Botellas plásticas, bolsas de nylon, sorbetes, bandejas de telgopor, colillas de cigarrillos, aerosoles, vidrios. La basura está ahogando al planeta. Pero, afortunadamente, la lucha contra la creciente cantidad de residuos urbanos no se detiene: la situación sanitaria permite volver a convocar este año a una gran actividad al aire libre, con tapabocas y distancia, para liberar de basura los espacios naturales. El tercer sábado de septiembre es el Día Mundial de la Limpieza (World Cleanup Day) y, junto a más de 180 países, la Argentina se sube a la propuesta global con el eslogan “¡Doná un día para limpiar el planeta!”
“La idea no es sólo embellecer los parques, playas o calles, sino tomar conciencia de todos los residuos urbanos contaminantes que diariamente se arrojan en la vía pública y el ambiente, y también hacer un llamado de atención a los gobiernos locales y nacionales para abordar la problemática con políticas sustentables y sostenibles en el tiempo”, dijo a Infobae, John Ruiz, referente local de la iniciativa que forma parte de Let’s Do It Foundation, un movimiento internacional, miembro del Programa Ambiental de las Naciones Unidas. En nuestro país se lleva a cabo desde 2012, impulsada por la organización Vamos A Hacerlo, Argentina.
Se inscribieron más de 120 organizaciones y se espera la participación de voluntarios de todo el país que pueden ingresar al mapa para buscar, desde Jujuy a Tierra del Fuego, el punto más cercano al cual sumarse, vistiendo ropa cómoda, calzado cerrado y de suela dura, protector solar, mochila liviana, alcohol y barbijo. El evento central se realiza desde las 10 en Urquiza y el Río, Vicente López. En las jornadas de limpieza de los últimos dos años, cerca de 20.000 personas juntaron alrededor de 160 toneladas –transportadas a centros de reciclado- de plásticos, telgopor, colillas de cigarrillos, aluminio, vidrio y también electrodomésticos y equipos electrónicos, como heladeras, televisores, celulares, monitores.
Toneladas y toneladas de basura
Esta problemática urbana contemporánea aumenta día a día y su tratamiento inadecuado genera importantes problemas ambientales y sanitarios. En el país se genera 1 kilo de residuo sólido urbano por persona por día, lo que representa 14 millones de toneladas anuales. La basura electrónica es otro enorme problema global que contiene numerosos componentes tóxicos (plomo, cadmio, mercurio, entre otros): un estudio realizado el año pasado por el Observatorio Mundial de Residuos Electrónicos indica que cada argentino genera 10 kilos de basura electrónica por año, son 465 mil toneladas anuales, el 60% termina en basurales o rellenos sanitarios y sólo el 5% de esos residuos electrónicos se recicla.
La convocatoria ambiental de hoy también llama a hacer una jornada de limpieza digital, una acción que consiste en vaciar el correo electrónico, el uso de datos, aplicaciones, fotografías y archivos en general para contribuir a reducir la huella de carbono digital. “Todo se aloja en lo que se conoce como la nube, pero no es tan inmaterial como parece y su existencia requiere de grandes consumos de energía para el funcionamiento de los servidores”, explica Ruiz.
La tarea de transformar hábitos
Detrás de cada acción para el cuidado del ambiente hay personas inspiradoras que buscan transformar en la gente los hábitos de consumo poco amigables con el planeta. Una de ellas es Isabel Muñoz (38), docente y acompañante terapéutica de adultos mayores y niñas y niños con síndrome de down, vive en Mar del Plata y en 2017 fundó la ONG Ángeles Verdes con un grupo de voluntarios que actualmente tienen entre 25 y 35 años.
Desde entonces impulsó numerosas campañas, entre ellas, Playas Limpias, Sin Sorbetes por Favor, Basta de Pirotecnia, Reciclando las Colillas y Compostaje. Se considera una militante ambiental y se enorgullece que en la ciudad se logró la prohibición de la pirotecnia sonora y de la entrega de sorbetes, vasos y cubiertos plásticos. En 2020, el municipio la distinguió como una de las “Mujeres que hacen historia” en Mar del Plata. Hoy se suma a la movida mundial de limpieza organizando una gran recolección de colillas de cigarrillos. “Lo hacemos de corazón, como un legado que queremos dejarle al planeta y a las futuras generaciones”, dice con entusiasmo a Infobae.
“La gente se suma a las campañas porque las acciones que promovemos son nuestro estilo de vida”, reflexiona. “Creo que logramos inspirar -explica- porque lo que decimos que hay que hacer o que tendríamos que estar haciendo por la situación del planeta, no lo decimos de la boca para afuera, lo decimos porque lo practicamos, por ejemplo, la mayoría de los productos que consumimos son ambientalmente amigables o nos trasladamos lo más que podemos en bicicleta, es decir, llevamos ese estilo de vida”.
