La MET Gala es la noche más importante de la moda, y Naomi Osaka se aseguró de que su momento en la alfombra roja llevara un mensaje importante. La presencia de la pionera de la vestimenta en el mundo del tenis, y cuatro veces ganadora de Grand Slam, fue una de las más destacadas de la noche, no solo por el vestido Louis Vuitton que ella y su hermana ayudaron a diseñar para que represente su cultura, sino también por el mensaje que hace varios meses viene dando la deportista.
El proceso de creación de la prenda comenzó con una obra de arte digital en acuarela de su hermana, Mari, que incorporaba peces Koi como un guiño a su herencia japonesa compartida. “La primera vez que conocí a Nicolas, hablamos no solo sobre mi trabajo con LV como embajadora de la marca, sino también sobre cómo podríamos encontrar formas de trabajar juntos e incluso intentar codiseñar”, dijo la deportista a Vogue sobre cómo lograron el look. “El hecho de que Nicolas, Mari y yo pudiéramos unirnos para dar vida a esto es algo de lo que me siento muy honrada de ser parte”, añadió Osaka, una autoproclamada fanática de Rei Kawakubo, Kerby-Jean Raymond en Pyer Moss y, por supuesto, los diseños de Ghesquière.
El vestido con corsé personalizado en un jacquard gráfico colorido, rematado con una capa de mezcla de seda con 22 volados, 18 metros de raso de cuero y un dobladillo de seda de 50 metros, fue sin lugar a dudas su declaración de estilo más atrevida y emocionante hasta el momento, pero el mensaje subyacente del estampado que cubre el corpiño y la falda fue lo que más encantó a la jugadora de tenis haitiano-japonesa.
En esta misma línea, Mari explicó cómo el espíritu multicultural del look reflejó el tema del MET 2021, que celebra el pasado, el presente y el futuro de la moda estadounidense mientras recauda dinero para el museo. “Trabajar junto a mi hermana y un diseñador icónico como Nicolas Ghesquière fue inspirador”, destacó. Y agregó: “El diseño que terminamos creando habla de nuestra herencia birracial y, en eso, creo que realmente celebra quiénes somos y cómo todos jugamos un papel en el Sueño Americano. Es una celebración de culturas, como la propia América, un crisol de tantos elementos especiales y únicos”.
Es este espíritu de polinización cruzada cultural lo que hizo que el look se sintiera apropiado no solo para la estrella del tenis, sino para una noche que celebra la rica diversidad de comunidades que han hecho de la moda estadounidense algo digno de celebrarse. “No hay nada más gratificante para un director artístico que intercambiar creativamente con personas que son verdaderas inspiraciones para su generación”, dijo en diálogo con la emblemática revista estadounidense de moda Ghesquière. “Naomi y Mari representan voces y valores fuertes. Es un honor para mí haber colaborado con ellas en este vestido que une nuestra respectiva herencia cultural y estética. Teníamos un deseo común a lo largo de este proceso de celebrar el ideal de la América a la que todos aspiramos”.
Mari diseñó la impresión única, que comenzó como una obra de arte de acuarela digital e incorporaba imágenes de peces Koi. Más adelante, Ghesquiere se inspiró en este estampado, que cubría el corpiño y la falda, durante todo el proceso de diseño.
Los 22 volados de la capa requirieron 18 metros de raso de cuero, terminados con un dobladillo de seda de 50 metros.
El impresionante atuendo de la deportista requirió 143 horas de diseño, corte y colocación de patrones y llevó 150 horas para completar.
La presencia en la MET Gala 2021 de la tenista japonesa de 23 años fue una de las más destacadas. No solo por su vestido Louis Vuitton que ella y su hermana ayudaron a diseñar, sino también por el mensaje que hace varios meses viene dando la deportista. A su corta edad, Osaka es una de las mejores tenistas de la actualidad y una de las que más lucha por la salud mental. Este año abandonó varios torneos importantes y podría no volver a jugar durante la temporada por sentir que su estado psicológico y emocional no es el mejor. “Estoy trabajando en estar mejor y voy a priorizar ese proceso”, sostuvo la deportista al respecto.
Durante su paso por el MET, la joven volvió a convertirse en un símbolo de la salud mental. Además, a diferencia del resto, fue una de los pocos invitados que no solo fue por la cena y la exposición. “Esto es un museo (en referencia a que el evento se realiza en el Museo Metropolitano de Nueva York) así que espero poder ver obras de arte que siempre quise conocer”, dijo a la prensa.
Es que Osaka no solamente es una de las tenistas más talentosas de su generación, sino que también es una personalidad con una profunda conciencia social. Así lo demostró una vez más el pasado mes, con la decisión que tomó luego de enterarse del terremoto ocurrido en Haití. La japonesa, número 2 del ranking de la WTA, anunció que pensaba donar todo el dinero que ganara en un torneo que se disputaba durante ese mes en Cincinnati para ayudar a las tareas de rescate en el país centroamericano. A través de una publicación en sus redes sociales, confirmó que estaba decidida a poner las ganancias a disposición del país en el que nació su padre.
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