La invasión de Rusia a Ucrania ha cambiado el modo de invertir de las personas más pudientes en Moscú y otras grandes ciudades rusas.
Con el comienzo de las hostilidades, los países de occidente han impuesto fuertes sanciones económicas a Rusia, que no solamente ha llevado a la desesperación de la mayoría de las personas que viven con lo justo cada día. También preocupa a los ricos que buscan alternativas para invertir sus ahorros frente al cierre de los mercados por un lado y a la gran devaluación del rublo, la moneda rusa, por el otro.
Así, los rusos más acaudalados recurren a la compra de joyas y relojes de lujo en un intento por preservar el valor de sus ahorros. También lo hacen con criptomonedas y oro para buscar alternativas válidas dónde invertir a pesar de las sanciones económicas mundiales. En los últimos días, las ventas en las tiendas rusas de Bulgari han aumentado considerablemente, según admitió el director ejecutivo de la joyería italiana, después de que la respuesta internacional a la invasión de Ucrania restringiera severamente el flujo de efectivo en Rusia.
Con una frase cuestionable, en una entrevista con Bloomberg, Jean-Christophe Babin, afirmó: “Estamos allí para el pueblo ruso y no para el mundo político”, describiendo a las joyas de Bulgari como una “inversión segura”.
“Operamos en muchos países diferentes que tienen períodos de incertidumbre y tensiones. A corto plazo, esto probablemente impulsó el negocio. Es difícil predecir cuánto durará, porque de hecho con las medidas de SWIFT, implementadas por completo, podría ser difícil, si no imposible, exportar a Rusia”, agregó, refiriéndose a las restricciones en el acceso de Rusia al sistema internacional bancario y financiero SWIFT.
Infobae viene siguiendo el comportamiento de las grandes marcas de lujo respecto a la posición que tienen sobre la guerra en Ucrania. El conglomerado emblema de la moda global aún no se pronunció mayoritariamente en contra de la invasión de Rusia a Ucrania, lo que despertó malestar en muchos países del mundo. Hoy se conoció que Inditex, el grupo dueño de Zara, cierra sus 502 tiendas en Rusia, con más de 9.000 empleados, y suspende venta online. Incluso las marcas Gucci y Louis Vuitton ahora comenzaron a organizar colectas de ayuda humanitaria para las víctimas de la invasión en Ucrania.
A contramano de la decisión de grandes marcas de consumo como Apple Inc y Nike Inc y gigantes de la energía como BP PLC, Shell Plc y Exxon Mobil Corp, que pusieron en pausa sus operaciones en Rusia, las marcas de lujo más grandes de Europa siguen hasta ahora, operando en el país y aprovechando el boom de ventas de sus artículos.
Bulgari, propiedad de LVMH SE, no es la única. Cartier de Richemont sigue vendiendo joyas y relojes. También los relojes Omega todavía están disponibles, al igual que los Rolex. Todos continúan haciendo ventas y tratando de adoptar una postura apolítica. Al igual que el oro, que puede servir como una reserva de valor y una protección contra la inflación, los relojes y las joyas de lujo pueden mantener o incluso aumentar su precio en medio de la agitación económica causada por la guerra y el conflicto.
Los relojes de las marcas más exclusivas pueden cambiar de manos en el mercado secundario al triple o cuádruple de su precio minorista. Sin embargo, el impacto de la invasión sobre el valor de los artículos de lujo está posiblemente creando un problema de relaciones públicas. “Es cierto que las marcas de lujo podrían decidir no servir al mercado ruso. Racionalmente, esto representaría un costo para ellos, el cual podría ser superado por la imagen positiva que obtendrían en otros mercados”, dijo el analista de Bernstein Luca Solca.
