A nadie le gusta admitirlo, pero todos lo hemos hecho alguna vez. Desde fuera, da mucha vergüenza ajena pero, aún así, no puedes evitarlo cuando estás enamorado. Bebe, amor, muchos de los sobrenombres que utilizan las parejas para denominarse en la intimidad (y a veces incluso fuera de ella), hacen referencia a la más tierna infancia. No es casualidad que todas (o casi todas) las parejas del mundo utilicen este tipo de palabras infantiles. Y es que este tipo de muestras de cariño nos transportan directamente a nuestra primera experiencia en el amor: el de nuestros padres o personas que nos cuidaron en la infancia
Aunque pueda parecer molesto para las personas ajenas a la relación, no es un signo de inmadurez. En realidad, existen razones biológicas y psicológicas muy legítimas por las que las personas podrían entablar conversaciones infantiles con su pareja, y comprenderlas puede ayudar a acercarlos más. De hecho muchos expertos están de acuerdo con que al hablarse como bebés las parejas son capaces de crear una unión y de solidificar el apego mutuo. Pero, ¿cuál sería la razón por la que se produce esta costumbre?
En una investigación impulsada por una conversación que escuchó por casualidad, Justin García del Instituto Kinsey descubrió que hasta dos tercios de las parejas utilizan el lenguaje infantil o baby talk. “Se trata de tener algo que sea divertido y único para la pareja, como un pequeño lenguaje secreto. Investigaciones anteriores han sugerido que compartir actividades divertidas con una pareja inunda sus cerebros con las sustancias químicas dopamina y serotonina, lo que aumenta el placer de la actividad”, sostuvo el experto. Y añadió: “Esta charla romántica generalmente ocurre al principio de una relación, antes de que haya bebés reales”.
Primero, es importante entender a qué hace referencia exactamente este tipo de lenguaje. No se trata estrictamente de cómo los bebés se hablan entre sí, sino que es el tono, el tempo y la entonación exagerados que usan los padres cuando hablan con sus pequeños, lo que los lingüistas llaman “maternal” o “parentese”. Según la experta en habla y audición Patricia Kuhl, este estilo especial de hablar facilita las interacciones sociales con los bebés, ayudándoles a aprender a comunicarse. Los hablantes de todas las culturas y todos los idiomas cambiarán su tono y exagerarán su entonación cuando se comuniquen con ellos.
Las investigaciones han demostrado que este estilo de hablar en realidad desencadena la liberación de neurotransmisores que motivan a los bebés a aprender. Sin embargo, en el caso del romance, este estilo de expresión tiene menos que ver con el aprendizaje y más con el afecto. Según la teoría del intercambio de afectos, propuesta por el investigador de la comunicación Kory Floyd, los comportamientos vocales específicos indican afecto. Estos incluyen el uso de un tono alto, una entonación exagerada y una voz suave, rasgos que coinciden con la forma en que la mayoría de las personas les habla a los bebés.
Pero hay otra cara del fenómeno: la formación de un paisaje lingüístico especial que está aislado del resto del mundo, un espacio para que las parejas se expresen, libre de las complejidades y costumbres de las conversaciones rutinarias de adultos. El uso de la comunicación “idiosincrásica” o personalizada es un aspecto importante de las amistades cercanas y las relaciones románticas. Para un espectador que escucha podría sonar extraño. Pero para la pareja, es una señal de su vínculo, un límite que los distingue de los demás.
Los apodos y apelativos cariñosos como “bebé” y “osito” son parte de esto, y se ha demostrado que indican una mayor satisfacción en la relación entre las parejas. Entonces, si bien puede sonar peculiar, es un sello distintivo de la humanidad.
“Hablar como bebé es usado extensivamente, incluso a través de las culturas, por madres alrededor de todo el mundo”, explicó en diálogo con Vice la profesora de neuroantropología de la Universidad del Estado de Florida, Dean Falk. “Se usa para adquisición del lenguaje en bebés y también expresa amor y facilita el vínculo entre la madre y el bebé”, añadió.
Según la experta, diferentes estudios demuestran que a los niños les encanta que, especialmente sus madres, les hablen con extrema ternura. Es por eso que la profesora cree que “las parejas, hablando de esta manera, recuerdan su propia experiencia cuando eran más pequeños” y se encontraban con “su primer amor, su madre”, sostuvo.
Así mismo, otros científicos dicen que hablarse con ternura ayuda a las personas a sentirse más abiertos y cómodos con su pareja. “Les permite a las dos personas una cierta libertad de las restricciones normales de los roles de adultos”, aseveró el profesor Frank Nuessel de la Universidad de Louisville.
Este tipo de lenguaje nos transmite una sensación de protección y consuelo, como las que nos procuraban nuestros padres. Cuando escuchamos que alguien nos habla de esta forma, aunque pueda resultar un poco cursi, nuestro cerebro le considera una persona especial. Por eso, sirve para mostrar el amor que sentimos por nuestra pareja, pero también para que ella nos vea como esa persona en la que puede confiar.
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