El arte no tiene limitaciones, barreras o fronteras. Cualquiera pensaría que imaginar un museo emplazado en un bosque en el fondo del mar sería una locura absoluta. Sin embargo, así fue como nació Musan, un bosque submarino, el primero de su tipo en el mundo. Consta de más de 93 obras de arte, algunas de las cuales tienen forma de árboles, otras que son de naturaleza figurativa. Para recorrerlo, hay que probarse el traje de buzo.
Las obras de arte que alberga, en particular las que representan árboles, están diseñadas para atraer la vida marina a gran escala y, como tales, se desarrollan orgánicamente. Estas instalaciones se colocaron a varias profundidades desde el fondo del mar hasta su superficie y se diseñaron íntegramente para que se asemeje a un camino a través de un denso bosque submarino. Algunas de las formas de los árboles flotan justo debajo de la superficie para que toda la estructura proporcione un entorno complejo para la vida marina en todos los niveles. Para llegar a recorrerlo y maravillarse con este tipo de arte “acuático” hay que aventurarse varios metros por debajo de la superficie.
La vida marina en el mar Mediterráneo se ha visto seriamente mermada en los últimos 20 años. El área en la que se ubica el museo es actualmente un tramo de arena estéril dentro de un área marina protegida. El bosque escultórico hecho de materiales inertes con pH neutro atraerá una amplia variedad de flora y fauna marina. Se ubica a menos de 200 metros de la costa de Aiya Napa y es accesible tanto para buceadores como para personas que practican snorkel.
Así lo explica el artista detrás de las obras, Jason deCaires Taylor, quien imaginó las piezas de forma que cada una interactúe con el paisaje marino y evolucione de manera impredecible, siendo hogar para diferentes peces, corales y algas. El escultor espera que, eventualmente, el accionar de la naturaleza termine cubriendo por completo las obras.
Entre los árboles esculpidos se puede ver a los niños jugando. “Nos recuerdan nuestra necesidad del mundo natural como un lugar para explorar, descubrir y encender nuestra imaginación. Durante los últimos 50 años, los niños se han vuelto más excluidos de los lugares salvajes que alguna vez existieron. Los niños del bosque, cámara en mano mientras juegan al escondite en el bosque, apuntan con sus lentes a la raza humana. Esperan un futuro en el que regresen el misterio y la magia de la naturaleza. La necesidad de regenerar nuestros océanos es tan urgente como la necesidad de restablecer nuestra conexión con el mundo natural”, explicó deCaires Taylor.
Todas las obras de DeCaires Taylor son parte de un movimiento de arte ecológico en el que la obra de arte interactúa con su entorno y evoluciona de manera impredecible. No hay un producto final, sino un paisaje marino en constante cambio. Eventualmente, la obra de la naturaleza suplantará la obra del artista. Los árboles esculpidos y los niños que juegan entre ellos serán consumidos y colonizados por biomasa marina, proporcionando alimento y refugio para una variedad de criaturas, pero recordándonos de manera importante que nosotros mismos somos naturales.
No se trata simplemente de un lugar bonito. Este proyecto busca concientizar sobre las consecuencias negativas del accionar humano sobre el Mediterráneo y recordar a los visitantes que, tanto los animales como las personas, forman parte del mismo entorno natural, al cual es necesario cuidar. Es parte del denominado “arte ecológico” que cada vez pisa más fuerte en el ambiente artístico.
Es que, según especificó deCaires, “durante las últimas décadas, hemos perdido más del 40% de nuestros arrecifes de coral naturales. El Instituto de Recursos Mundiales proyecta que el 90% de los arrecifes de coral estarán en peligro para 2030, y todos ellos para 2050″.
Se proyecta que el 90% de los arrecifes de coral estarán en peligro para 2030, y todos ellos para 2050
La exposición alterna árboles esculpidos y personas jugando, reforzando la idea del mundo natural como un lugar para explorar y descubrir. ¿Cómo puede visitarse? se puede recorrer con equipos de buceo o snorkel, claro, siempre con las medidas de seguridad adecuadas. Según las predicciones del gobierno local, Musan podrá atraer a más de 50.000 visitantes al año.
Fotos: Jason deCaires Taylor
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