Este fin de semana se celebra Halloween en muchas partes del mundo. El origen tiene que ver con una tradición de origen celta para celebrar el fin de verano y las cosechas irlandesas. La festividad tiene su origen en la Europa de la Edad Antigua, hace aproximadamente unos 3000 años, aunque más cerca en el tiempo se la relaciona con la “noche de brujas” como víspera al Día de Todos los Santos, que se conmemora el 1 de noviembre.
Y si bien por estas latitudes no era costumbre eso de disfrazarse y salir por los vecindarios en busca de dulces, de un tiempo a esta parte se adoptó la festividad y muchos aprovechan la fecha para organizar fiestas de disfraces temáticas para grandes y chicos.
Sin embargo, desde hace un año y siete meses el mundo vive una pandemia a causa del COVID-19, y debieron revisarse y cambiar muchas de las formas en que las personas acostumbraban reunirse y celebrar.
En los Estados Unidos, uno de los países donde más se festeja esta fecha, el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), Anthony Fauci, dijo que los niños aún pueden disfrutar de un Halloween divertido y seguro.
Aún así, la variante Delta extremadamente contagiosa del SARS-CoV-2 continúa mostrando tasas de infección de moderadas a altas en muchas áreas de ese país, y amenaza con superar los valores de circulación y contagios de la versión original del virus SARS-CoV-2, que devastó al mundo en 2020.
En este contexto, no sería disparatado preguntarse si participar de la diversión y los juegos de Halloween es seguro, o si sería mejor quedarse en casa este año también.
Esto, en coincidencia con una situación epidemiológica de la Argentina, que tal como publicó Infobae la semana pasada, oscila entre la salida de la segunda ola de la pandemia y el acecho de la variante Delta, que amaga con volverse dominante.
“Para llevar a cabo reuniones sociales de manera segura hay que tener en cuenta las tres o cuatro cosas centrales que ya aprendimos en 2020, y que básicamente tienen que ver con preferir los encuentros al aire libre y con distancia en la medida que se pueda”. Ante la consulta de este medio, el médico infectólogo Lautaro De Vedia (MN 70640) consideró que “el uso del barbijo sería ideal”, aunque reconoció “no sería de fácil cumplimiento en este contexto y además si los chicos van disfrazados y usan máscaras tampoco sería sumamente necesario”.
Convertir el barbijo en parte del disfraz
Sobre este punto, la profesora de enfermería pediátrica estadounidense y madre de cuatro niños pequeños, Meg Sorg, escribió en un reciente texto publicado por The Conversation que “los padres pueden ser creativos al hacer que una mascarilla sea parte del disfraz de un niño. O los niños pueden usar una mascarilla debajo de su máscara de disfraz. Los padres deben asegurarse de que su hijo pueda respirar cómodamente si eligen esta opción”.
“Los niños y los padres, independientemente del estado de vacunación, deben usar una máscara cuando asistan a fiestas en el interior o cuando vayan de puerta en puerta debido a las interacciones cercanas con otras personas -recomendó-. Quienes repartan dulces también deben usar una mascarilla”.
Según De Vedia, experto del Hospital Muñiz y ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (Sadi), “el uso de alcohol en gel o la solución de alcohol al 70% sería importante sumarlo antes del protocolo de intercambio de golosinas, aunque se sabe que el contagio es más respiratorio que por superficies, pero no está de más, y por otra parte es un hábito que tanto adultos como niños incorporaron y no es muy difícil de llevar a la práctica”.
Si la reunión es entre adultos y no sólo niños, la médica infectóloga María Cecilia Niccodemi (MN 105624) recomendó:
- Tener certeza de que todos los asistentes estén vacunados
- Seguir manteniendo las distancias sociales recomendadas
- Si hay alguna persona de riesgo en la reunión, utilizar barbijo incluso en el interior y en el exterior
- Evitar las reuniones en espacios cerrados
- Mantener siempre la ventilación cruzada de los ambientes
- Evitar asistir personas con síntomas respiratorios, aunque sean leves
- No compartir vaso, mate, ni ningún utensilio
- Lavarse frecuentemente las manos
“A pesar de que la circulación del coronavirus es baja en este momento, probablemente la tendencia sea que aumente en las próximas semanas, por lo que es clave jerarquizar los síntomas y evitar concurrir a reuniones con cualquier manifestación, por leve que sea”, insistió la especialista del staff del Centro Médico Doctor Stamboulian y Sanatorio La Trinidad San Isidro.
Sobre el “plus” que se suma en este caso (por la costumbre de intercambiar golosinas entre los asistentes o bien los más chicos llamar a la puerta de los vecinos en busca del famoso “dulce o truco”), Niccodemi agregó: “Ya sabemos que el virus es poco contagioso a través de superficies o por el intercambio de objetos. Aprendimos que se transmite principalmente por vías respiratorias a través de la secreción de gotitas en personas infectadas que tosen, estornudan o hablan”.
“Lavarse las manos y usar desinfectante para manos sigue siendo una prioridad. Aunque la probabilidad de esparcir COVID-19 a través de envoltorios de dulces es relativamente baja, ese riesgo disminuye aún más cuando se practica una higiene adecuada de las manos antes de repartir los dulces -enfatizó Sorg-. Los niños deben lavarse las manos antes de comerse los dulces en caso de que contraigan gérmenes mientras están fuera de casa”.
Igualmente, según Niccodemi, “la recomendación del lavado de manos nunca debe olvidarse, básicamente por si alguna persona potencialmente asintomática tose, estornuda o habla y elimina secreciones en alguna superficie que alguna otra persona va a tocar y rápidamente se va a llevar a la boca”.
“Si los chicos van a recorrer casa por casa, que lo hagan con barbijo ya que va a ser difícil mantener las distancias”, aconsejó.
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