Un espectáculo astronómico único tendrá lugar esta madrugada, cuando en el hemisferio Sur se observe un eclipse de luna, justo en un momento en el que nuestro satélite natural se encuentra en fase llena y muy próximo a la Tierra, agregando una espectacularidad mágica al fenómeno celeste.
Esta cercanía es la que genera el efecto visual de observar una superluna, o luna de mayor tamaño. Además, el eclipse lunar no hará desaparecer la luna, sino que hará que la veamos de color rojizo. Por lo que el espectáculo astronómico será una superluna roja llena que también será visible desde Argentina.
Un eclipse lunar total tiene lugar cuando la Tierra pasa entre la Luna y el Sol y crea una sombra sobre la nuestro satélite natural. Los tres cuerpos celestes deben encontrarse perfectamente alineados para que eso ocurra, de manera que nuestro planeta proyecte su sombra sobre la Luna, la cual puede ser visible igualmente. Existen tres tipos de eclipse lunar: total, parcial y penumbral.
En este caso, como la alineación entre los tres astros será perfecta (eclipse total) la sombra de nuestro planeta cubrirá por completo al satélite que se encuentra en la etapa de luna llena. Es decir, la Luna pasará íntegramente por la umbra (sombra) de la Tierra. Esta perfecta alienación podrá ser vista desde gran parte de Australia, Nueva Zelanda y varias islas del océano Pacífico. En Sudamérica se podra ver el eclipse en forma parcial.
“La Luna se tornará rojiza por unos diez minutos, algo que no ocurría desde hace unos seis años”, explicó el científico Lucas Paganini desde Mendoza. Ese fenómeno coincide con la luna llena que estará en el punto más cercano a la Tierra durante este año (a unos 357.462 kilómetros de distancia nuestra), lo cual se conoce como superluna. “Esta cercanía la hace parecer más grande y un 15 % más brillante que en otros momentos”, precisó Paganini.
El eclipse lunar total, comenzará a las 8.46 GMT del miércoles (5.46 hora argentina), con la Luna entrando en la parte más oscura de la sombra una hora más tarde, informó la NASA.
La sombra de la Tierra oscurecerá así la Luna, pero gradualmente el satélite irá adquiriendo un color oxidado o rojo sangre por los reflejos de los rayos del Sol. Las etapas del eclipse, que dura poco más de una hora, ocurren simultáneamente para todos los que pueden ver la Luna, pero los tiempos reales del reloj dependen de cada zona horaria en donde es observada. Durante la fase total de un eclipse lunar, nuestra atmósfera actúa como una lente, doblando o refractando algunos de los colores rojizos, que por ejemplo se pueden apreciar al amanecer y al atardecer, hacia la sombra de la Tierra. Cuando esos colores caen sobre la luna, nuestro satélite natural parece brillar con un color rojizo, de ahí la referencia a la sangre.
La explicación científica es que los rayos del Sol atraviesan nuestra atmósfera y llegan hasta la Luna, pero en este caso la luz se dispersa por el camino. La atmósfera de la Tierra filtra casi toda la luz azul de la misma, es decir, la longitud de onda más corta de las diversas longitudes de onda en las que viaja la luz solar blanca, y solo pasa una luz roja o anaranjada (las más largas). También influyen factores como la temperatura, la humedad, el polvo, el agua u otras partículas de nuestra atmósfera en ese momento.
Luna de sangre
El nombre “sangre” ganó fuerza después de la publicación de un libro en 2013, escrito por un pastor estadounidense, quien sugirió una correlación entre los días festivos en el calendario hebreo y un conocido ciclo de eclipses conocido como tétrada, en el que cuatro hubo cuatro eclipses lunares totales consecutivos.
También se ha señalado que en crónicas bíblicas como El libro de Joel, Hechos y el Libro del Apocalipsis, que cuando la luna parecía “volverse sangre”, significaba un presagio del comienzo del “fin de los tiempos”, cuando los acontecimientos mundiales alcanzarían un clímax. Sin embargo, la verdad es que no todos los eclipses totales de luna aparecen uniformemente rojos.
Tales episodios son el resultado de las condiciones de nuestra atmósfera. Mirando hacia la luna durante un eclipse total, observamos cómo se mueve a través de la sombra de nuestro planeta. Pero desde la perspectiva de la luna, esto se vería como un eclipse total de sol, ya que el disco negro de la Tierra, que parece casi cuatro veces más ancho que la luna llena en nuestro cielo, se cruza frente al sol.
Durante la totalidad, la Tierra aparecería rodeada por un anillo delgado de luz brillante de color rojo anaranjado que representa la luz combinada de todos los amaneceres y atardeceres que están sucediendo en ese momento. Esta luz incide sobre el paisaje lunar, iluminándolo con ese mismo color rojo anaranjado. Es por eso que en su totalidad la luna parece “agrandada” o de color rojizo. Sin embargo, este anillo no siempre parece ser uniformemente brillante en todos los sentidos, ya que puede haber áreas de nubosidad a lo largo del borde de la Tierra que rompan el anillo aquí y allá. Si las nubes predominan en todo el contorno, no brilla mucho del color rojo anaranjado.
El eclipse lunar total, el primero desde enero de 2019, será visible especialmente en el oeste continental de Estados Unidos y Canadá, todo México, la mayor parte de América Central y Ecuador, el oeste de Perú y el sur de Chile y Argentina, según la agencia aeroespacial NASA. También se puede ver en su totalidad en el este de Australia, Nueva Zelanda y las islas del Pacífico, incluido Hawai.
Este es el primer de los cuatro eclipses que transcurrirán en 2021. El 10 de junio tendrá lugar el siguiente: un eclipse solar anular. Otro eclipse lunar tendrá lugar el 18 de noviembre y el último será un eclipse solar total el 4 de diciembre.
Para observar el eclipse no es necesario el uso de telescopios, binoculares o filtros especiales, por lo que los interesados en verlo no tienen más que mirar al cielo y fascinarse.
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