Con participación activa en casi todas las culturas; artesanos productores en todos los puntos cardinales del planeta y con innovación que comprende desde formas de preparación, estacionado, pasta y origen de la leche, el queso es una de las estrellas del mundo gourmand.
Su origen primario se sigue escondiendo en las nieblas misteriosas de la historia. Sin embargo, sí se sabe que ya en el Imperio Romano, la elaboración del queso se había convertido en un proceso generalizado y muy valorado que se practicaba en toda Europa y Oriente Medio. En la época de Julio César, se producían y comercializaban cientos de variedades de quesos en todo el poderoso Imperio y más allá. La influencia romana a través de la documentación y el ensayo también ayudó a refinar y mejorar las técnicas empleadas para hacer queso.
La gran parte de los quesos populares que se degustan hoy, como el cheddar, el suizo, el parmesano y el gouda, son relativamente nuevos en la historia. Aparecieron en los últimos 500 años. En su historia temprana, el queso nunca fue un fenómeno mundial. A medida que su fabricación floreció en Europa y Oriente Medio, América del Norte y del Sur carecieron por completo de queso y del arte de su elaboración hasta mucho más tarde, cuando fue introducido por inmigrantes europeos.
Irse por los caminos del queso del mundo puede ser un gran descubrimiento. La experiencia zambulle en las entrañas de regiones prodigiosas en paisajes, sitios para conocer y, claro, grandes hormas con las que deleitarse. Aquí una selección de algunas imperdibles rutas del queso que están para comérselas.
Roquefort, Francia
No es de extrañar que esta lista comience en Francia, y la ciudad de Roquefort-sur-Soulzon en el sur es donde se produce uno de los quesos azules más famosos del mundo. El roquefort es un célebre queso de Aveyron, elaborado con leche de oveja y caracterizado por sus vetas de color verde azulado oscuro. En este destino se pueden recorrer las barricas donde maduran las enormes ruedas de este queso picante y ver exactamente cómo se elabora antes de degustar el producto terminado.
Ventiladas por las grietas naturales (o fleurines) formadas tras el derrumbe de la montaña Combalou hace un millón de años, las bodegas de Roquefort albergan miles de quesos. Producidos primero en una lechería, luego se maduran en estas cuevas naturales durante al menos dos semanas, bajo la mirada benévola y protectora de los maestros refinadores, los sótanos no contienen ninguna tecnología industrial.
El pueblo, enclavado entre el Macizo Central, al sur del Parque Natural Regional de las Grands Causses, y las estribaciones de la meseta de Larzac por un lado, apoyado contra la ladera de la montaña Combalou por otro lado, la configuración geográfica del paraje de Roquefort es ideal para la cría y protección de poblaciones desde hace más de 6.000 años.
La primera mención de “Roquefort” aparece en un texto carolingio que data de 1070. Fue en el siglo XX cuando el queso Aveyron ganó notoriedad internacional, sobre todo al obtener la primera denominación de origen en 1925, ahora regulado administrativamente el uso del nombre “Roquefort”. En 1994, el pueblo fue clasificado como un “sitio de sabor notable”. Finalmente, la Unesco integró su paisaje cultural en el patrimonio mundial. en 2011 para las Causses y Cévennes.
Hoy, poblado por unos 685 habitantes, el pueblo es escenario de una fabulosa leyenda: un joven pastor, para seguir a una hermosa pastora, se habría olvidado de un pan con oveja con queso en una de las muchas cuevas de Combalou. Al regresar un tiempo después a este lugar, los encontró cubiertos de moho. Hambriento, probó el queso y se deleitó con él. Así nació Roquefort. Guardián de este saber hacer, el hombre mantiene esta tradición en el fondo de sus bodegas y cada vez, el milagro se realiza.
El restaurante de la estación de tren es un clásico para no perder. Les Fleurines brinda una experiencia gastronómica de estilo medieval. La degustación perfecta se da en la Granja Fleurines, donde las ovejas pastan en las laderas de Combalou, famosa por sus bodegas y flores.
El Castillo de Mélac, con cuatro edificios principales unidos entre sí por torres formando un excepcional patio interior con soportales, muestra una perfecta expresión de una guarida construida entre los siglos XIV y XVI por una familia señorial, los Gozón.
Gruyères, Suiza
En el corazón de Suiza, la ciudad medieval de Gruyères ofrece un viaje cultural y gastronómico. El pintoresco pueblo obtiene su encanto de la Edad Media. La ciudad peatonal da la bienvenida a un agradable paseo, con adoquines y fuentes. Es la ciudad la que dio su nombre a la región y a su delicioso queso. En 2021, Gruyères fue considerado uno de los “Mejores Pueblos Turísticos” por la Organización Mundial del Turismo.