Las ventas dentro de Rusia y a los rusos en el extranjero representan menos del 2% de los ingresos totales en LVMH y Swatch Group y menos del 3% en Richemont, un nivel “relativamente inmaterial”, según un informe de esta semana de Eduardo Aubin y sus colegas analistas de Morgan Stanley. Eso se debe, en parte, a las disparidades rusas de ingresos y riqueza, con un pequeño número de oligarcas multimillonarios que viven mucho más allá de los medios de la gente común. El salario mensual medio en Moscú es de unos 113.000 rublos (US$1.350 al tipo de cambio anterior a la invasión), y mucho más bajo en las regiones rurales. En tanto, Swatch Group dijo que estaba monitoreando muy de cerca la situación en Rusia y Ucrania y se negó a hacer más comentarios. Portavoces de Richemont, Rolex, Hermès, LVMH y Kering se negaron a comentar.
La presión sobre las grandes marcas crece en Rusia
La publicación comercial Business of Fashion, respaldada por LVMH, instó a los minoristas a cerrar las tiendas rusas y no enviar productos en línea. En un editorial ampliamente compartido, el editor en jefe, Imran Amed dijo que la medida sería “en gran medida simbólica” pero que mostraría “un compromiso con una posición moral fuerte”.
Hasta ahora, la reacción ha sido mínima. Balenciaga, una marca de Kering SA cuya directora creativa, Demna Gvasalia, es georgiana, eliminó todo el contenido de moda de su página de Instagram días antes de su desfile de otoño/invierno en París. En su lugar está la bandera de Ucrania y un llamado a donar al Programa Mundial de Alimentos.
Mientras tanto, Bulgari, establecida en 1884 por Sotirio Bulgari y comprada en 2011 por LVMH, posiblemente subirá los precios en Rusia en algún momento, según deslizó su CEO: “Si el rublo pierde la mitad de su valor, nuestros costos seguirán siendo en euros, no podemos perder dinero en lo que vendemos, por lo que tendremos que adaptar los precios”.
Independientemente del aumento de ventas que experimenten, es posible que los fabricantes de relojes y joyas de lujo pronto tengan dificultades para reabastecer las tiendas, en tanto que Moscú cerró su espacio aéreo a los países de la Unión Europea, y las mayores empresas de logística del continente detuvieron sus envíos a Rusia. Bulgari planea mantener abiertas sus tiendas y seguir adelante con el desarrollo de un nuevo hotel en Moscú a pesar de la guerra. No obstante, si la crisis dura meses “será cada vez más difícil abastecer al país”, concluyó Babin.
Criptomonedas en alza
Las sanciones económicas crecen a medida que continua la guerra y los magnates rusos se están pasando a las criptomonedas para proteger sus fortunas de represalias cada vez más duras. El mercado de las criptomonedas se enfrenta a una reacción cada vez mayor ante las señales de que los oligarcas rusos están utilizando activos digitales como Bitcoin para evitar sanciones. Los rusos se apresuran a comprar criptomonedas, ya que las sanciones occidentales impuestas al país hacen que su economía se derrumbe y el valor del rublo se hunda.
Por eso, el gobierno ucraniano, junto a sus aliados de Europa y Estados Unidos, le ha pedido a las mayores plataformas de transacciones de monedas virtuales que acaten el bloqueo financiero. Sin embargo, las principales firmas de criptomonedas se han mostrado reacias a prohibir cuentas de Rusia, lo que ha llevado a pedir un control más estricto o una prohibición total de las monedas digitales en el Reino Unido y otras naciones. Según el gobierno ruso, sus ciudadanos poseen 214.000 millones de dólares en criptomonedas, lo que supone alrededor del 12% del total mundial. Mucho de ese dinero pertenece a oligarcas cercanos a Putin que han encontrado en esta tecnología la manera de proteger sus fortunas de posibles sanciones extranjeras. Las medidas contra el Banco Central de la Federación Rusa, que han sido consideradas por expertos como algunas de las restricciones más duras, incluyen el congelamiento de las reservas que tiene depositadas en otros países, por un valor total cercano a los US$630.000 millones.
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