Uno de los temas que más dudas generó en la población durante el inicio de la vacunación contra el COVID-19 fue qué debían hacer las personas que, además, son grupo de riesgo para la gripe y acostumbran inmunizarse contra esa enfermedad cada año.
De hecho, al comienzo de la campaña de vacunación antigripal en el país, el subsecretario de Estrategias Sanitarias, Juan Manuel Castelli, había explicado a Infobae que “con la evidencia disponible al momento, el intervalo entre la vacuna contra COVID-19 y cualquier otra vacuna debe ser de al menos 14 días para poder monitorear durante las primeras dos semanas posibles efectos que pudiera producir, con la aplicación de cualquiera de las dos vacunas”.
Es que no había allí a nivel mundial resultados sobre la coadministración de vacunas contra COVID-19 y las destinadas a prevenir otras enfermedades por lo que el intervalo se recomendaba no sólo para la vacunación antigripal sino para todas las otras vacunas que forman parte de los calendarios de inmunización.
Ahora, un estudio financiado por la compañía estadounidense de biotecnología Novavax demostró “la seguridad, inmunogenicidad y eficacia del perfil de una vacuna COVID-19 cuando se la coadministra con vacunas contra la influenza estacional”.
“Este es el primer estudio que demuestra esto y los resultados sugieren que la vacunación concomitante puede ser una estrategia de inmunización viable”, destacan los investigadores en el paper preliminar sujeto a revisión para ser publicado en la revista The Lancet.
En general, la vacuna NVX-CoV2373 de Novavax muestra una eficacia del 89,8% en un estudio de Fase III controlado con placebo en curso. Cuando los investigadores le dieron a un grupo más pequeño de 431 voluntarios del mismo estudio una vacuna contra la influenza al mismo tiempo, la eficacia se redujo levemente al 87,5%.
“Estos resultados demuestran la oportunidad prometedora para la vacunación concomitante, que puede conducir a tasas de vacunación más altas y mayor protección contra ambos virus”, dijo a Medscape el coautor del estudio, Raja Rajaram, MD, líder de asuntos médicos para Europa, Medio Oriente y África en Seqirus, la empresa que suministró las vacunas antigripales para la investigación.
Tradicionalmente, se estudia cómo una nueva vacuna podría interactuar con las vacunas existentes antes de que se autorice el uso del producto. Sin embargo, ese no fue el caso con las vacunas COVID-19 disponibles a través de una autorización de uso de emergencia acelerada.
A mediados de mayo, Novavax había anunciado los datos de un estudio preclínico de la combinación de su vacuna tetravalente estacional contra la gripe (NanoFlu) y su candidata a vacuna COVID-19 (NVX-CoV2373).
Según la compañía estadounidense, “la vacuna combinada NanoFlu / NVX-CoV2373 demostró respuestas inmunitarias positivas tanto a la influenza como al SARS-CoV-2”, informaron.
El manuscrito, titulado “Vacuna respiratoria combinada que contiene pico recombinante de SARS-CoV-2 y nanopartículas de hemaglutinina de influenza estacional cuadrivalente con adyuvante Matrix-M”, estudió una vacuna combinada que comprende una formulación contra la influenza de nanopartículas cuadrivalentes formulada junto con una vacuna recombinante de proteína de pico del SARS-CoV-2 y adyuvante Matrix-M.
Según los investigadores, “la vacuna combinada provocó respuestas sólidas tanto a la influenza A como a la B y protegió contra el virus SARS-CoV-2”. Se espera que los estudios clínicos de la vacuna combinada comiencen a finales de año.
Es que en apreciación de los expertos, a pesar de las bajas tasas durante la pandemia de COVID-19, la influenza sigue siendo un riesgo significativo para la salud pública mundial y la necesidad de vacunas versátiles y más efectivas es tan importante como siempre.
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