El cambio climático está causando angustia, ira y otras emociones negativas en jóvenes de todo el mundo, según encontró una encuesta a más de 10.000 jóvenes de 16 a 25 años en 10 países. Esta eco-ansiedad tiene un impacto negativo en la vida diaria de los encuestados, dicen los investigadores de la Universidad de California que realizaron el informe y es causada en parte por la sensación de que los gobiernos no están haciendo lo suficiente para evitar una catástrofe climática.
“Este estudio ofrece argumentos para cualquiera que tenga alguna conexión con la salud mental de los jóvenes: el cambio climático es una dimensión real de sus problemas de salud mental”, dijo Sarah Ray, quien estudia la ansiedad climática en la Universidad Estatal de Humboldt en Arcata, California, quien ya publicó los primeros antecedentes en un libro: A Field Guide to Climate Anxiety (Una guía de campo sobre la ansiedad climática).
La encuesta, la más grande de su tipo, preguntó a 10.000 jóvenes en 10 países cómo se sentían sobre el cambio climático y las respuestas del gobierno al mismo.
Los resultados, publicados en una prueba preliminar, encontraron que la mayoría de los participantes estaban preocupados por el cambio climático, el 59% dijo que se sentía muy o extremadamente preocupado. Muchas emociones negativas asociaron con el cambio climático; las más comúnmente elegidas fueron trist, ‘asustado, ansioso, enojado e impotente. En general, el 45% de los participantes dijo que sus sentimientos sobre el cambio climático afectaron su vida diaria.
Los países con la mayor proporción de jóvenes muy preocupados o extremadamente preocupados por el cambio climático fueron Filipinas (84%), India (68%) y Brasil (67%), naciones que se han visto muy afectadas por cambio climático. Portugal, donde los incendios forestales se están volviendo cada vez más severos, tuvo el nivel más alto de participantes muy preocupados o extremadamente preocupados (65%) de los países de altos ingresos encuestados, que incluyeron Francia, Finlandia, Australia y los Estados Unidos.
“Por mucho que intentemos hacer cambios, también veo la inacción del gobierno: la tala de árboles a diario”, señaló Jennifer Uchendu, una activista climática nigeriana, en la conferencia de prensa donde se presentaron los resultados de la encuesta. Recordó haber sentido enojo y dolor por la deforestación respaldada por el gobierno en su país. “Los jóvenes tienen que sufrir la peor parte de estos problemas cuando llegan las crisis o los desastres”. En el estudio, casi dos tercios de los encuestados de Nigeria dijeron que sus sentimientos sobre el cambio climático habían afectado negativamente su vida diaria.
Falta de empatía
Entre los que dijeron haber hablado con otros sobre el cambio climático (81%), casi la mitad informó haber sido ignorados o desalentados. “Hay una otredad general de los niños en la sociedad, y sus voces amenazan la narrativa predominante del grupo más poderoso de la sociedad -informó la coautora del estudio Caroline Hickman, investigadora de psicología climática en la Universidad de Bath, Reino Unido-. Hasta ahora, ha habido poca investigación sobre los impactos psicológicos del cambio climático en los niños y adolescentes”.
Cuando se les preguntó cómo están respondiendo los gobiernos al cambio climático, el 65% de los encuestados estuvo de acuerdo con la afirmación de que los gobiernos están fallando a los jóvenes, el 64% creen que las autoridades gubernamentales que están mintiendo sobre el impacto de las acciones tomadas y el 60% estuvo de acuerdo en que descartaban la angustia de la gente. Solo el 36% estuvo de acuerdo en que los gobiernos actúan de acuerdo con la ciencia. Sin embargo, los jóvenes se sienten tranquilos cuando los gobiernos actúan.
Ray explicó que los resultados de estudios como este podrían jugar un papel en las demandas por cambio climático , porque podrían proporcionar evidencia de daño moral bajo las leyes de derechos humanos. “Si la investigación puede ayudar a que los organismos gubernamentales rindan cuentas sería extraordinario. Daría voz a los más vulnerables -señaló. Creo que esta investigación impactará a más audiencias que otros argumentos sobre por qué deberíamos hacer más sobre el clima”.
Recientemente, en una conferencia universitaria sobre la ansiedad climática. una de las estudiantes le envió un correo electrónico a Ray para decirle que estaba tan angustiada que estaría dispuesta a someterse a un dictador verde si abordaban el cambio climático. “Los jóvenes conocen lo que está en juego -explicó la investigadora-, pero no están aprendiendo a afrontar la intensidad de su temor. Sería trágico y peligroso si esta generación de defensores del clima estuviera dispuesta a sacrificar la democracia y los derechos humanos en nombre del cambio climático”.
“Las personas oprimidas y marginadas han desarrollado tradiciones de resiliencia por necesidad”, argumentan los especialistas en sus documento. “Líderes negros, feministas e indígenas han cultivado minuciosamente la resiliencia a lo largo del largo arco de la lucha por la justicia. Saben que proteger la alegría y la esperanza es necesaria la máxima resistencia a la dominación. La perseverancia no es negociable cuando su salud mental, física y reproductiva están en juego”, concluyó Ray.
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