Un avión sufre turbulencias cuando se mueve de forma brusca y empieza a sacudirse de forma intempestiva, estos movimientos pueden ser causados por cambios en la velocidad de vuelo, por la dirección de las corrientes de aire y por distintas situaciones meteorológicas. La palabra deriva del latín turbulentĭa y hace referencia a aquello que es turbulento, desordenado o agitado.
Los movimientos bruscos durante un viaje a 10.000 kilómetros de altura pueden ponernos muy nerviosos, pero estadísticamente no existen datos de accidentes aéreos causado por turbulencias. Los movimientos turbulentos de un avión pueden ser causados por varios factores, aunque el más común son los cambios repentinos en la velocidad del viento que pueden sacudir la nave.
Lo cierto es que, aunque nos parezcan el fin del mundo, los expertos en aviación aseguran que las turbulencias no entrañan por lo general peligro alguno para el avión y sus pasajeros. Los aviones están diseñados para enfrentarse a los movimientos más severos.
Sin embargo, muchos pasajeros no pueden evitar ponerse ansiosos y tener miedo cuando irrumpen estos movimientos bruscos. Aquí una lista de consejos para sobrellevar las turbulencias de la mejor manera.
1 - Evitar los últimos asientos
Lo ideal para no sentir las turbulencias es evitar sentarse en los últimos asientos del avión. Las ubicaciones que están en el centro de gravedad del avión y en las alas perciben menos estas alteraciones, en cambio las posiciones que se encuentran en la cola del avión son los que más las notan. Hay que tener en cuenta también, que cuanto más grande sea el avión y el asiento, menos notaremos las turbulencias.
Si a pesar de estas recomendaciones, el pasajero viaja en los últimos asientos, lo mejor es aceptarlas como algo natural y seguir las instrucciones de los tripulantes de cabina, que son quienes mejor saben qué hacer en esos casos. Según sean turbulencias leves, moderadas o más severas, los asistentes de vuelo aplicarán el procedimiento adecuado y siempre bajo las órdenes e información del comandante.
2 - Elegir la ubicación cerca de la ventana
La ventana, en muchos casos, hace sentir más seguros a los pasajeros por la posibilidad de saber qué pasa afuera, y comprobar que no se trata de un fenómeno meteorológico sever. Por eso, es importante elegir bien el asiento en el que vas a sentarte. Si uno tiene miedo a volar hay que evitar las salidas de emergencia ya que frente a una situación difícil la ansiedad puede hacer que se termine interrumpiendo una posible evacuación.
3 - Ponerse el cinturón cuando lo indiquen las azafatas
En el momento que empiezan los movimientos bruscos, la tripulación va a informar a los pasajeros qué tipo de turbulencia es y se procederá a encender las luces que indican que hay que abrocharse los cinturones.
Como pasajero, solo tendrás que seguir esta indicación y mantener la calma, ya que, es una situación habitual que puede ocurrir en casi todos los vuelos. La tripulación también indicará a los pasajeros que deben permanecer sentados en sus asientos, con sus mesitas plegadas y los reposabrazos bajados. Aquellos que vuelen con sus bebés de 0 a 2 años deben colocarle el cinturón especial para los niños(el denominado canguro).
4 -Ir al baño antes de despegar
Levantarse a caminar por los pasillos del avión es recomendable para mejorar la circulación sanguínea de las piernas, pero caminar también puede causar mareos en algunos pasajeros.
Si se va a realizar un viaje de corto es útil ir al baño antes de que el avión despegue y de esta forma no tener que levantarse durante el vuelo. Así se evitan mareos en caso de ligeros movimientos, y lo que es más importante se evita quedar atrapado en el baño durante una turbulencia.
5 - Informarse sobre las turbulencias
Es importante tener conocimiento certero sobre las turbulencias, para evitar los miedos y ansiedades poco fundados. Estos fenómenos se clasifican en tres categorías fundamentales. Turbulencia leve: los objetos sin asegurar a bordo se desplazan levemente. Los servicios de comida pueden ser servidos con cierta dificultad, pero sin problemas. Turbulencia moderada: los objetos sin asegurar son desplazados de su lugar. Caminar por el pasillo central y llegar al baño puede ser complicado. Cambios importantes en la altitud y actitud de vuelo. Turbulencia severa: causa tensiones fuertes en los cinturones de seguridad y los movimientos bruscos pueden provocar náuseas. Los objetos sin asegurar pueden caerse con mucha velocidad y causar lesiones.
En su libro Confesiones desde la cabina del piloto, el comandante Patrick Smith explicó que el calentamiento global está haciendo que este fenómeno climático sea cada vez más frecuente. En cuanto a los heridos por turbulencias, el piloto explicó que resultan lesionados de forma leve unos 50 a 100 pasajeros de los más o menos 2.000 millones que vuelan cada año. Y, entre esos casos, se debe a que la mayoría son personas que se caen o son arrojadas porque no estaban abrochadas.
6 - Mantener los objetos pequeños guardados
Los movimientos bruscos del avión pueden causar mareos y lanzar los objetos que no estén asegurados. Al entrar en un tramo de turbulencias es obligatorio poner el cinturón y así evitar golpes, caídas y mareos.
También hay que guardar los objetos personales para que no salgan disparados si los movimientos del avión son muy intempestivos.
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