Lentamente, una a una, las grandes casas de la moda van reaccionando ante la invasión de Rusia a Ucrania y el sufrimiento de los refugiados y quienes están siendo víctima de los bombardeos. Balenciaga y Armani fueron las primeras en tomar una postura poco después del inicio de las hostilidades, el pasado 24 de febrero. Pero el resto fue sumando sus tibias declaraciones con el correr de los días.
Esta vez, en la Semana de la Moda de París, que finalizará hoy, Demna Gvasalia, el diseñador de alta costura georgiano de Balenciaga, que huyó de su país a causa de una guerra con Rusia, hizo un emotivo homenaje a Ucrania en un desfile en el Bourget, al norte de la capital francesa.
Colocaron camisetas azul y amarillas, los colores de la bandera ucraniana, en cada silla, con las que la casa invitó al público a vestirlas para rendir homenaje a las víctimas de la guerra. Acompañó el gesto con un mensaje de Demna en que explicaba los motivos por los que mantuvo el desfile en un momento en que “la moda pierde su derecho de existir” y la Semana de la Moda de París “parece absurda”.
“Viva Ucrania, a favor de la belleza, la fuerza, la verdad y la libertad”, aseguró en ucraniano Demna, quien recitó un poema de 1917 tanto al principio como al final del desfile.
Luego, los modelos mujeres y hombres, separados del público por unas paredes transparentes, desfilaron en círculo bajo los copos de una espesa nieve artificial. Cuando empezó el desfile, los espectadores se pusieron las camisetas con los colores de Ucrania. La exhibición también terminó con un homenaje al país invadido con un modelo masculino vestido totalmente de amarillo y una femenina de azul celeste.
“La guerra de Ucrania despertó el dolor y el traumatismo que persiste en mi interior desde 1993, cuando la misma situación se produjo en mi país natal y tuve que refugiarme al extranjero”, escribió Demna.
“Llegué a pensar en anular esta exhibición, que supuso un duro trabajo para mi equipo y para mí mismo (...). Pero llegué a la conclusión que anularla supondría rendirme, resignarme ante el mal que tanto me ha herido desde hace casi 30 años”, afirmó. Según el diseñador, este desfile “no necesita ninguna explicación. Está dedicado a la valentía, la resistencia y la victoria del amor y la paz”.
Gvasalia quiso aprovechar su altavoz para representar ese viaje que aún lo sigue marcando y que debieron realizar obligadamente más de un millón de ucranianos durante los últimos días, desde que el 24 de febrero se inició la invasión. Por eso construyó una pasarela circular, 360º, rindiendo homenaje a su colección, que simulaba un desierto de nieve donde los invitados veían a los modelos luchar contra el viento y el frío a través de una cristalera, al igual que el mundo ve a los afectados por la guerra en la TV y sus computadoras.
Demna, 40 años, nació en Abjasia, una región separatista prorrusa del norte de Georgia, objeto de dos guerras con Rusia a principios de 1990 y en 2008.
Por su parte, en un guiño a la guerra en Ucrania, Stella McCartney cerró el desfile de invierno de su sello homónimo con la música de Give peace a chance, la balada contra la guerra de John Lennon.
Las modelos recorrían los pasillos revestidos de vidrio en lo alto del Centro Pompidou, exhibiendo elegantes vestidos de estilo bohemio con bolsillos y mangas globo con aberturas mientras sonaba la música rítmica, con vistas panorámicas de París como telón de fondo.
“Creo firmemente en la paz y el amor y, obviamente, usar la canción de John, quien era el mejor amigo de mi papá, simplemente se nota para mí, es una canción personal que refleja los pensamientos del mundo entero, espero, en este momento”, dijo McCartney a los periodistas después del espectáculo, refiriéndose a su padre, Paul McCartney.
“Obviamente, estoy en contra de la guerra, mi corazón está muy conmovido por la gente de Ucrania y es desgarrador, es una experiencia traumática de presenciar, por lo que uno solo puede imaginar por lo que está pasando esa pobre gente”, agregó McCartney. Su marca es parte del grupo de lujo LVMH que, junto con Hermes, el propietario de Gucci, Kering y Chanel, anunció el viernes la suspensión de sus operaciones en Rusia.
Algunos diseñadores de moda han hablado públicamente sobre su lucha por encontrar el tono adecuado para sus desfiles y han tomado la decisión de continuar con los eventos de la Semana de la Moda de París, mientras el mundo está centrado en la crisis de Ucrania.
La capital francesa acoge la recta final de las ferias de la industria que también ha tenido lugar en Nueva York, Londres y Milán, y concluye hoy, 8 de marzo.
Pero las casas más importantes de la moda y el lujo, se mostraron de forma muy tibia ante el conflicto bélico. Así lo vino adelantando Infobae durante la última semana. Salvo el caso de Balenciaga y Armani, el resto de las marcas, hasta el viernes pasado, no habían emitido ningún tipo de pronunciamiento. Finalmente ese día, Louis Vuitton y Gucci, hicieron una manifestación vinculada con la invasión rusa que tiene en vilo al mundo. No fueron estridentes y optaron por las colectas y ayudas humanitarias.
Entre medio, esta semana la trama de este leve señalamiento, se tejió con voces de diseñadores, modelos y celebrities, que se hicieron eco de la importancia en la ayuda humanitaria en la castigada región. Las redes sociales, fueron el conducto de este primer y escueto “levantamiento”. Fue justamente a través de Instagram cómo el director de Vogue Ucrania, Vena Brykalin se hizo oír en medio de los primeros días de silencio total.
La canción My voice is my weapon of choice (Mi voz es mi arma elegida) de Grace Jones puso banda sonora el pasado miércoles en la Semana de la Moda de París al desfile de Balmain. Pero la frase pareció destacar lo contrario, el largo silencio de la industria ante la invasión de Ucrania. Solo se habían manifestado hasta entonces contra la guerra, Armani, que cerró el domingo 27 de febrero la Semana de la Moda de Milán con un desfile en silencio en respeto a la población de Ucrania o marcas pequeñas como Nanushka, que repartió en su presentación un comunicado condenando la invasión, o Acne, que distribuyó en su desfile una nota donde anunciaba que había donado 100.000 euros a ACNUR, la agencia de Naciones Unidas para los refugiados.
Vena Brykalin, director de moda de Vogue Ucrania, dejó Kiev dos días antes de la invasión rusa para asistir a las semanas de la moda. Fue el primero en denunciar la extraña situación que se generó en la Semana de la Moda de Milán: mientras las tropas de Vladimir Putin ingresaban a su país los desfiles se celebraban como si nada ocurriera. “El director de arte de mi revista lleva días durmiendo en el metro”, relató días después en París.
Luego de que Balenciaga se pronunciara primera entre las grandes casas con una bandera ucraniana puesta en su Instagram el pasado miércoles, la reacción, aunque tibia, fue en cadena: Gucci, Kering, LVMH, Dior, Louis Vuitton. El viernes Hermès cerró sus tiendas en Rusia, algo que también anunciaron Chanel y Richmond, propietario de Cartier. Otros grandes grupos como Mango y Zara también han suspendido temporalmente sus relaciones comerciales con Rusia.
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