El castillo de Gruyères del siglo XIII, visible desde la distancia, domina la ciudad. Un espectáculo multimedia lleva a los curiosos a un cautivador viaje a través del tiempo.
El salón de los caballeros impresiona, las torres, murallas y jardines son una experiencia inolvidable. El Museo del Tíbet ofrece a los visitantes la oportunidad de descubrir el arte budista tibetano en el marco de una antigua capilla renovada. La quesería de demostración La Maison du Gruyère en Pringy presenta el famoso Gruyère AOP. Los visitantes pueden ver en vivo el proceso de elaboración del queso. Un recorrido interactivo revela los secretos de la producción y una degustación espera al final de la visita.
El restaurante de La Maison du Gruyère ofrece la oportunidad de prolongar la experiencia degustando numerosos platos con Gruyère AOP así como recetas típicas de la zona. Le Marché gruérien (mercado de Gruyère) presenta los productos de queseros locales, artesanías y souvenirs.
Los restaurantes tradicionales sirven las especialidades legendarias de La Gruyère: fondues, röstis, sopa de chalet, macarrones de chalet o el menú de Bénichon. Las tiendas exhiben productos deliciosos, incluido, por supuesto, el famoso Gruyère AOP. La Chocolaterie de Gruyères destaca sus creaciones artesanales.
Parma, Italia
Considerado uno de los quesos de mayor calidad del mundo, el Parmigiano Reggiano se elabora con leche cruda semidesnatada de vacas que pastan en hierba fresca y heno. Tiene una textura dura y arenosa y sus sabores van desde robustos a ligeramente picantes, dependiendo de cuánto tiempo haya madurado el queso.
Los orígenes del Parmigiano Reggiano se remontan a la Edad Media, cuando los monjes benedictinos y cistercienses reclamaron los humedales del valle del Po y comenzaron a producir este queso, que más tarde recibió el nombre de la ciudad de Parma, su lugar de origen. Hoy se produce en las provincias de Parma, Reggio Emilia, Modena y Bolonia en Emilia-Romagna, así como en la provincia lombarda de Mantua.
Parmigiano está disponible en las siguientes variedades: Mezzano (segunda selección, envejecido durante 12-15 meses), Parmigiano Reggiano (envejecido durante 12-24 meses o más) y Parmigiano Reggiano Extra, que debe pasar una prueba de evaluación de calidad adicional después de 18 meses de envejecimiento. Este queso particularmente versátil es uno de los ingredientes esenciales que se utilizan en varios platos italianos clásicos; es ideal para rallar sobre pasta, minestrone y consomé, pero también se puede disfrutar como queso de mesa, normalmente servido con crudités, ensaladas y fruta fresca o frutos secos.
Caseificio CPL es una fábrica tradicional de Parmigiano Reggiano que existe desde que fue operada por los Monjes en el siglo XIII. Es uno de los 384 productores autorizados de la zona. Es especialmente auténtico, ya que todo el queso se sigue elaborando en gran parte a mano, con un funcionamiento mínimo de la máquina.
En términos turísticos, la ciudad de Parma está ubicada en la zona norte de la región de Emilia-Romagna, a lo largo de la Via Emilia, entre el valle del Po, los Apeninos toscano-emilianos y la costa de Liguria detrás, en una posición estratégica que permite llegar rápidamente a destinos de interés, turismo cultural y marítimo.
Su centro, repleto de obras maestras artísticas, amplias zonas verdes, pequeños y grandes tesoros de distintas épocas, recibe a visitantes en el refinado ambiente de una pequeña capital. La presencia de la música en la historia de la ciudad es variada y ricamente conocida, además de ser famosa por Giuseppe Verdi y Arturo Toscanini. La vivacidad de la iniciativa y la pasión colectiva le asignan con razón un lugar destacado entre las capitales de la música.
El centro histórico de Parma está marcado por tres grandes polos: Piazza Garibaldi, en parte sede del foro romano, el centro de la vida municipal donde se encuentra el Palacio del Gobernador, con su torre barroca, que conserva la campana de la altísima torre cívica que se derrumbó. en el 1606, la Virgen coronada en el nicho del campanario y los dos relojes de sol que datan de 1829. Piazza Duomo, donde se alzan las más altas expresiones artístico-religiosas de la ciudad con la Catedral dedicada a la Asunción, una de las más representativas edificaciones románicas de la época, iniciadas hacia 1059 y consagradas en 1106; el baptisterio, edificio símbolo de la transición del románico tardío al gótico, revestido de mármol rosa de Verona, iniciado en 1196 y terminado en 1307 y el Vescovado, que data de los siglos XI-XII. Reelaborada varias veces, la versión actual se remonta a principios del siglo XX. Finalmente, Piazza della Pilotta, hoy Piazzale della Pace, símbolo del poder ducal con el Conjunto Monumental de la Pilotta, antiguo palacio de servicios de la familia Farnese. En su interior alberga el Museo Arqueológico, la hermosa biblioteca palatina, la Galería Nacional y el Teatro Farnese, cuyo patio exterior es lugar de espectáculos y conciertos todos los veranos.
