario estacional que guía para elegir los destinos más apropiados para alquilar en el mes de preferencia. A la vez, las plataformas proponen creadores de itinerarios interactivos y generadores de preferencias. No siempre lo más lujoso es lo más deseable. Una alternativa pequeña que permita circular los ríos de las grandes ciudades, además de los pequeños pueblos puede resultar una opción encantadora para un viaje diferente, tal vez al mismo precio que los alojamientos en tierra.
&Beyond no se ofrece como plataforma, sino que cuenta con opciones propias, 14, todas de lujo extremo. Big Nauti, por ejemplo, está pensado para 8 personas, tiene 4 cabinas dobles cada una con baño privado, y se consigue con una tarifa desde los 610 dólares por persona. Este catamarán galardonado con el premio “Multicasco del año” es el escenario perfecto para una escapada increíble. Cuenta con una gran cubierta de proa y dispone de una sala de estar y reposeras adicionales para tomar sol. La cubierta de proa tiene fácil acceso directo a un impresionante salón, un sky-lounge con vistas panorámicas del entorno.
The Goose es el preferido de Heidi Klum. Puede alojar a hasta diez invitados en cinco elegantes camarotes, que incluyen una suite principal con un estudio privado. Tiene un salón con barra de tragos y un pequeño comedor informal. Puede albergar hasta 100 personas para eventos con la nave atracada.
La estrella del pop canadiense Justin Bieber es fan del Mustique de 55 metros. Puede acomodar hasta a 12 invitados en sus seis cabinas. El interior de estilo clásico del yate, diseñado por Dee Robinson, tiene un acabado en paneles de caoba con mármol y cristal. Su alquiler a parte de 272.309 dólares por semana.
En su último cumpleaños Jennifer López pasó su día especial a bordo del superyate Valerie de 85,1 metros. A ella se unió su novio Ben Affleck. Sus interiores de estilo Reymond Langton pueden acomodar hasta a 17 invitados atendidos por 27 tripulantes. Los huéspedes pueden llegar en helicóptero gracias al helipuerto touch and go, y tienen mucho para entretenerse a bordo con una piscina de seis metros y múltiples jacuzzis, comedor al aire libre y áreas de descanso y bares de cócteles. El yate está a la venta por 110 millones de euros, aunque también se puede alquilar.
Los íconos de la música Beyoncé y Jay-Z optan por el yate chárter más caro del mundo, el Flying Fox de 136 metros que navega por la Riviera francesa. La pareja tiene mucha experiencia navegando en grandes superyates, porque ya lo hiceron con el Lürssen Kismet de 95,2 metros y el Benetti Lana de 107m, pero Flying Fox es su debilidad. Cuenta con una piscina de 12 metros, un salón de observación con tragaluces diseñado para mirar las estrellas, un cine, un centro de buceo y un spa repartido en dos plantas, equipado con sauna y criosauna, así como terapeutas profesionales. Las comidas a bordo también son un placer gracias a la parrilla Teppanyaki, el horno asador, la barbacoa y el horno tandoori. Se pueden acomodar un total de 25 invitados y 54 tripulantes. La tarifa de alquiler semanal parte de los 3.000.000 de euros.
Kim Kardashian y un puñado de su clan fueron son fieles al Prana, el phinisi indonesio más grande del mundo, pero está lejos de ser tradicional. Propiedad del hotel Atzaró de Ibiza, cuenta con un interior suntuoso con 900 metros cuadrados de espacio habitable repartidos en cuatro cubiertas. Kim Kardashian aprovecha al máximo su tiempo a bordo navegando por las islas paradisíacas del Parque Nacional de Komodo y fue fotografiada saltando desde el bauprés. Las excursiones a bordo también pueden incluir yoga en la azotea, un viaje al spa a bordo y una película bajo las estrellas. Para cualquier fanático de la serie de telerrealidad Keeping Up With The Kardashians, el Prana hace una aparición en la temporada 16 del reality, en el episodio 3. El alquiler es algo más modesto y parte desde los 15.000 dólares por noche.
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