Las nuevas costumbres invadieron las salas de embarque. Los controles sanitarios pueblan aeropuertos y se multiplican en diversas etapas de verificación, lo que implicaría considerar un tiempo adicional al antes acostumbrado para acceder al vuelo esperado en el momento adecuado pueden interferir en la llegada para el embarque.
La situación y las decisiones de cada gobierno respecto al ingreso y la salida de personas cambia de manera constante con el devenir de la pandemia en cada lugar. Y si bien de a poco las fronteras comienzan a abrirse, los requisitos en cuanto a realización o no de PC y la presentación de declaraciones juradas son diferentes en todo el mundo.
Si siempre fue un debate entre los viajeros determinar cuál era es la anticipación ideal para llegar al aeropuerto, en estos tiempos donde los controles y las instancias se han multiplicado, la incertidumbre juega en contra.
En ese sentido, determinar el tiempo perfecto depende de muchas variables. Va a depender en principio del vuelo que se vaya a tomar, de a dónde se viaja, de la cantidad de personas que integran el grupo familiar, entre varias otras.
En primer lugar, tomar la decisión consciente de no llegar nunca con el tiempo justo. Reducir todas las situaciones de estrés predecible es una forma de dejar a la improvisación sólo los contratiempos imposibles de prever.
Los pasos en los controles serán más lentos. El sólo hecho de mantener distancia e higiene impone un aletargamiento en los mostradores. En estos En estos tiempos las cosas se han puesto como para ir con bastante antelación.
Una estadística revelada por AENA, entidad pública empresarial que gestiona más de 40 aeropuertos de España, afirma que la situación actual producto de la pandemia ha generado una ralentización de los procesos que puede llegar hasta el 40% de exceso, dependiendo del tipo de vuelo y de la documentación que el pasajero deba presentar.
Distancia entre pasajeros, higiene posterior a la atención de cada uno en cada una de las etapas que van desde el despacho de equipaje hasta el abordaje a la nave, todas instancias que suman tiempo al total de la estadía en el aeropuerto.
En tanto la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) recomienda mantener las dos horas de anticipación en viajes nacionales y tres para los internacionales.
Tanto en vuelos europeos como a los Estados Unidos, las instancias de chequeo de información sanitaria incluye un tiempo extra. Todo dependerá de las exigencias del país al que se vuela y del tipo de documentación que se requiere en cada uno.
Si la anticipación para llegar al aeropuerto es una decisión tomada para poder aprovechar a hacer algunas compras o recorrer tiendas, es preciso chequear previamente si los espacios se encuentran abiertos al público porque en muchos aeropuertos, precisamente para reducir la circulación innecesaria o la acumulación de público, se han clausurado algunas zonas y servicios.
En aquellos vuelos donde se debe facturar el equipaje de mano o el que se despacha, es preciso considerar que en esta nueva etapa los trámites se extienden más de lo habitual.
También existe control de temperatura en la mayoría de los aeropuertos. Si bien es cierto que en el espacio Schenguen y en la Unión Europea, de acuerdo al mapa de propagación del virus, puede haber excepciones en esta materia, para los viajeros latinoamericanos este control es inevitable.
Para los que desean tomarlo con calma, mucha anticipación no soluciona las cosas. Por ejemplo, las aerolíneas low cost abren sus mostradores dos horas y media antes de la partida de los vuelos, de modo que concurrir antes no alivia el trayecto.
SEGUIR LEYENDO