Las crisis de salud y económica del 2020 llevaron a distintos países a la caída libre, y el sector del trabajo fue uno de los más golpeados. Millones de individuos en el mundo perdieron sus empleos, en especial aquellos en comunidades que ya estaban en desventaja antes de la llegada del COVID-19.
En este sentido, la innovación tecnológica y las nuevas herramientas digitales a nuestra disposición serán clave para liberar el potencial humano y adaptarlo a una transformación digital que se potenció con la pandemia. Según el informe 2020 El futuro de los trabajos, del Foro Económico Mundial, se espera que el 40% de las habilidades básicas de los trabajadores actuales cambie en los próximos cinco años. Y para adaptarse, la educación tecnológica marcará el rumbo.
“El futuro del trabajo será buscar jóvenes que cuenten con habilidades blandas”, dice Daniel Cleffi, que desde hace dos años es director de Google for Education para Latinoamérica, luego de trabajar dos años en Oracle y 15 en Microsoft. En diálogo con Infobae, comparte su visión sobre la transformación digital que está atravesando la región en el campo de la educación.
-¿Qué habilidades serán necesarias en el futuro y cómo la educación debería cambiar para cumplir estas expectativas?
-Lo que estamos viendo a través de muchos estudios realizados por institutos e incluso empresas es que el siglo XXI va a requerir nuevas competencias y habilidades de los jóvenes y de los nuevos profesionales. Algunos de esos estudios dicen que el 65% de esos alumnos tendrá trabajos que no existen hoy. Hay muchos cambios en curso. Pero la manera positiva de verlo es que va a haber muchas más oportunidades. Si tenemos nuevas posiciones a futuro, nuevos trabajos, yo veo esto como nuevas oportunidades. Lo mismo pasó en otros momentos de la historia. Cuando fueron las Revoluciones Industriales algunos trabajos pasaron a no existir más pero fueron creadas muchas nuevas oportunidades. Entonces, para ser más específico, lo que vemos en estos estudios es que el futuro del trabajo será buscar jóvenes que tengan estas habilidades blandas, como el liderazgo, la persistencia, la creatividad, la capacidad de solucionar problemas, que tengan una fluidez digital.
-¿Cómo se desarrollarían esas habilidades?
-Creo que hay muchos caminos, no hay una sola manera. En Google Education lo que hacemos es promover la transformación digital educativa. Tenemos dos pilares, un pilar tecnológico y un pilar enfocado en las personas. En lo tecnológico hay una parte de softwares en la nube, hay una parte de dispositivos, porque creemos que no tiene que haber más una disonancia entre el salón de clases conectado y el mundo conectado. Pero invertimos mucho en la capacitación de los actores de la educación, de los docentes, de los coordinadores, directores, para que pueda haber una transformación cultural también, además de traer la tecnología a las aulas. Entonces, esta nueva escuela que tiene tecnología y transformación cultural es una escuela donde los alumnos perciben desafíos o problemas, tienen que buscar soluciones, están trabajando en equipo, con ayuda de la tecnología, trabajando de una manera síncrona produciendo documentos, presentaciones, investigaciones con el apoyo de nuestra tecnología. Vemos a la escuela del siglo XXI con alumnos más motivados, más empoderados por la tecnología pero también de una forma natural. Van a proponer soluciones para problemas de su comunidad y que van a tener una parte tecnológica y otra de empatía.
-¿El pensamiento computacional es una de estas habilidades?
-Es un tema muy interesante que se estudia hace unos 8-10 años. En términos de definición, lo que se cree es que el profesional del futuro que tiene pensamiento computacional puede tener más éxito que el profesional que no lo tiene. Cuando investigamos este tema, nos damos cuenta de que tiene mucho que ver con la enseñanza de programación, de coding, en la escuela. Entonces en los últimos años lo que vimos es que creció la cantidad de empresas y startups con la propuesta de llevar currículos a las escuelas para que los niños aprendan a programar. Cuando se aprende a programar se aprende a hacer un algoritmo y muchas veces hay errores, y el algoritmo por su naturaleza es algo que tiene una estructura lógica. En este proceso de buscar errores, buscar bugs, se desarrolla esta inteligencia lógica de una manera acelerada. El estudioso Howard Gardner que escribe sobre las inteligencias múltiples, habla mucho de la inteligencia lógico-matemática. Entonces enseñar programación en la escuela es una manera de desarrollar más esta capacidad de solucionar problemas.
