La pandemia expuso tendencias que estaban mostrándose de manera incipiente y ahora emergen como realidades concretas. A Ayandrali Dutta le encanta cocinar para una sola persona y no porque esta periodista y curadora de menúes de Delhi, que pronto cumplirá 40 años, esté soltera. Dutta es una cocinera consumada. No prepara un tazón de dal y chawal o fideos instantáneos cuando está sola en casa, se toma la molestia de cocinar una cena de tres platos, poner la mesa, servirla y sentarse y disfrutar de sus comidas con ella misma como compañía. “Estoy soltera desde hace mucho tiempo y soy mi mejor compañía. Así que, naturalmente, me gusta cuidarme”, explicó por correo a Infobae.
Dutta es parte de las muchas personas solteras por elección que se toman en serio su condición y sus placeres. A nivel mundial, la soltería ha ido en aumento, no solo se está imponiendo en las sociedades tradicionales orientadas a la familia y la comunidad, como India y Corea del Sur. Ha puesto en boga el concepto surcoreano “honjok”.
Fotógrafos, empresarios de la moda y la gastronomía en Corea del Sur han tomado nota del aumento de solteros y se han adaptado a sus demandas. Emergió así el auge de los hogares unipersonales. El periodista Ankit Tuteja, de 29 años, en contacto con este medio, dijo que se encuentra conscientemente soltero para dejar espacio a su carrera. “Las generaciones de hoy, en general, tienen una capacidad de atención limitada. Quieren perseguir diferentes cosas por su cuenta, lo que les deja casi sin tiempo para concentrarse en establecerse en la vida”, explicó.
Esta tendencia llamada honjok (‘hon’ que significa solitario y ‘jok’ que significa tribu) se puede dividir en hon-bap, hon-sul y hon-nol. La primera es el acto de comer solo. La segunda consiste en beber solo en un bar. Hon-nol se refiere a las personas que no se sienten solas en el sentido tradicional de estarlo.
Pasión por la soledad
La soltería ha tenido un gran impacto en la sociedad: las estructuras familiares están cambiando, los edificios de apartamentos se están construyendo de manera diferente, las empresas están reenfocando sus estrategias para vender a esta categoría Hay una gran cantidad de solteros: 32 millones de estadounidenses viven solos, y ese número es alto en Europa y Japón.
En su libro “Siendo Solo”, el sociólogo Eric Klinenberg lo llama “el cambio social más grande del mundo en los últimos 50 años”. Su investigación sobre el tema fue accidental: hizo un libro sobre una ola de calor en California que mató a 700 personas, la mayoría solos. Y se sorprendió de que tanta gente viviera sola allí. Con el estudio para su siguiente libro detectó que “solo un pequeño número de personas que viven solas están realmente aisladas o solas, y que en realidad solo estaba viendo una parte muy estrecha de la historia. Así que decidí expandirlo hacia afuera y redefinir el tema, para que no sea solo un problema social, sino también un cambio social”, contó en charla telefónica con Infobae.
Según los datos del autor, en 1950, había alrededor de 4 millones de estadounidenses que vivían solos, un poco menos del 10% de todos los hogares eran unipersonales. Y en ese entonces, era más común en los extensos estados occidentales, como Alaska, Montana y Nevada, porque los hombres inmigrantes solteros iban allí.
Hoy en día, hay más de 32 millones de personas que viven solas (según las últimas estimaciones del censo de ese país), y eso es aproximadamente el 28 % de todos los hogares estadounidenses. Este es un cambio enorme. En lugar de ser más común en el oeste, ahora es más común en las grandes ciudades de todo el país. En Seattle, San Francisco, Denver, Filadelfia, Washington DC y Chicago, hay entre el 35 y el 45% de los hogares con una sola persona. “En Manhattan, donde vivo, aproximadamente 1 de cada 2 hogares es de una sola persona”, contó.
Ser y estar
En 2017, la fotógrafa surcoreana Nina Ahn saltó a la fama al documentar la vida honjok en Seúl. En una entrevista en CNN argumentó que: “vivimos en una generación en la que simplemente trabajar duro por un futuro brillante no garantiza la felicidad, entonces, ¿por qué no invertir en tiempo para mí?”.
La periodista Tuteja situó lo que llamó el origen del “tiempo para mi” hace 6 ó 7 años. Siente que las aplicaciones de citas han cambiado la forma en que las personas ven las relaciones. “Muchas ahora se sienten más cómodas con la idea de relaciones abiertas que con un compromiso de tiempo completo”, agregó. El matrimonio o establecerse (el eufemismo indio para matrimonio) no está en su diccionario. Y el concepto se ha filtrado a las pequeñas ciudades de la India.
Prachi Singh, de 27 años, se mudó de la casa de sus padres en Ranchi a un apartamento alquilado porque quería su propio espacio. “Hay una presión tácita para permanecer dentro del redil familiar. Solo quería experimentar la vida lejos de eso”, dijo Singh.
