En algún momento, entre el comienzo del tercer año de la pandemia y el temido inicio de la tercera guerra mundial, una nueva frase entró en el espíritu de la época. Un misterioso presagio de una era por venir: la gente estaba optando por el “modo duende”.
El término abarca las comodidades de la depravación: pasar el día en la cama viendo series en silencio mientras nos desplazamos sin cesar por las redes sociales, comiendo el final de una bolsa de papas fritas y solo saliendo de la casa en pijama y medias para buscar el delivery.
“Inherente al término está la idea de que se puede activar y desactivar”, dijo en diálogo con The Guardian Dave McNamee, un autodenominado “duende de la vida real” cuyo tweet sobre este comportamiento se volvió viral recientemente. “El modo duende no es una identidad permanente -advirtió-, sino un estado de ánimo”.
Según la psicoanalista Fiorella Litvinoff, para muchas personas uno de los efectos que dejó la pandemia fue el aislarse más socialmente. “Esto se debe a vestigios que quedaron de la pandemia, donde el aislamiento era obligatorio y debido a que durante la pandemia (pero antes de ella también) se coloca al otro como fuente de peligro, típico de una sociedad que pregona el individualismo. El aislamiento obligatorio favoreció la conducta fóbicas, el evitar el contacto personal por temor a ser rechazado o no cumplir las expectativas de la otra persona. De alguna manera, ahora toca que ‘re-socializarse’”, indicó la experta a Infobae.
“Un ejemplo perfecto de esta actitud es cuando te despiertas a las 2 AM y te arrastras a la cocina usando nada más que una camiseta larga para hacer un refrigerio extraño, como queso derretido con galletas saladas. Se trata de una completa falta de estética. Porque, ¿por qué a un duende le importaría cómo se ve? ¿Por qué le importaría la presentación?”, detalló McNamee.
Apareció por primera vez en Twitter en 2009, pero según Google Trends, comenzó a aumentar su popularidad a principios de febrero y se disparó después de que un titular manipulado atribuyó una cita con la frase a la musa de Kanye West y la chica del momento, Julia Fox. “Para que conste. Nunca he usado el término ‘modo duende’”, aclaró Fox más tarde en una historia de Instagram. La usuaria de Twitter que inventó la cita de Fox como una broma dijo que si bien el titular era falso, cree que el modo duende es un fenómeno muy real.
“El modo duende es algo opuesto a tratar de mejorar”, dijo Juniper, quien se negó a compartir su apellido. “Creo que ese es el tipo de energía que estamos dando para 2022: todos están un poco salvajes y locos en este momento”. En TikTok, #GoblinMode se adjunta a videos de todo tipo. En la mayoría de los casos, se asocia con mujeres sin maquillaje y con atuendos que no combinan, hablando a la cámara al estilo de un confesionario.
La tendencia representa una desviación directa de la influencia “cottagecore” hipercurada de los primeros días de la pandemia, una tendencia destacada de 2020 que incluyó colores pastel, paisajes bucólicos y la exhibición de habilidades caseras saludables como hornear y bordar. El cottagecore prosperó bajo el espíritu melancólico de sacar lo mejor de lo que muchas personas supusieron que serían solo unas pocas semanas aburridas en casa en 2020.
Pero a medida que la pandemia continúa y el caos de los acontecimientos actuales empeora, las personas se sienten engañadas por el sistema y han rechazado tales objetivos. Peter Hayes, un trabajador tecnológico del Área de la Bahía de San Francisco, dice que él y sus amigos se han llamado a sí mismos duendes en broma. El diálogo con The Guardian sostuvo que “el término ha despegado ya que la pandemia eliminó la necesidad de mantener las apariencias. En casa no hay presión social para seguir las normas, así que pierdes el hábito. También existe la sensación de que todos estamos mal, entonces, ¿por qué molestarse?”.
En las redes sociales, aunque no usa explícitamente el término “modo duende”, los videos que expresan ideologías similares han ido ganando popularidad. “Mi cuerpo es un bote de basura con fecha de vencimiento y no tengo tiempo para cosas saludables”, dice uno con 90.000 visitas. “Me encanta apenas aferrarme a mi cordura y tomar decisiones terriblemente egoístas y participar en hábitos poco saludables y mecanismos de afrontamiento”, dijo otro con 325.000 visitas.
“El paraguas del modo duende puede encapsular muchos tipos de estéticas y comportamientos”, sostuvo Cat Marnell, una autora que ha estado tuiteando mucho en las últimas semanas acerca de entrar ella misma en el modo duende. Aunque muchas personas que tuitean sobre el modo duende lo han caracterizado como un abrazo casi espiritual de nuestras tendencias más degradadas, Marnell explica que existe un “modo duende saludable y un modo duende destructivo”. Para ella, encarna un cierto aire de travesura inofensiva. “El poder del modo duende es que se apodera de tu cuerpo”, destacó.
Podemos llamarlo un cambio de ambiente o una progresión lógica hacia el nihilismo después de años de decepción inducida por la pandemia, pero el modo duende llegó para quedarse. ¿Y por qué no debería? Como dice un audio de #modogoblin: “Si no puedes manejarme en modo duende, no me mereces”. “Es genial ser un duende. Todos son tan perfectos todo el tiempo en línea, es bueno ponerse en contacto con la extraña criaturita que vive dentro de ti”, concluyó Marnell.
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