Tokio 2020 dejará una huella en el planeta, como todos los grandes eventos globales. Eso es inevitable. Pero, este año, los organizadores olímpicos se comprometieron a priorizar la sostenibilidad en los Juegos de Tokio para demostrar que un país como Japón, un gran emisor de carbono, puede trabajar por un futuro más verde.
Sus iniciativas incluyen amoblar la Villa Olímpica con camas de cartón reciclable, utilizar electricidad de fuentes renovables y minimizar los desechos en las competencias.
2,73 millones de toneladas de CO2
El último cálculo oficial de la huella de carbono de los Juegos de Tokio excede lo que emiten algunos países como Montenegro en un año. La cifra incluye 1,5 millones de toneladas de CO2 generadas por la construcción o renovación de sitios y otras infraestructuras.
Pero no contempla la prohibición de la llegada de espectadores extranjeros para evitar contagios de COVID-19. Cuando se excluyen las emisiones por viajes aéreos y alojamientos, la huella total deberá caer en unas 340.000 toneladas diarias de CO2, según los organizadores.
La evaluación final será publicada tras la conclusión de los Juegos.
Compensaciones de carbono
El total de emisiones ya es más baja que el de los Juegos de Río de Janeiro o Londres, mientras que París se fijó una meta aún más ambiciosa de 1,5 millones de toneladas para las justas de 2024.
Tokio 2020 también dice que piensa compensar su huella con la compra de créditos de carbono, que financian proyectos locales dirigidos a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero equivalente a unos 4,38 millones de toneladas de CO2.
Pero esos programas son polémicos. Algunos activistas acusan a grandes empresas de pagar por un arreglo rápido en lugar de buscar una reforma profunda de sus operaciones, y algunos proyectos de compensación no alcanzan sus metas.
Electricidad renovable
Los organizadores de las justas se fijaron la meta de usar 100% de electricidad renovable en los sitios olímpicos durante las justas.
Sin embargo, solo de 30% a 35% de esta energía vendrá directamente de fuentes verdes, principalmente solar y biocombustibles, dijo a AFP un portavoz de Tokio 2020. “Las sedes que no pueden adquirir electricidad renovable de las empresas locales convertirán su energía no renovable en renovable mediante la compra de certificados de energía verde”, indicaron los organizadores.
Estos créditos certifican que la misma cantidad de energía limpia fue inyectada a la matriz eléctrica del país, o que una cantidad equivalente ha sido ahorrada mediante la renovación de casas en Tokio para hacerlas más eficientes.
Reutilizar y reciclar
Tokio 2020 dice que “continúa trabajando para asegurar que 99% de los bienes adquiridos para los Juegos sean reutilizados o reciclados”. También intentarán alquilar bienes cuando sea posible o vender los que adquieran nuevos.
El alcance de esta meta es limitado, debido a que se refiere en general a muebles para la Villa Olímpica, oficinas y equipos de telecomunicaciones para las operaciones de los juegos.
Algunos artículos fueron diseñados para ser reciclados, como las camas de la Villa Olímpica, hechas con cartón reforzado. Las medallas serán hechas de productos electrónicos reciclados y los podios serán de plástico descartado.
Manejo de desechos
Con los espectadores ausentes de casi todos los eventos en los Juegos, para evitar contagios de COVID-19, hay menos preocupación por las montañas de desechos dejados por las grandes multitudes.
Los organizadores se fijaron la meta de reutilizar o reciclar 65% de los desechos generados en las competencias. Habrá receptáculos diferenciados en las sedes y la Villa Olímpica para botellas, latas, papel y alimentos descartados.
Los desechos no reciclables serán usados para generar energía de biomasa.
Con información de AFP
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