Que la variante del SARS-CoV-2 surgida en la India -denominada delta luego por la Organización Mundial de la Salud (OMS)- es de preocupación no caben dudas. Desde los primeros casos registrados en el mundo, los especialistas alertaron acerca de su “alta contagiosidad”.
Ahora, expertos australianos hicieron saber a su población que esta mutación puede propagarse durante un breve encuentro que dure entre cinco y diez segundos.
Paradójicamente, delta nació casi sin que las autoridades sanitarias lo percibieran: mientras en diciembre de 2020 el mundo miraba hacia el Reino Unido y se descubría una mutación allí surgida que se expandió rápidamente por toda Europa, en simultáneo, pasaba inadvertido que en una región de la India con casi el doble de población que Reino Unido se detectaba la variante hoy llamada delta, de la cual no se supo su peligrosidad hasta que se convirtió en dominante, ya en la primavera boreal de 2021.
Así, a la mayor capacidad de transmisión, la variante sumó luego su aptitud de eludir los anticuerpos generados por las vacunas, que se vio que podría ser hasta ocho veces mayor que la del coronavirus original, según un reciente estudio in vitro.
Aun así, los especialistas aseguran que las vacunas siguen siendo eficaces para evitar la hospitalización y la muerte frente a esta versión del SARS-CoV-2, aunque para eso lo recomendable es que la vacunación sea completa.
La noticia ahora es que Jeannette Young, gerente de salud de Queensland, Australia, sostuvo que “para provocar el contagio con la variante delta sólo son necesarios contactos muy fugaces”. “Parece que cinco o diez segundos de contacto cercano pueden ser un problema”, afirmó.
En Australia alertaron a la población tras detectar contagios casi instantáneos, en segundos. Uno tuvo lugar en un centro comercial de Sydney, y fue protagonizado por una persona que se contagió con sólo cruzarse con un infectado por la variante delta. Esta misma persona parece que contagió también, al entrar o salir de una cafetería, a una mujer que estaba sentada en la terraza del local. Bastó con que se cruzaran, según atestiguan las cámaras de seguridad del lugar.
Para la doctora Kerry Chant, responsable de salud pública del estado de Nueva Gales del Sur, este tipo de contagio es “temiblemente fugaz”. “Las personas están cara a cara pero sólo durante un instante”, aseguró Chant, que tiene además dos casos de contagio similar en estudio.
Una de las hipótesis de estos contagios fugaces es que los aerosoles del virus podrían haberse concentrado previamente durante el suficiente tiempo como para que una persona que pasara por allí y tomara aire para respirar justo en ese momento pudiera contagiarse.
Los estudios realizados hasta el momento permiten calcular que delta es más del doble de contagiosa que la versión original del virus original de Wuhan y entre un 40% y 60% más que alfa, la variante detectada inicialmente en Reino Unido. Además, en una investigación con un centenar de sanitarios en India, se comprobó que la carga viral en las vías respiratorias superiores es muy superior a la de otras variantes. Esto podría explicar en parte estos contagios exprés detectados en Australia.
El nuevo desafío que plantea esta variante, además de la aparente mayor resistencia a las vacunas y su mayor contagiosidad, está dado por la dificultad para rastrear los contactos estrechos. Por definición, se considera que alguien tuvo un contacto de riesgo cuando permaneció a menos de un metro, por más de 15 minutos, y sin tapabocas, con una persona que luego resultó ser positiva de COVID-19. De confirmarse lo inmediato del contagio de la mutación delta, todo indica que nadie podrá precisar con cuántas personas se cruzó en un día.
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