El alcohol reducido al 70% es una mezcla que se realiza con agua y que puede servir tanto para la desinfección de superficies como para la higiene de manos. Para la persona que quiera tener alcohol en su casa con capacidad bactericida y virucida, debería realizar la dilución del alcohol (al 70%), distinto al de farmacia (96°).
“La confusión más habitual es creer que el alcohol diluido al 70% puede realizarse mezclando 7 partes de alcohol con 3 partes de agua. Esto no es correcto porque la mezcla de alcohol y agua producen que el volumen se contraiga. Lo que se necesita, entonces, es más volumen de agua. Esto es: si quiero hacer 100 ml de producto, necesito 41 ml (como se menciona antes) de agua. Así se obtiene la concentración adecuada”, María Marta Perelstein, farmacéutica a cargo del laboratorio de preparados magistrales de la Farmacia de Internación del Hospital Italiano.
¿Pero cualquier alcohol sirve? El alcohol sin diluir provoca una gran deshidratación en los microorganismos, impidiendo la penetración en los mismos, aseguran desde la cuenta estrella en las redes sociales. Por lo tanto, se considera más efectivo si se encuentra diluido entre el 60% y 80% en agua destilada, siendo la preparación más efectiva al 70%. ⠀
“Cuando hablamos de alcohol hablamos de una gran clasificación química que abarca un montón de diferentes tipos. Por ‘alcohol para desinfectar’ nos referimos al etanol, el alcohol de farmacia, el que está en las bebidas alcohólicas y es un compuesto químico que justamente tiene este principio activo de desinfectar”, advirtió en diálogo con Infobae el ingeniero Martín Piña, director de la carrera de Ingeniería en Alimentos de Fundación UADE.
El alcohol 70% es un efectivo bactericida, fungicida y viricida, por lo que se aconseja su uso sobre superficies tales como envases, bolsas, mesadas, canillas o cualquier superficie que haya estado en contacto con las manos. Cuenta con la ventaja de evaporarse rápidamente sin dejar residuos sobre las superficies tratadas y sin necesidad de enjuague posterior. ⠀
“El etanol -continuó el especialista- tiene un punto de ebullición mucho más bajo que el agua. El agua hierve a 100 grados y el alcohol a 78 grados. Es decir que si dejás los envases de soluciones destapados el alcohol se va a evaporar y va a bajar a bajar esa concentración de alcohol. Ahí el riesgo es que se evapore el alcohol y la solución preparada con el objetivo de desinfectar quede hecha prácticamente agua”.
Cuando esta concentración baja de los 62/63 puntos la solución pierde efectividad y no desactiva el virus. Según aseveró el experto, “el alcohol es mucho más robusto y dura mucho más tiempo que la lavandina”. “Si lo dejás cerrado y lo usás con alta frecuencia vas a usarlo antes de que pierda el efecto en algunos pocos días. Si tuviésemos que poner un ideal, recomendaría que el preparado no dure más que una semana”, concluyó el experto sobre la solución hecha a partir de esta sustancia.
Preparación:
1. Según la tabla de “Dilución de alcoholes de Joseph Louis Gay-Lussac”, partiendo de alcohol 96% se deben colocar 100 ml de alcohol y 41 ml agua destilada (o agua previamente hervida y enfriada a temperatura ambiente). ⠀
2. Otra forma es colocar 73 ml de alcohol 96% y completar con agua hasta obtener 100 ml.
3. Pero como muchos de nosotros no tenemos cómo medir estos valores, es que se ha generalizado preparar la dilución midiendo 7 partes de alcohol 96% y 3 partes de agua, utilizando siempre el mismo pocillo para medir.
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