Gracias a la magia del mundo del ratón Mickey hoy es posible cenar “en el espacio” una rica e innovadora comida que no es la clásica deshidratada del menú de un astronauta, y con una vista de la Tierra a más de 350 kilómetros de altura, la misma de la Estación Espacial Internacional. ¿Cómo es esto?
El restaurante Space 220 abrió sus puertas a los visitantes en el Epcot Center de Walt Disney World en Florida, Estados Unidos, para deleite de todos aquellos que alguna vez soñaron con ser astronautas y disfrutar de observar nuestro hermoso planeta azul a una considerable distancia.
El nuevo restaurante está situado a bordo de una estación espacial que orbita a 220 millas sobre la Tierra (de ahí el nombre “Space 220″) y los clientes pueden maravillarse con el planeta de abajo mientras disfrutan de platos “(g) astronómicos” únicos y riquísimos, como el “Starry Calamari” y la “Terra - Boloñesa”.
“Epcot tiene que ver con la magia de la posibilidad, y parece que esta experiencia gastronómica solo podría suceder aquí. Space 220 es una celebración de las infinitas posibilidades de la tecnología, la exploración espacial y el ingenio humano”, dijo Kartika Rodríguez, vicepresidenta de Epcot, en la ceremonia de apertura el lunes pasado. “No puedo esperar a ver la maravilla en los rostros de nuestros invitados mientras viajan 220 millas para una comida que nunca olvidarán”, agregó Rodríguez antes de que Mickey y Minnie Mouse se unieran a la celebración para una breve exhibición de fuegos artificiales.
Comienzo de la aventura espacial
Antes de comenzar la aventura es necesario reservar los “asientos” vía el sitio web. Una vez confirmados los tickets, los comensales ingresan a Space 220 a través del pabellón Mission: SPACE, que desde 2003 ofrece también un viaje simulado a Marte. El restaurante tiene su propio paseo, aunque mucho menos intenso que la atracción principal del pabellón. Los huéspedes suben a un ascensor espacial, un “Stellarvator”.
Gracias a un juego de gravedad e ilusión óptica, la ventana del ascensor te mostrará el parque de atracciones cada vez más pequeño haciendo imaginar que realmente uno alcanza una altitud espacial de 354 kilómetros y estás suspendido en el espacio observando nuestra esfera azul.
Cuando uno llega al restaurante a bordo de la estación espacial Centauri, se puede pedir una mesa con vista a la superficie de la Tierra o la que está al lado de un astronauta dando vueltas en el vacío: en ambos casos se tiene una mirada virtual al planeta desde arriba mientras se disfruta del menú fijo de tres platos creado por el chef Marc Kusche.
La nueva experiencia de servicio de mesa permite disfrutar cocina de inspiración internacional, elección de más de 1000 botellas de los mejores vinos del mundo y una amplia selección de cervezas artesanales, todo mientras se disfruta de una vista simulada.
El restaurante ofrece almuerzo y cena, así como el acceso al salón de la estación espacial. Ambas comidas tienen un precio fijo: el almuerzo, que incluye un “Lift-Off” (aperitivo) y un “Star Course” (plato principal) cuesta 55 dólares por persona, mientras que la cena agrega un “Supernova Sweet” (postre) por 79 dólares cada uno.
Las selecciones incluyen el calamar frito y la pasta antes mencionados, así como Neptuna Tartare (atún aleta amarilla), costillas cortas de “Rotación lenta”, pato “X2″ (un guiño a la nave espacial X2 en Mission: Space) y la “Hamburguesa Centauri”. Aunque los postres renuncian a los nombres espaciales, la mousse de limón tiene anillos planetarios de chocolate blanco.
Las bebidas, para las que hay una amplia selección de “licores atmosféricos” (mezclas alcohólicas), “cócteles sin alcohol” (bebidas no alcohólicas), “cervezas para la tripulación” y “vinos del mundo”, están disponibles por un precio adicional. Las bebidas y los “bocadillos de vuelo” (platos pequeños) también están disponibles en el salón.
Los toques sutiles realzan la sensación de que los huéspedes están a bordo de una estación espacial, desde el estilo de los cubiertos hasta las tarjetas de embarque físicas que se utilizan para asignar a los huéspedes a un ascensor.
Los letreros para los baños presentan figuras con trajes espaciales, mientras que otros carteles advierten lo que sucederá en el “caso poco probable de un mal funcionamiento de la gravedad artificial”.
Toda una experiencia increíble de “otro mundo” que nos hace sentir por un rato que somos astronautas y nos olvidamos de los problemas mundanos que nos rodean.
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