Muchas personas utilizaban el alcohol en gel desde antes de la llegada de la pandemia del coronavirus para higienizar las manos luego de haber tocado superficies sucias. Sin embargo, desde el 2020, este sanitizante se volvió un recurso fundamental que está presente en todos lados: en la mochila, cartera, mesa, auto y en la casa de todas las personas.
Si no hay agua y jabón disponibles, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos recomiendan usar desinfectantes para manos que contengan al menos un 60% de alcohol para ayudarlo a evitar enfermarse y transmitir gérmenes a otras personas.
Para ello, hay que frotar el desinfectante por toda la superficie de las manos, asegurándose de que se introduzca entre los dedos y el dorso de las manos. Es importante recordar que no hay que limpiar o enjuagar el desinfectante de manos antes de que se seque. No se debe usar si las manos están visiblemente sucias o grasosas; en su lugar, hay que lavarse las manos con agua y jabón.
También recomiendan que cuando se use desinfectante para manos, se froten las manos hasta que se sientan completamente secas antes de realizar actividades que puedan involucrar calor, chispas, electricidad estática o llamas abiertas.
Sin embargo muchas personas acuden a las redes sociales para hacerlo de manera casera. Y eso no está bien. Claudio Ucchino, director general del Colegio Oficial de Farmacéuticos y Bioquímicos de Capital Federal (Cofybcf), dijo que “no es conveniente hacer cosas caseras. Si no se tiene alcohol en gel, lo ideal es reemplazarlo animadamente por agua y jabón”.
Además agregó que “por el momento no es recomendable que cualquier persona realice este paso a paso porque los elementos que pueda llegar a utilizar no son estandarizados y la materia prima no está controlada, por lo que no se sabe de dónde proviene”.
“Puede producir una alergia, e incluso puede producir sequedad en la piel, mayor que cualquiera, porque estamos hablando del alcohol, ya que tiene que tener una graduación especial, no es el alcohol a 96 grados que se utiliza comúnmente. Esto tiene que estar realizado en manos de un profesional”, advirtió.
“Si no se tiene alcohol en gel, no nos va a pasar nada, con lavarse las manos entre 30 segundos y 1 minuto con abundante agua y jabón es suficiente. El alcohol en gel no reemplaza el lavado de manos frecuente”, concluyó Ucchino.
Por su parte, Federico Prada, biólogo de UADE, dijo que lo más importante es mantener la limpieza, un lavado de manos con jabón. Las personas en los hogares tienen que utilizar jabón desinfectante; si no tienen alcohol en gel, pueden usar el alcohol 96 o alcohol diluido al 70%.
“Cualquier producto relacionado con la salud, ya sea medicamento u otro producto, tiene que ser fabricado bajo las normas y los controles que las leyes y los organismos nacionales citan para el mismo. En tal sentido no es aconsejable que se hagan de manera casera”, concluyó el doctor Federico Prada, director de la carrera de Biotecnología y Bioinformática de UADE.
Desde la FDA no recomiendan que los consumidores fabriquen su propio desinfectante para manos. Si se hace incorrectamente, el desinfectante de manos puede ser ineficaz, o peor. Por ejemplo, ha habido informes de quemaduras en la piel a causa de un desinfectante de manos casero.
Además, es poco probable que agregar alcohol a un desinfectante para manos sin alcohol dé como resultado un producto eficaz. Y el uso de aerosoles o toallitas desinfectantes en la piel puede causar irritación cutánea y ocular. Los aerosoles y toallitas desinfectantes están diseñados para limpiar superficies, no personas ni animales.
Respecto a las recomendaciones generales para prevenir virus respiratorios –que incluyen al nuevo coronavirus COVID-19– los expertos recomiendan lavarse las manos frecuentemente, sobre todo antes de ingerir alimentos, bebidas, y luego de entrar en contacto con superficies en áreas públicas; al toser o estornudar cubrirse la nariz y la boca con el pliegue del codo para posteriormente lavarse las manos y por último evitar el contacto directo con personas que tengan enfermedades respiratorias.
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