Después de las merecidísimas vacaciones, llega el momento de volver al cole. De a poco, hay que ordenar algunas las rutinas que van a beneficiar el rendimiento escolar, como un buen descanso y una alimentación equilibrada, que son fundamentales para potenciar ese aprendizaje.
Si queremos que nuestros hijos ingieran un poco menos de golosinas y productos empaquetados, y más alimentos saludables y caseros, vamos a tener que ponerle onda. tener mucha, pero mucha paciencia y vamos a tener que insistir pero sin presionar.
A veces a los chicos no les gusta un alimento en una preparación pero sí en otra. Por eso es muy importante, y lo recalco siempre, la variedad. También es importante no dar por sentado que un alimento no les gusta, antes de probarlo varias veces y de diferentes maneras. Y cuando digo muchas veces, son muchas, en algunos casos hasta 11 veces.
Acá van unas sugerencias:
- Proponerles más de una opción saludable. Así ellos pueden elegir entre diferentes alimentos, es importante que sientan el poder de elegir. Esto minimiza el riesgo de rechazo por completo y los ayuda a sentir que ellos tienen el control.
- Hacer cambios en formar gradual. Es importante servirles la comida que les gusta y de a poquito ir incorporando nuevos ingredientes, en porciones chicas.
- Dar el ejemplo. Lo más probable es que si en una casa se come sano, los chicos también lo hagan.
- No asociar la comida a la imagen corporal. Lo recomendable es alentarlos a comer sano porque eso los hará sentirse bien, estar fuertes y con energía. No vincules la alimentación a estar más gordo o más flaco.
- Hacerlos participar del proceso de compra y preparación de los alimentos. Los chicos necesitan explorar, jugar, tocar, así es como aprenden sobre el mundo en general, y ese mecanismo también funciona con la alimentación. Pasear en el supermercado, elegir la fruta en la verdulería, va a mejorar su predisposición a nuevos platos con sabores distintos.
Como opciones saludables para la vianda podés optar por armar sándwiches con rodajitas de pollo, huevo duro, queso, tomate, palta o zanahoria rallada bien finita. El secreto para que sean originales es cortarlos con formitas divertidas.
También podés pensar en trocitos de fruta ya cortados, tomates cherry, maní sin sal y, si te animás a lo casero, unas galletitas con avena, bizcochuelo o muffins en los que puedas también incorporar alguna fruta.
Es muy importante que les recordemos a los chicos la importancia del lavado de manos antes de comer y que, debido a la pandemia de coronavirus, no es recomendable que compartan los alimentos.
*Romina Pereiro es licenciada en nutrición (MN 7722)
Realización: Alejandro Beltrame y Matías Arbotto / Edición: Rocío Klipphan / Producción: Macarena Sánchez
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