La pandemia de coronavirus ha devastado la economía de Bali, durante décadas un imán para los turistas gracias a sus espectaculares playas, su vibrante vida nocturna y su distintiva cultura hindú. Recientemente, el gobierno de Indonesia anunció que esperará hasta que los casos de COVID-19 caigan significativamente antes de abrir a los turistas extranjeros.
“Teníamos como objetivo finales de julio, principios de agosto, pero solo tenemos que ser conscientes de dónde nos encontramos en este pico reciente (en casos de coronavirus)”, dijo a Reuters la ministra de Turismo y Economía Cultural de Indonesia, Sandiaga Uno, en una entrevista el lunes. “Esperaremos que la situación sea más propicia”, añadió.
Las infecciones por coronavirus han aumentado en Indonesia en las últimas semanas, incluso en Bali, donde se ha cuadruplicado el mes pasado, aunque desde una base baja, a unos 200 casos por día, según datos oficiales. Uno dijo que quería que las infecciones diarias por coronavirus de Bali cayeran a 30 o 40 por día antes de reabrir.
El verdadero alcance de las infecciones de Bali está enmascarado por sus bajas tasas de testeos, que se sitúan en el 15% del mínimo recomendado por la Organización Mundial de la Salud, según los datos publicados por el organismo de salud mundial.
El gobierno de Indonesia ha dado prioridad a Bali para las vacunas y estaba obteniendo buenos resultados iniciales, ya que la mayoría de las personas infectadas con coronavirus mostraban solo síntomas leves, según Uno. Si bien las tasas de ocupación de camas se acercaban al 100% en muchas partes de la vecina isla de Java densamente poblada, la especialista dijo que la tasa estaba por debajo del 50% en Bali.
“Alrededor del 71% de los balineses había recibido una primera dosis de vacuna, y el objetivo de la vacunación completa para el 70% de su población podría lograrse a fines de julio”, sostuvo Uno.
Los viajeros nacionales a Bali ahora deberán someterse a una prueba de PCR antes de ingresar, una medida para aislar a la isla de la pandemia. Además de los turistas tradicionales, Bali espera atraer a los “nómadas digitales”: empresarios internacionales que operan empresas basadas en Internet. Se les otorgarán visas de cinco años bajo el esquema propuesto.
“Si obtienen ingresos dentro de Indonesia, estarán sujetos a impuestos, pero si son exclusivamente del extranjero, no habrá impuestos”, concluyó Uno.
A comienzos de este año la isla indonesia lanzó una campaña que permite que los habitantes se vacunen contra el COVID-19 sin salir de su vehículo, especialmente enfocada para los trabajadores del sector turístico, muy golpeado por la pandemia de coronavirus.
Presentada como la primera campaña de vacunación al volante del sureste asiático, la operación empezó en marzo en el centro de congresos de Nusa Dua, cerca de Denpasar (la capital de la isla), en colaboración con la plataforma VTC Grab.
“Este programa es bueno porque nosotros, los conductores, que trabajamos en la calle cada día, estamos muy expuestos al virus”, declaró Sul Widodo, un habitante de la isla, a la agencia AFP.
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