“Notamos cómo se han empoderado los marplatenses después de tantos años de educación ambiental. Se acercan a traer colillas, ecoladrillos -botellas plásticas rellenas con bolsas o papeles plásticos que sirven como bloques de construcción reutilizables- y es muy reconfortante porque ése fue siempre nuestro horizonte, la educación: que la gente tome conciencia y pueda transformarse”, resume Muñoz. En los últimos años, Ángeles Verdes se extendió a Santa Clara del Mar, Miramar y Mar de Sur y hay planes para llegar a otras localidades de la Costa Atlántica “porque la demanda es grande y la problemática de contaminación sucede en todos lados”, apunta.
También en la Costa bonaerense, Gastón Caminata (50) -empresario gastronómico- hace una década que protege las playas de Pinamar y promueve la transformación de los hábitos de consumo con su ONG @yoamomiplayaok.También participa de la jornada mundial de limpieza: “Vamos a formar 21 grupos de voluntarios, integrados por una familia o amigos, para recorrer los 21 kilómetros de playas de Pinamar, Valeria del Mar, Ostende y Cariló y recolectar todos los residuos”, detalla en diálogo con Infobae.
En 2012, Caminata fue uno de los impulsores de la ordenanza municipal para que los comercios del partido dejaran de entregar bolsas de plástico. En 2018, se concretó su deseo de que Pinamar sea la primera ciudad del país libre de sorbetes y de vasos plásticos de un solo uso. Y todos los días -asegura- recorre un promedio de 15 kilómetros para hacer cumplir la ordenanza que delimita espacios para fumar en las playas y recolectar las colillas de cigarrillos tiradas en la arena.
Qué hacer con la basura electrónica
Para conocer en detalle la problemática de la basura electrónica, Infobae consultó a Greta Clinckspoor, docente e investigadora del Instituto del Hábitat y el Ambiente (IHAm) de la Universidad Nacional de Mar del Plata y especialista en gestión ambiental metropolitana. “En Argentina se generan cerca de 500 mil toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEEs) al año y tan solo el 10% es reutilizado. Son aparatos que casi todos tenemos y utilizamos, como computadoras, celulares, electrodomésticos, entre otros, cuyo tiempo promedio de uso es cada vez más corto, de 2 a 5 años”, precisa.
La especialista subraya que estos aparatos se conviertan en residuos debido, en la mayoría de los casos, más a causas socio-culturales que al aparato en sí mismo: “Muchas veces se cambian porque las actualizaciones no dan más, se vuelven obsoletos, se pierden o se roban; a veces se pueden refuncionalizar y otras veces solo se pueden revalorizar sus componentes”.
Héctor González es coordinador de relaciones institucionales del Centro Basura Cero de Villa Lugano, asociación civil que se dedica a la recolección, tratamiento y reciclado de los RAEEs y promueve, además, el trabajo inclusivo para jóvenes en ambientes vulnerables. En diálogo con Infobae, señala que “en comparación con la generación de residuos urbanos generales es mucho menor el volumen de residuos electrónicos, pero realmente impactan en cuanto a su poder de daño si no se manejan bien”.
“Entre el 90 y 95% de sus elementos –afirma González- son reciclables o recuperables; el 5% faltante tiene metales pesados que son componentes muy dañinos para la salud, sustancias químicas peligrosas, como plomo o mercurio”.
Apunta Clinckspoor que, además de grandes problemas a la salud y al medio ambiente, la falta de una gestión adecuada de estos residuos también tiene un impacto económico, al desaprovechar la reutilización de metales preciosos que contienen, como oro y cobre, y la revalorización de los mismos artefactos que apuntan a una economía circular”.
Y agrega que “entre el 50 y el 60% de los aparatos en desuso se almacenan y, en general, la población no sabe qué hacer con ellos. En casi todos los hogares están los clásicos cajones con cables y cargadores, y en las instituciones se arrumban en depósitos”.
Por eso, es importante llevarlos a los puntos verdes o empresas que se dedican a revalorizarlos o reciclarlos.
Puntos Verdes Especiales de la Ciudad de Buenos Aires: Desde junio de 2013, cuando comenzó la gestión de RAEEs hasta el 31 de agosto, la Ciudad recuperó 1009,71 toneladas (16.295 unidades de celulares), según datos de la Agencia de Protección Ambiental (APrA).
Aquí se puede consultar el cronograma de los puntos verdes móviles.
Centro Basura Cero de Villa Lugano: Saladillo 5975 - CABA. www.centrobasuracero.com.ar
Fundación Compañía Social Equidad: Viel 1739 - CABA. www.equidad.org
Puro Scrap: Cervantes 315 - General Pacheco, provincia de Buenos Aires. www.puroscrap.com.ar
Quereciclo: www.quereciclo.com.ar
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