El editor de una revista de negocios, Hari Govind Nair, de 34 años, ha decidido permanecer soltero porque no hay una buena razón para no estarlo. Apasionado de los autos, le encanta hacer largos viajes solo, no le gustan las clasificaciones como solitario o misántropo. “Esta generación simplemente no está interesada en saber que el tiempo corre. Personalizar mi presente para un futuro que puede suceder o no no es mi forma de vida”, dijo Nair, quien siente que el miedo a estar solo en el futuro no es algo que esté dispuesto a dejar que impulse su presente. Le gusta hacer sus viajes de 3 a 4 días seguidos en automóvil con un mínimo de conversación, “y ese es un trato al que no mucha gente está dispuesta a suscribirse”, dijo.
“Debemos hacer una distinción entre vivir solo y estar solo o estar aislado o sentirse solo. Todas estas son cosas diferentes. Una cosa que aprendí es que vivir solo no es una experiencia completamente solitaria. Generalmente es bastante social. Hoy vivimos en una cultura de hiperconexión o sobreconexión”, afirmó Klinenberg.
Destaca que hubo un cambio de perspectiva porque “si alguna vez nos preocupamos por el aislamiento, hoy en día, cada vez más críticos se preocupan de que estemos demasiado conectados. Entonces, en un momento como este, vivir solo es una forma de obtener una especie de soledad reparadora, una soledad que puede ser productiva, porque tu hogar puede ser un oasis de la charla constante y la estimulación abrumadora de la existencia urbana digital. Pero no tiene por qué serlo: puede irse a casa y estar tan conectado como en cualquier otro lugar. Esa es una de las historias de mi libro: la revolución de las comunicaciones ha ayudado a que vivir solo sea posible, porque lo convierte en una experiencia potencialmente social. Ciertamente, las personas que entrevistamos dijeron que tener un lugar propio les permitía descomprimirse, y no todos pueden hacer eso”.-afirma
Sin que la vida nos junte
El profesional de los medios de comunicación Hema Chaudhary, de más de 40 años, ha estado soltera durante más de una década. “Lleva tiempo darse cuenta de que eres bueno con tu soledad. No es algo que puedas decidir en un día o porque una relación no funcione. Es un espacio que creas para ti mismo después de pasar por los 20 o 30 años de educación. Aprecias tu tiempo a solas y te encuentras con tu sistema de apoyo cuando quieres”, dijo a este medio. De hecho, Chaudhary sugiere que la soledad es un espacio que todos en el mundo están aceptando.
La psicóloga y experta en gestión del estilo de vida Rachna K Singh, aseguró que las combinaciones de la vida de soltero son tan diversas que surgen nuevos términos todos los días. ”El cambio fundamental en la última década ha sido que los solteros anteriores no lo eran por su elección: eran viudos o divorciados. Ahora, más y más personas eligen primero buscar lo que sienten que es una vida rica permaneciendo solteras. El mito de la persona soltera desesperada se ha desmoronado”.
El psicólogo Ekta Soni opinó que los jóvenes se han dado cuenta de la inestabilidad de la vida y simplemente no están dispuestos a comprometerse. “Es una filosofía de carpe diem que dirige su pensamiento. Se trata de aquí y ahora y no mirarlo con una perspectiva de futuro”, dijo. Soni cree que el compañerismo ha ido más allá de la presencia física: “la gente encuentra consuelo en sus pasiones; las parejas ahora son secundarias”.
Muchos aceptan la idea de que cuando se es soltero, se tiene el espacio para elegir la pasión mientras se decide cuánto tiempo quiere dedicarle. Honjok puede ser un término exótico pero, en el fondo, se trata del derecho a elegir, ya sea una persona o una pasión.
Eric Klinenberg afirmó que “las personas solteras son más sociales. En comparación con sus contrapartes casadas, es más probable que pasen tiempo con amigos y vecinos, sean voluntarios, asistan a clases de arte y realicen otras actividades sociales”.
Un estudio de la Universidad de Cornell encontró que entre 2000 y 2008, las personas mayores de 35 años que vivían con su cónyuge o pareja tenían menos probabilidades de pasar una noche con amigos que las que no. Los solteros son gastadores. Es más probable que salgan de noche, gasten dinero en restaurantes, compren nuevos atuendos para las primeras citas, viajen en avión un fin de semana. Además, compran propiedades. Según la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios de Estados Unidos, los solteros son quienes adquieren un tercio de las casas del país. Los solteros están invirtiendo en sí mismos y en sus carreras. Mucha gente se queda soltera más tiempo para concentrarse en sus carreras. Klinenberg indicó que estas personas apuestan a un “estar tiempo a solas para pensar y refrescarse que pueden y creen que eso puede convertirlas en personas más comprometidas cuando vuelvan a ingresar al mundo”.
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