Gouda, Países Bajos
Famoso por su queso homónimo, Gouda es parte del Valle del Queso de Holanda, una región repleta de actividades para los amantes del queso. Hay de todo, desde museos donde se puede descubrir cómo se produce y madura el queso, hasta monumentos relacionados con el queso, eventos de queso e incluso una antigua casa de pesaje de quesos para explorar. Los animados mercados de quesos tradicionales llenos de comerciantes son imperdibles, allí se puede degustar muchas muestras y elegir los favoritos para llevar a casa.
En esta preciosa ciudad histórica repleta de lugares modernos, hay de todo para ver. Desde la plaza Markt con el icónico ayuntamiento hasta las preciosas ventanas de la iglesia Sint-Jan, y desde comida callejera hasta ir de compras en la primera calle de Comercio Justo de los Países Bajos., en Gouda se mezcla lo nuevo con lo antiguo. Es decir, ¡la ciudad perfecta para ir de excursión
La hermosa iglesia Sint Janskerk se alza sobre Gouda. Sus vitrales Goudse Glazen datan en su mayor parte del siglo XVI y no se pueden encontrar en ningún otro sitio.
El mercado de quesos de Gouda existe desde 1198. Antes de que se pudiera vender la mercancía en el mercado, primero se debía pesarla. Esto se llevaba a cabo en el Waag. En la actualidad, el Waag de Gouda es un museo en el que se puede descubrir todo sobre la historia del mercado de quesos de Gouda.
Desde 2020, Gouda tiene una atracción más: el Gouda Cheese Experience. El edificio parece un enorme trozo de suculento queso Gouda. Aquí se puede hacer un viaje interactivo por el universo amarillo; aprender el oficio de maestro quesero y, naturalmente, probar el auténtico queso Gouda.
En la plaza Markt se celebra todos los jueves en verano el mercado de quesos. Se encuentra en el corazón de la ciudad, y en ella se puede departir en las terrazas durante cualquier época del año.
Gouda también es conocida por sus deliciosas galletas waffle de sirope (siroopwafels) y las mejores se pueden probar en Kamphuisen. Esta pastelería lleva elaborándolas desde 1810 según la receta original de Gouda.
Tandil, Argentina
Tandil es una tradición de sabores. Aunque resuenan los míticos embutidos de Las Dinas que alcanzaron fama gourmet en todo el país, el queso se ha convertido en uno de los atractivos con mayor ímpetu local. La formación del Cluster Quesero de Tandil nació con la inspiración de formar tribu. Con la conciencia de ser más juntos que solos. Viene desarrollando diversas acciones para potenciar el reconocimiento de los quesos elaborados en la región, entre ellas en la elaboración de una Ruta Gastronómica del Queso Tandilero.
Allí brillan desde las tradiciones de la zona como Santo Padre, una pequeña empresa familiar que está produciendo algunos de los mejores quesos de la Argentina, al punto de deslumbrar al mejor chef del mundo, Mauro Colagreco, quien cuenta con hormas de su parmesano en su restaurante francés Mirazur.
También están los más jóvenes, como Zampa, que como artesanos, labran su queso de oveja desde la parición hasta la maduración completa. Su estrella es el tipo Camembert 100% de oveja.
Pero la región es mucho más, con su estancia de turismo rural Ave María, su gran restaurante de tradición especializado en risottos, Tierra de Azafranes, y su postre emblema, Tandileza.
Además de los clásicos cerros del macizo de Tandilia que invitan al trekking, la escalada y la cabalgata en vida plena en naturaleza, se potencia el tradicional turismo religioso, considerado el tercer sitio de importancia en peregrinación en el mundo gracias a su vía crucis, al Monte Calvario y al El Cristo de la Sierra. Se encuentra en la cima del cerro de Villa Don Bosco.
El Lago del Fuerte se convirtió en uno de los atractivos de vanguardia, con experiencias de todo tipo en deportes de agua. Parques de altura, valles de antiguas canteras y una serie de rutas aptas para la experiencia en bicicleta o caminata llevan a Cerro Centinela o al Camino de los Pioneros.
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