Lo que creo también es que el que tenga pensamiento computacional va a saber más que otro que no la tenga cómo la tecnología puede ayudarlo a hacer mejor su trabajo. Es esencial para el siglo XXI y es una de las habilidades blandas que son esenciales para estos tiempos.
-En la mayoría de los países, la educación híbrida, entre el mundo real y el digital, se implementó por primera vez con la pandemia. ¿Cómo se logra una armonía exitosa entre estos dos mundos?
-Vemos el futuro como el de la educación híbrida. La escuela va a estar en cualquier lugar y la enseñanza va a ocurrir a veces de una forma síncrona y a veces de una manera asíncrona. Entonces en este futuro de educación híbrida sí necesitamos tecnología y capacitación de los que estén involucrados en este proceso. Hay algunos desafíos que aún tenemos en Latinoamérica y otras regiones, que es el tema de la conectividad. Tenemos que seguir promoviendo inversiones, y los gobiernos tienen que seguir realizando inversiones para aumentar la conectividad y de esta forma llegar a un escenario donde la educación pueda estar en cualquier lugar junto con este alumno. No creo que sea muy distinto a los esfuerzos que ya estamos haciendo, los que ya vemos.
-Cómo lograr una implementación tecnológica en la educación en muchos lugares remotos de Latinoamérica, en donde, como decías, falta conectividad, o incluso la infraestructura de las escuelas es bastante precaria?
-Es verdad y no queremos decir que la tecnología sea la solución de todos los problemas. Sí, hay zonas alejadas que aún tienen este desafío de conectividad. Desde nuestro lado es un tema que no podemos solucionar, pero tenemos que ver las variables que sí controlamos. Entonces lo que estamos tratando de hacer es que nuestra tecnología, y más específicamente los Chromebooks, el Workspace for Education, tenga cada vez más funcionalidades para trabajo offline. Hoy existe la posibilidad para una escuela que no tiene conectividad de que sus alumnos se conecten una vez por semana por ejemplo, cargando contenido en sus dispositivos y después haciendo la sincronía una semana después. Entonces, dentro de lo que controlamos, que es nuestra tecnología, tenemos los ojos muy abiertos a estos desafíos y tratamos de desarrollar nuestras soluciones para ayudar.
-¿Cómo ve hoy a la educación digital en Latinoamérica en comparación con las regiones más ricas del mundo?
-Cuando nos comparamos con los más ricos vemos temas como por ejemplo este específico de conectividad, que está mucho más desarrollada en otros países. Otra dato que podemos comparar es que muchas veces vemos proyectos en Latinoamérica que tienen tecnología pero los dispositivos aún son compartidos. Un dispositivo para cinco, por ejemplo. Lo que vemos en otros mercados más desarrollados es que son más proyectos uno para uno, un dispositivo para cada alumno.
-¿Cómo ve a los líderes de los sistemas educativos de Latinoamérica? ¿Con ganas de llevar adelante desafíos a futuro o con mentes más tradicionales?
-Ya teníamos muchos ejemplos de gobiernos con visión ambiciosa hacia la evolución de la educación. Lo que hizo la pandemia fue acelerar el sentido de urgencia de promover este cambio. Entonces, aunque la pandemia haya sido un desastre, algo extremadamente triste, creo que una manera de ver el vaso medio lleno es justo lo que evolucionamos en términos de transformación digital en la educación: capacitamos a millones de docentes, implementamos a millones de usuarios en nuestra plataforma. Pero lo que veo es que este tiempo aumentó el sentido de urgencia de transformación de estos líderes. Creo que es muy inspirador ver que sí: hay muchos presidentes, gobernadores, alcaldes, secretarios y ministros en la región trabajando muchísimo incluso para promover alianzas para disminuir esta brecha digital.
-¿Cuáles son los próximos desafíos de esta transformación digital?
-Creo que el próximo paso es aumentar la penetración de la tecnología en la educación para de verdad promover la fluidez y tener una educación híbrida. Éste es un punto. pero el sistema educativo tiene más desafíos, más allá de la tecnología. El desarrollo de capacidades socio-emocionales es un tema fundamental también. De una manera creo que la pandemia acercó niños a sus padres y madres. Pero, por otro lado, la pandemia alejó a estos niños de sus ambientes escolares, de sus amigos, de la convivencia social, que es tan importante para cualquier estudiante, como tantos otros factores.
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